A QUIEN
PUEDA INTERESAR
Autor: Satur
1. Josecar anda erre
que erre... (4-3-2004)
2. ¿Qué
has hecho del pasado?... (20-3-2004)
3. Se ha escrito
esta semana sobre temas... (4-4-2004)
4. Esta Semana Santa
coincidimos La Piedra y yo... (11-4-2004)
5. Muy buena la anécdota
de Salomé... (20-4-2004)
6. Sigamos con
más anécdotas... (5-5-2004)
6. Asomarte a
los orejas es... (9-5-2004)
7. Quizá
sean las frases más citadas... (16-5-2004)
8. Sigamos con
más anérdotas... (23-5-2004)
9. ¡¡¡Más
anérdotas!!!... (30-5-2004)
10. Hanibal
Lecter a su lado era una catequista ... (5-6-2004)
11. La Piedra,
antes de ir a trabajar... (13-6-2004)
12. De cómo
salvé de morir quemada a una agregada (28-6-2004)
13. De cómo
salvé también de morir abrasada a una hermosísima
chica de san Rafael (5-7-2004)
14. Anercdotones
de noches de verano (11-7-2004)
15. ¡Venga
ya, hombre! (16-7-2004)
16. Oye, Ferrán...
(25-7-2004)
17. Llama muchísimo
la atención (9-8-2004)
18. Un tipo
muy enamoradizo (16-8-2004)
19. La cosa
sexual (23-8-2004)
20. Regreso
de un viaje profesional... (27-8-2004)
21. Me cita
Josercar en un asunto... (6-9-2004)
22. Nos escribió
Conchita Regojo (10-9-2004)
23. Creo que Tomás no insulta en
su escrito (12-9-2004)
24. Pillaste, Josecar (21-9-2004)
25. ¡¡¡Vaya la que se
ha armado con Josecar!!! (1-10-2004)
26. En la opus se anima con machacona
repetición (13-10-2004)
27. Al sobrecogedor relato de María
Cristina... (17-10-2004)
28. En la última correspondencia
de Pentium... (24-10-2004)
29. Hace una mañana lluviosa y fría
(31-10-2004)
30. ¡Ayyyy la política!
(7-11-2004)
31. Más anécdotas
(Última entrega 19-11-2004)
Creo que Tomás
no insulta en su escrito. Está quemote y nos llama
mentirosos, pero eso no es insultar. A mi me suena más
a enfado de niños que se sacan la lengua y dicen "
uh,uh, chínchate, mentiroso, más que mentiroso",
y el otro " verdadoso, uh,uh, y tu padre más,
rasca, rasca", y el de antes " pues, sí,
sí, mentiroso capiroso, hala, y se lo voy a decir al
Isra, mi helmano, uh,uh...". En fin, tonterías.
Reconoce que se puede dejar la opus después de dieciocho
años y ser EL HOMBRE MÁS FELIZ DEL MUNDO. O
sea, éste no siente rejalgar ninguno. Ya es un buen
testimonio. Está esperando su segundo hijo -¡¡¡enhorabuena,
otro López en el manicomio!! -, y se queja de que exageramos,
sacamos las cosas de contexto, no vivimos la CARIDAD y juzgamos
intenciones. Y, hombre, algo de razón tiene. Como botón
de muestra el último de Dionisio
que saca sus demonios particulares y mete un viaje a varios
numerarios que ya te digo, colegui. Si alguno de ellos lee
la correspondencia del Dioni se queda con la misma cara que
una amiga mía ya entradita en años que se fue
a hacer la cirugía estética y estuvo siete horas
con el cirujano...¡¡¡para hacerle el presupuesto!!!.
Pues lo mismo.
Yo también he dado algún viaje, y algún
estiramiento. Es mi otro yo, que me pierde. Mi lado malo.
De todas formas, hay varios asuntos en la correspondencia
de Tomás que me han dejado estruprefacto y no puedo
menos, para salir de dudas, que preguntárseles y que
me les diga, o me les aclare.
