CORRESPONDENCIA
29-3-2004
(De "fraterno")
Hola, me complace mucho haber encontrado un sitio web en
el cual poder encontrar información y argumentos críticos
sobre el Opus, pues es lo que andaba buscando. Además
tengo la necesidad de pedir consejo o más bien ayuda
ante una situación dificil que poco a poco se me va
escapando de las manos.
Antes de plantearos mi problema os haré una breve introducción
para que os sea más fácil ayudarme: soy un joven
de 24 años y tengo novia desde hace 5 y nos casamos
en mayo del año que viene. Somos una pareja católica
y practicante. Yo nunca he tenido contacto con el Opus de
ningún tipo. Mi novia, Maria, en su niñez iba
asiduamente a un club del Opus llevada por un grupo de amigas
que además iban a colegios del Opus (Maria no, iba
a un colegio católico pero no estaba dirigida por "ellos").
Esas visitas al club duraron alrededor de 3 años (entre
los 12 y 15 años). Después de eso perdió
toda vinculación con ellos hasta hace unos meses. Ahora
ella tiene 25 años y acaba de terminar su carrera y
ha empezado a atrabajar.
Ahora si, procedo a plantearos el problema: el pasado Octubre
proximadamente, Maria conoció en una biblioteca pública
donde solía estudiar a diario a una numeraria del Opus
que como ella estudiaba allí, dicha numeraria tiene
unos 43 años y se llama S. Maria tiene muchísima
facilidad para hacer amigos y de esa biblioteca ha salido
con varias amigas que antes eran solo desconocidas. Al principio
Maria no sabía que S. era del Opus, pero tras un mes
de tomar café durante descansos S. se lo contó.
Cuando Maria me lo contó yo no lo di excesiva importancia.
Siguieron las horas de estudio y café hasta diciembre,
y yo lo sabía e incluso alguna vez estudié y
tomé café con ellas. A finales de Diciembre,
Maria me dijo un día que se iba a estudiar a casa de
S. que vive en un Club del Opus. Eso ya me empezó a
oler mal y fué el origen de una serie de discusiones,
sobre todo cuando me dijo que habia participado en oraciones
con la gente del club. Maria siguió yendo a estudiar
a razón de 1 o 2 veces por semana al Club y yo lo único
que pude conseguir es que me prometiese que no iba a participar
en ningún tipo de acto allí con ellos. Luego,
vino el "S. me ha regalado tal libro" de modo que
ya puede tener cerca de 10 libritos del tipo que yo considero
que intentan hacerte sentirte mal con cosas de la vida cotidiana.
La cuestión es que Maria me dice que S. es una amiga
y que no le influye para nada y que no la está intentando
captar, pero la realidad es muy distinta, Maria cada vez está
más diferente y la están convenciendo de muchas
cosas y ella quiere convencerme a mi y darme los mismos razonamientos
que le dan a ella, pero yo tengo mis ideas muy claras y nadie
me va a lavar el cerebro. Ahora ya incluso me dice que cuando
tengamos niños que tienen que ir a colegios del Opus.
Yo lucho contra esta situación pero a costa de que
se degrade nuestra relación, y estoy entre la espada
y la pared porque si intento hacerle ver las cosas desde un
punto de vista racional o incluso católico moderado
todo desemboca en fuertes discusiones en las que yo soy el
malo, S. es la buena, lo que yo digo está mal, lo correcto
es lo que dice S., el Opus es el camino y yo estoy confundido.
Y parece que cada vez que discutimos el tema le dan más
ganas de involucrarse más y más en el Opus.
Con lo cual tanto si lucho contra esta situación como
si no hago nada, Maria va siendo absorbida cada vez más
y más y estoy sufriendo mucho por ella, no se lo merece
porque es puro amor, pero no se da cuenta de donde se está
metiendo.
Lo que necesito es asesoramiento sobre como actuar con ella,
que puedo hacer, decir o cualquier cosa que sea buena para
"desintoxicarla" y volver a recuperar a alguien
que sea capaz de pensar por si misma, y no que piense lo que
le digan que tiene que pensar.
Quiero una mujer libre, una relación de pareja, no
de grupo y unos hijos libres y con capacidad de decidir por
ellos mismos, y que sólo Maria y yo podamos orientarlos.
Mucha gracias de antemano.
Juan L.
(De Satur) Por alusiones
Aunque todo el mundo en orejas me conoce como Satur, he de
aclarar que mi apellido de guerra es Sóstenes. En mi
mail Saturnino Sostenes no lleva acento, pues
no lo permite la innfomática. Como sabrán los
más avisados, Sóstenes fue un discípulo
de San Pablo; se le cita en Corintos 1 y, por lo que escribe
El Apóstol, le debieron de canear alguna vez.
