DIECISIETE
AÑOS EN EL OPUS DEI
Testimonio de un ex numerario de Estados
Unidos
(Traducido por Hormiguita, Dionisio y Galileo)
versión
original en inglés
Dirección y gobierno
Uno aprende el significado de "personal" en la
Prelatura Personal. Al Opus Dei le gustaría que la
gente entendiera que el alcance de la Prelatura está
definido por las personas que son miembros y no por un territorio,
como sucede con una diócesis. Según mi experiencia,
eso también significa que está basada en la
autoridad de una persona, el Padre, y la absoluta lealtad
a él. Todos los directores actúan en su nombre.
La dirección es dada en persona y toda la formación
es verbal -lo que significa que no hay registros o testigos.
Esta estructura deja al individuo en una posición de
completa vulnerabilidad. Cuando tu pides la admisión,
lo debes hacer por escrito, pero la respuesta es siempre verbal.
Cuando yo fui finalmente dado de baja del Opus Dei se me comunicó
verbalmente, aunque yo había escrito varias cartas
de quejas que ellos retuvieron. Tras 17 años en el
Opus Dei, no tengo nada que pruebe que yo fui un miembro.
Mi experiencia es que los directores te mentirán si
no pueden encontrar una forma más satisfactoria de
evitar tus preguntas. En la formación que recibí
se nos enseñaba a mentir cuando fuera necesario para
defender el Opus Dei. Se nos ponía como ejemplo que
un buen hijo siempre defiende a su madre aunque ella sea una
prostituta.
El Opus Dei dice que en una familia los padres y los hermanos
mayores no siempre cuentan todo a los niños pequeños.
Usando este argumento justifican que los directores no digan
toda la verdad a los miembros. Ciertamente es difícil
contradecir tal argumento, los niños pequeños
no siempre tienen derechos individuales reconocidos por la
ley ni son completamente independientes de sus padres, material
o emocionalmente. Tampoco tienen responsabilidades morales
o fiduciarias en la sociedad y antes del uso de razón
no tienen ningún tipo de responsabilidad. A medida
que crecen, los niños van adquiriendo responsabilidades
y necesitan tener el conocimiento adecuado para tomar decisiones
morales. Además, cualquier hijo adulto que trabaja
en un negocio familiar tiene el derecho y la responsabilidad
de conocer lo que pasa en el negocio.
Otra diferencia entre una familia natural y el Opus Dei está
en que los hijos hablan familiarmente con su padre. No necesitan
hacer una cita con él una vez a la semana, como hacen
los miembros del Opus Dei con su director. Tampoco se les
pide que desnuden su alma ante su padre aunque algunos padres
puedan ser muy exigentes e intimidantes.
El Fundador, mientras vivía, era la infalible fuente
e intérprete del espíritu del Opus Dei, una
nueva estructura organizacional en la Iglesia Católica.
Aunque la gente fuera nombrada para estar en un consejo de
gobierno o en un directorio en el cual supuestamente ejercerían
su libre criterio profesional, con frecuencia se les exigía
hacer las cosas de una determinada forma porque ese era el
espíritu de la Obra. Tras la muerte del Fundador, esta
estructura autoritaria ha continuado bajo su sucesor y ahora
el siguiente sucesor, quien ha repetido la enseñanza
de que ellos tienen un camino seguro señalado por Dios.
Si alguien tiene una duda sobre cómo hacer algo o cómo
resolver un problema, solo necesita preguntar qué habría
hecho el Padre, y hacer lo mismo. Esos precedentes históricos
siempre condicionarán la libertad y el criterio profesional
de los que toman decisiones en el Opus Dei.
Cuando yo estaba en pleno conflicto entre mi conciencia y
la vocación, escudriñé las Escrituras,
libros de teología y los documentos internos de la
Obra para tener una idea más clara de la lealtad como
virtud. La única cosa que encontré fue una cita
del Fundador en la cual pedía por favor a la gente
que fuera leal al pobre pecador que él era.
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