Primera.- Afirmas que te has casado con una mujer "más
que estupenda". Pregunto " más que estupenda",
¿respecto a quién?. Estupenda , ¿en qué
sentido?. Estupenda de que está estupenda, o estupenda
de que es estupenda. Estupenda porque sólo tienes esa
Penda y no has conocido más Pendas que ella, o, por
el contrario, es tu penda porque después de muchas
horas de vuelo esa Penda es tu Penda. La genuina. La Piedra,
por ejemplo, también es estupenda, y más que
la tuya, por si no lo sabías, pim, pim. Es como Vimp
limpia hogar, que hasta podrías comer dentro de tu
fregadero. Y, por si no lo sabías, que sepis que La
Piedra fue Dama de Honor en el IES Rigoberta Menchú
- no confundir con Conchita Regojo -en no sé qué
año, que ahora no me acuerdo y ella no está
en casa para poder consultar.
Acláremele, Tomás.
Segunda.- Cuando escribes una relación de cosas que
no hicieron bien contigo allá dentro en una dices "decirme
que atendiera las charlas en un idioma determinado".
Macho, por más vueltas que le doy al asunto no pillo.
¿Qué idioma era ese tan determinado?. ¿El
de los signos para sordomudos?, ¿el esperanto?...¿Asistía
algún chinito Mitoka Tokiski por la labor y te obligaron
a recibir la charla en Cantonés?
Dame paz, y explícamele, porfa.
Tercera..- Afirmas que la obra está formada de hombres
y mujeres de canne y hueso y por eso hay errores. Y categóricamente,
y en mayúsculas, escribes "ESTO LO SABEN HASTA
LOS MONOS". Vamos a ver, Tomás, los monos no pueden
saber eso por la sencilla razón de que son animales
- ¡¡¡NO POSEEN NUESTRA INTELIGENCIA!!!.
Funcionan por instintos. Hombre, esto que lo escriba un urco,
pues pase, pero tú, que conoces la relaciones intra
Trinitarias ad extra, ab intra , y ab salón ab salón,
hijo mío, pues como que no. Y, además, no sólo
tenemos canne y huesos, también está el alma,
inmortal, indivisible y principio de nuestra propia subsistencialidad,
contri menos. Eso también lo debería de saber,
¿eh?.
Cuarta.- "Me fui con paz, con alegría y con serenidad".
Bien, si Paz, Alegría y Serenidad son tres mujeres,
pues trago. Allá tú, Pero si son tres virtudes,
me cuesta creerlo. Todo tu escrito está repleto de
mayúsculas - en intelnés escribir con mayúsculas
denota cabreo, desazón, nervios exaltados, ánimo
turbado. Relee los escrito y das sensación de todo
menos de paz, alegría y serenidad. Te deseo las tres
y que reencuentres tu presencia de ánimo.
Quinta.- "El Opus Dei me ha enseñado desde usar
el desodorante hasta las Relaciones Intratrinitarias y todo
lo que hay en medio de esos dos extremos". Frús
total, machote. Aquí sí que me has dejado tipex
total. Yo recuerdo que al marchar al Centro de Estudios mi
mamá me hizo la maleta, ayudada por mis hermanas y
mi padre, felices todos y contentos (¡¡¡BIEEEEENNN,
SE VA SATURRRR PARA SIEMPRE, VAMOS, VENID, AYUDADME A HACERLE
LAS MALETAS!!!) y en el neceser me colocó un desodorante
marca Williams Stick de color azul oscuro. Lo estoy viendo.
Pero lo tuyo ya es de traca, colegui. Ni el Iiiiisra, el henmano
del Ríííchal, el del Carefúúúl.
Y, luego sólo de pensar el apuro que debió de
pasar el que te tuvo que explicar el uso del deodorant se
me ponen los vellos como escarpias, incluso los de los brazos.
- Mira, Tomás, esas flores que te salen del sobaquín
, ese rasca rasca que tienes, esa olor a Papeleras de Navarra,
es porque no usas desodorante... esto es un desodorante, ¿ves?.
Se quita el taponcín de arriba, chuiiiick, y esto así
de color como más chuli se echa en el sobaquete...
se levanta el brazo así parriiiba y pimba, pimba, venga,
a darle. Y luego en el otro sobaco. ¿Vale?.
- Vale. ¿Y no se mancha la camisa?.
- Ay, no, que se me había olvidado el detalle. No se
pone encima de la camisa. Eso nunca. Directamente sobre las
flores y luego, repito, luego, te pones la camisa, o el polo.
Desde luego, ya les puedes estar agradecido.