Pues bien, por alusiones, contesto a Ana
María (con afán de ayudar a esclarecer
el turbio asunto)y su desopilante relato de las niñas
de Castellón en sujetador. No se si pillan la alusión
Sóstenes, Sostenes, Sujetador...
Las niñas de 2º de la ESO del colegio de Fomento
de Castellón Fomento no se hunde, Fomento bucea
dice Ana María son más avispadas y quieren
juerga. Vaya, vaya, con las criaturas, así que
quieren juerga. Y no se les ocurre nada mejor
que asomándose a la ventana del hotel en sujetador,
provocar a unos chicos. ¡¡¡Caray con las
niñas de Castellón de la Plana!!!. Lo de la
Plana, por lo que leemos en el relato, será un decir.
Los urcos se ponen más salidos que un balcón,
pero no reaccionan hasta el día siguiente. ¿Porqué?,
no se sepi. Pero al día siguiente, trabuco en ristre,
como si dijéramos, suben a la habitación
del hotel y tiran la puerta a patadas. Hala, chúpate
esa. Ana María aclara por suerte ellas no están.
Efectivamente, esas hordas de bosquimanos iban dispuestos
a todo. A todo; unos tipos que rompen la puerta de una habitación
un día después de ver unas chicas en sujetador
no se andan con chiquitas.
Luego ya se monta una del patín de la baraja: la poli,
interrogatorios, llamadas a las madres a hora de lo más
temprana. No nos aclaramos al final de relato de qué
sucedió exactamente la noche de autos. ¿Se asomaron
o no se asomaron?. Los chicos de 2º de FP del CFPIES
Rigoberta Menchú de Garrapinillos Alto, ¿rompieron
la puerta o no rompieron la puerta?. La niña que se
cayó del telesilla, ¿era una de las del sujetador,
o era una de las chivatas?. En el segundo caso, ¿no
se podía sospechar que fuese empujada por
una de las niñas malas?, ¿eh?, yo me pregunto.
¿No es también para sospechar que otra
dejó la toalla encima de una lámpara y quemó
una cortina, ¿eh?: ¡¡¡ porqué
quemó la toallaaaaaaaaaaaaaaa!!!. Ciegasssssssssssss,
¿no os dáis cuenta que es raro, raro, raro?.
¿No sería que ellos SÍ ESTUVIERON LA
NOCHE ANTERIOR Y AL NO CONSEGUIR SUS LUJURIOSOS PROPÓSITOS
DECIDIERAN VENGARSE DE LAS WALKIRIAS AL DÍA SIGUIENTE?.
¿eh?.
Desde luego, lo que tiene mérito, y dice mucho de esas
niñas, es asomarse a la ventana en sujetado r-ojo,en
Andorra- y con un frío del treinta y tres. Se pregunta
Ana María al final de la correspondencia ¿como
se os queda el cuerpo?. Pues, chica, a mi, sólo
de pensarlo me da un escalofrío y un yuyu que ni cuelpo
siento.
Satur
(De Gregory P.) Miscelánea
He leído varios correos, en los que algunas de las
personas que normalmente escriben se muestran un poco hastiadas,
por la deferencia, o el protagonismo, que se da a las intervenciones
José Carlos, que puede convertirse, en definitiva,
en el hilo conductor de la página. Yo creo que no.
He de confesaros que hace días que no leía la
página. Pero creo que tiene mucho que ver el momento
actual. Todo lo que ha pasado, los atentados de Madrid, las
elecciones, etc, me hace estar como en Babia, como si me hubieran
dado un mazazo en la cabeza, sin ideas, haciendo mi trabajo,
pero sin demasiada alma, cumpliendo los plazos legales (ya
os he dicho alguna vez que soy abogado), pero poco más.
Creo que esas cosas, que pasan a nivel particular, repercuten
también a nivel global. Incluso a nivel nacional. Estoy
seguro que todos, poco a poco, iremos recobrando el pulso.
Y volveremos a hablar de las cosas que nos interesan, que
para eso está esta página.
Tengo por costumbre no contestar los correos de José
Carlos. No hago sino hacer lo mismo que él, que tampoco
comenta los temas que yo introduzco, excepto en algún
caso, que también quiero reconocer. No me parece mal,
porque la libertad es lo único que nos queda a los
que no tenemos otra cosa. Pero libertad para todos. Y la mía
la empleo en contestar a lo que creo oportuno.
Sin embargo, me cuesta no decir alguna palabra a las personas
que se introducen en la página para decir lo mal que
lo están pasando en el momento de salir de la obra.
¡Cómo me hubiera gustado que esta página
hubiera existido cuando lo hice yo, y que pudiera haber compartido
mis angustias, que fueron muchas, con la tranquilidad de no
ser conocido, con otras personas a las que tampoco conocía!