Lo de las Relaciones Intratrinitarias. Te voy a contar una
historia que me pasó a mi, por si te sirve. Iba un
día paseando por la playa pensando en cómo sería
la esencia de Dios y, en esto, que me encuentro con una niña
que está con un pozalito cogiendo agua del mar e intentándola
llevar a un agujerito que había hecho en la arena.
La observé en silencio. Segundos después le
pregunté
- Niña, ¿ porqué te afanas en llevar
el agua del mar a tu agujerito regojo?.
- Es que quiero - contestó con dulce voz - meter toda
el agua del mar en él.
- Juá, juá, juá - reí al escuchar
la respuesta bisoña de la niña - pero,¿no
ves que eso es imposible, pequeña flor, no puede introducirse
toda el agua del mar en ese agujerito.
Y, entonces, cambiándole la voz a la de un camionero
de Atalanta (era un ángel) me dijo " Y TÚ
QUIERES METER LA INMENSIDAD DE DIOS EN ESA PORQUERÍA
DE CABOLO, IMBÉCIL. Y A VER SI LEES MÁS, ATONTAO
, continuó, QUE ESO MISMO ME PASÓ CON SAN AGUSTÍN
HACE OCHOCIENTOS AÑOS Y ESTÁ ESCRITO POR ALLÍ.
Imagino que no te lo creerás, Tomás (como aquel
otro Tomás incrédulo) así que aquí
te envío la instantánea. Se aprecia a la niña-ángel
y algo del agujerito regojo.
Un abrazote, y felicidades por la familia que crece.
Pillaste, Josecar.
Me tenías inquieto porque había facetas en tu
pelsonalidad que no conseguía entender. Y en tu última
correspondencia -gracias a una alusión que haces a
un escrito mío -me dije "caíste, Maciste":
Josecar no tiene imaginación. Y eso explica muchas
cosas.
"Termino -escribes- con una pregunta totalmente
trivial, que me ha estado intrigando y me recordó Satur
cuando en uno de sus correos recientes utilizó - sin
venir a cuento, como siempre - un verso de José Luis
Perales: ¿es verdad que la canción de Perales
que dice, "a veces me pregunto si en verdad valdrá
la pena, dejar la vida entera en un papel, no sé, no
sé" se refiere a la petición de admisión?".
Contesto primero tu duda Peraliana. José Luis, Pepelu
para los amiguetes, ha dicho siempre que no es, ni ha pertenecido,
ni ná de ná, con la obra del Máximo Total
Simplicísimus. En una entrevista en el Mundo digital
a la pregunta de si era verdad que era del opus contestó
"¡¡¡ quééééééééééééé´!!!,
¿¿¿comooooooorrrrrrrr???". Con eso
está dicho todo. Y, hombre, si te pones a interpretar
letras de canciones tampoco creo que Concha Velasco, nuestra
Concha, sea de la prelatura porque cuando canta eso de "¡¡¡no
te quieres enteraaaaar, yé, yé, que te quiero
de verdad, yé, yé, yé...!!!" se
refiera a la resistencia a querer pitar de una posible aspirante
y se le anime con la canción a una entrega total por
amor al Amor que le quiere de verdad. Ya no quiero pensar
como interpretar la de "Es una laaaataaa el trabajar,
todos los días te tenés que levantaaaarrr...",
compuesta, pobablemente, por un jesuita -¿el Padre
Vergés quizás? -para minar el mensaje central
del espíritu de la obra: la santificación del
trabajo y de los deberes ordinarios del cristiano ande esté
y a la hora que esté, como Martini.
Aclarado el tema que tanto te intrigaba, vamos a lo nuestro.
O sea, que en mis correos utilizo cosas "sin venir a
cuento". Puede ser. Pero también puede ser que
tú no poseas imaginación y veas, entiendas e
interpretes las cosas tal y como las escuchas, las lees, o
las ves. Eso hace que te quedes sinceramente perplejo y desconcertado.
Me he encontrado, y me encuentro, muchos como tú en
mi vida, y no es fácil convivir. En el fondo es un
choque de visiones entre mundos donde se vive sin sentido
del humor, o con sentido del humor, o... rayando la locura
(puede ser mi caso).