Un tema que me parece muy interesante es el de las numerarias
auxiliares, al que ha hecho referencia hoy Carmen
Charo. No llegué a conocer a casi ninguna,
porque era agregado, y los agregados, al menos en el lugar
que yo vivo, y en el centro por el que yo iba, no veían
a una numeraria auxiliar ni en pintura. En el centro no había,
la limpieza, o la hacíamos nosotros, o una señora
de la limpieza normal y corriente. Y los retiros y los cursos
anuales, al menos los que yo hice, solían ser en lugares
donde no había administración, y el trato con
las señoras que nos atendían era discreto, pero
sin las tonterías que se daban en los centros de numerarios.
Un par de veces de invitaron a comer en el centro de numerarios
donde vivía mi director, y no lo pasé muy bien,
viendo a aquellas pobres señoras con la cofia de las
películas de "Lo que el viento se llevó..."
Siempre he tenido un cariño especial por las personas
que se dedican a la limpieza, o que te ayudan en otros menesteres
cotidianos, como llevar a los niños al colegio, traerlos,
etc. Veo en ellas a mi madre, que siempre hizo este trabajo,
fuera y dentro de casa. Y creo que otro de los errores de
monseñor era tratarlas como hijas pequeñas,
poco menos que como tontas. Seguro que si les hubiera pedido
consejo, de forma cotidiana, sus decisiones hubieran sido
mucho más atinadas. No me cabe la menor duda.
Un abrazo para todos.
Gregory P
(De Ana María)
Estimado Asinus,
no he podido aguantar la risa. De verdad. Ha sido increible
tu relato tan sumamente divertido, haciendo referencia
al tema tan cotrovertido y divertido a la vez.
Cuando hoy se lo he leído a mi amiga castellonera se
ha tenido que retirar al servicio, pues la risa era de escándalo.
Bueno, bromas a parte, daros las gracias de verdad, pues a
mí sí que me ayududaron mucho vuestros escritos.
Pensé que jamás sería capaz de decir
no el 19/03/2004, pero gracias a vosotros todo ha ido bien,
y sorpresa, no me han estado (de momento) agobiando, sería
que yo no les era muy util para sus pretensiones.
Besos a todos y adelante.
Ana María
(De Galileo) La "voluntad de Dios"
en el opus Dei
Quien más, quien menos ha sufrido una crisis al salir
del opus Dei. Esas crisis afectan a muchos aspectos de la
vida, uno de ellos es nuestra relación con Dios. Pueden
surgir entonces, con asombro, una serie de preguntas: ¿Por
qué tanta dificultad de algunos para tratar a Dios
al salir del opus Dei? ¿Por qué las crisis de
fe? ¿Por qué cuesta tanto separar y distinguir
entre el opus Dei y Dios y su Iglesia fundada por Jesús?
¿Cómo es posible que el bagaje de formación
del opus Dei -supuestamente tan sólido- parece como
que se volatilizara y desapareciera en un abrir y cerrar de
ojos tras nuestra salida?
Lo que sigue a continuación son unas reflexiones personales
-bastante desordenadas por cierto-, una búsqueda de
explicaciones del porqué -en mayor o menor medida-
a muchos nos ha pasado esto. Y aquellos que dicen que no,
puede ser que todavía crean en el dios del opus Dei,
un dios más cómodo que Dios. No pretendo agotar
el tema como tal -extenso y complejo-, sólo aportar
una serie de pensamientos que me dan vueltas por la cabeza.
(El correo completo de Galileo está en Tus
escritos y se titula "La
'voluntad de Dios' en el opus Dei")
(De Sergio)
A veces surge el tema de si el Opus Dei puede cambiar para
bien.
Me gustaría plantear una cuestión: ¿Se
corregirían TODOS los errores del Opus Dei si el secreto
desapareciese? Es decir, si tanto sus publicaciones como sus
decisiones de gobierno pudiesen ser conocidas tanto por la
Iglesia (Jerarquía y fieles) como por los propios miembros
de la Obra (por todos, no solo por los directores).
Por ejemplo: me parece bastante probable que, en caso de
conocerlas, la Iglesia no permitiría las peculiaridades
de la dirección espiritual en el Opus Dei (que sea
corporativa, que no haya secretos de conciencia, que se utilice
en contra del dirigido para tomar decisiones de gobierno sobre
él, etc.); ni permitiría que, con la excusa
de que sólo son aspirantes, niños de quince
años de edad se incorporasen (de hecho, aunque no de
derecho) a la Prelatura; ni que, a pesar de que oficialmente
la autoridad de los directores sobre los miembros laicos solo
afecta a determinados aspectos de su actuación, de
hecho en el caso de numerarios y agregados el dominio es absoluto.
Ni la sociedad civil consentiría, si lo supiese, que
los miembros que abandonan la Institución después
de años trabajando para ella en labores internas queden
prácticamente en la ruina, o que los menores de edad
sean inducidos a ocultar asuntos importantes a sus padres.
Para que sirva de contraste, como ejemplo de falta casi absoluta
de secreto tenemos precisamente a la misma Iglesia: se esté
o no de acuerdo con ella, es patente que en la Iglesia católica
prácticamente no hay secretos, ni en la doctrina ni
en el gobierno: las "órdenes" que recibimos
del Papa y de los Obispos nos llegan por la prensa, y cualquiera
(católico o no) puede conocerlas (y criticarlas, si
es su deseo). Cuando la Iglesia afirma la inmoralidad de ciertos
comportamientos (muchas veces en contra del sentir mayoritario
de la sociedad: anticoncepción, divorcio, aborto, etc.),
lo hace públicamente; si aprueba y aconseja la mortificación,
también; lo mismo cuando indica que los sacerdotes
deben utilizar un atuendo por el que puedan ser reconocidos
como tales, o cuando les impone el celibato, o cuando no les
concede la secularización solicitada. Es más:
no solo eso, sino que la Iglesia no tiene ningún reparo
en contestar por escrito a consultas y reclamaciones (precisamente
porque no tiene nada que ocultar). Frente a esta transparencia,
contrasta el comportamiento de la Obra (¿cuándo
han dejado algo por escrito que pueda ser utilizado en su
contra?).
Así pues, para que el Opus Dei cambiase, ¿bastaría
que renunciase a actuar amparándose en el secreto?
Sergio.
(De Tolorines)
Hola orejas:
En efecto, noto cierto desaliento, o mejor, cierta "sequedad"
en la página. Parece como si hubiéramos tocado
fondo. Cierto que notamos la ausencia de SATUR, pero imagino
que no es su función únicamente la de entretenernos.
Tampoco E.B.E. se prodiga, pero es que crero que ha hecho
un esfuerzo en sintetizar en pocas páginas lo mucho
que ha dicho, y eso no es fácil. Por otro lado, comparto
la opinión de GALILEO
de que todos tenemos obligaciones que atender. Todos los que
hemos querido nos hemos desahogado y lo cierto es que, con
la diversidad acaecida en la página, saco una sola
conclusión: que la Obra es unívoca, unidireccional,
intangible e irreversible en todos sus planteamientos. Los
procesos de iniciación, de captación, de estancia,
de preparación de la salida, y de la salida propiamente
dicha, son idénticos en casi todos los casos. El discurso
oficial se repite una y otra vez.
Esta mañana he estado desayunando con un numerario
con el que tengo cierto trato y le he comentado la existencia
de vuestra/nuestra página y la multitud de testimonios
que me he encontrado. La verdad, buscaba en esa persona (un
tío muy preparado y razonable, por cierto), alguna
explicación de "andar por casa" que intentara
abastecer las ansias de todos los que nos fuimos para encontrar
una explicación a ciertas actitudes de la Obra. Se
ha movido dentro de los parámetros por todos conocidos,
pero ha añadido algo que me ha dejado pensativo: "Mira
Tolorines, la Obra se vale y se nutre de los consejos e indicaciones
que dan los directores mientras lo son, y esos actos son el
vehículo del que se vale Dios para hacer su Obra; si
uno de esos posteriormente abandona, ya hay otros que transmiten
ese mismo espíritu; y así ha sido desde 1928,
y así seguirá siendo; la eficacia es momento
a momento". Esa frase apunta, con toda claridad a la
CONTINGENCIA HUMANA de la Obra. Como decía EBE,
coexisten quienes están en fase de "atrapamiento
en las redes" (los que aconsejan), y quienes han decidido
deshacerse de esas redes. Nosotros fuimos ellos, y ellos algún
día serán nosotros. Mientras todo va bien, mientras
el tono humano acompaña al espiritual, no hay problemas.
Los problemas surgen en cuanto a uno le tocan el interés
o le sugieren algo disparatado e ilógico. Pero no pasa
nada, siempre hay gente dispuesta (un grupo siempre numeroso
aunque con distintos protagonistas) a embuirse de la práxis
y transmitirla fielmente. En definitiva, en la Obra no hay
trienios. Cuando alguien da problemas, deja de interesar y
fuera. Esta página WEB hubiera sido igual hace 40 años
y dentro de 100 seguirá siendo igual.
Qué se le va a hacer.
TOLORINES
NOTA: cuando el oreja que está de
guardia contesta a alguno de los correos, su comentario va
en cursiva y es la opinión personal del oreja
que contesta. Lo hace expresando su opinión como
uno más de los que escribís, no como línea
editorial de la web. Sus opiniones son igual de personales
-y criticables y respetables- como las opiniones que se vierten
en los correos que se reciben.
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