Tendría yo diez añitos y un día mi padre,
un hombre bueno, serio, reservado, contemplativo y muy ordenado
en sus asuntos, escuchó que alguien gritaba como un
poseso en su despacho. Era yo. Era yo, pero enloquecido por
una serie de dibujos animados, Chazán, que al terminar
de verla me impulsaba a encerrarme donde fuera y repetir lo
que había visto. Aquel día le tocó el
despacho de mi padre. Cuando mi padre abrió la puerta
se encontró a su hijo gritando mientras daba un gigantesco
bote de su sillón a un armario, sudando las babas de
la trompeta de Louis Astromg, y con unas vitolas de puros
que hacían de anillos en mis dedos. Anillos que rompía
mientras gritaba emocionado al comprobar la fuerza de mis
miembros al cerrarse - ¡¡¡AJJJJJJ... UACHHHHHH!!!!-,
y que tiraba al suelo (todo el suelo era una alfombra de vitolas
rotas y esparcidas por doquier). Era su colección exclusiva,
magnífica, primorosamente ordenada en cajitas por fechas,
antigüedades y calidades. Era su secreto, celosamente
guardado, de años dedicados a una colección
que era su orgullo... Y, ahora, allí mismo, delante
de sus narices, su hijo Saturnín, con ojos de loco,
afónico de tanto griterío para asustar a miles
de enemigos que hasta unos segundos antes querían invadir
la Tierra -nuestro planeta, Josecar - todas las vitolas eran
mierdecillas de ovejas.
Nunca olvidaré esa cara. El que enloqueció
entonces fue mi padre. Me enganchó del cuello y como
si fuera un guiñapo de trapo me arrastró hasta
la bañera, vestido (vestido yo... y mi padre, claro),
me introdujo en ella, abrió el grifo de agua fría
y comenzó a gritar "¡¡¡A VER
SI MADURAAAAASSS, COJONES, A VER SI MADURAAAAASSS!!!"
, mientras mis hermanas y madre se asomaban temerosas al pasillo
pensando que Abraham sacrificaba, por fin, a Isaac.
¿Ves?. Yo tenía imaginación y mi padre
no.
En todos los centros de la obra me encontré con gente
sin imaginación. El colmo fue uno, sacerdote, sesenta
años, que me dijo un día a solas, después
de la confesión "oye, mira, a mí lo que
me pasa es que no tengo imaginación y, pues que no
te entiendo. No sé cuando hablas en broma o cuando
en serio, y me tienes desconcertado, porque yo todo me lo
tomo en serio... ¿qué podrías decirme
antes cuando es en broma o es en serio?". Como te lo
cuento, Josecar. Hay que ser muy buena persona para andar
así por el mundo. Éste mismo me contó
que, recién ordenado, viendo que no entendía
el tema de las relaciones entre novios y la cosa sexual, la
delegación le envió a que tuviera una charla
con un sacerdote con experiencia y probada virtud, y me comentó
"¡¡¡me dijo cada cochinadaaaaa!!!".
Ya te digo, blanco y negro.
Recuerdo que en un centro donde habitaban seis o siete de
esta raza comenzaba el círculo breve. Ya sabes, se
inicia con la formula de "Ven , oh santo Espíritu...",
y en esto que entro en ese momento y, mientras me arrodillo,
extiendo los brazos como un avión en vuelo rasante
y digo "¡¡¡ ÑÑÑIIIIIIAAAAAAMMMMMM!!!".
Ya ves, una gracieta de las que no vienen a cuento: quería
darle plasticidad al asunto del Espíritu Santo sobrevolando
sobre la sala de estar. No hizo ninguna gracia. Y la cara
del director me recordó, y mucho, a la de mi padre
con las vitolas. Suerte que allí no había bañeras.
El paquete se oyó en el Cortile de San Dámaso.
Cuando uno no tiene imaginación todo se lo toma muy
en serio. Si reza las tres avemarías de la noche y
en la última no sabe si lleva dos o tres, vuelve a
empezar, por si acaso, o si las ha rezado a la carrera, repite
vocalizando logopeda total, que es lo mismo que el niño
que va por la calle jugando a no pisar las junturas de las
baldosas y si pisa una vuelve a empezar. Les gusta mucho el
mecanicismo religioso, saber a qué atenerse, conocer
muy bien los criterios, las normas, las frases hechas. Si
en un círculo breve te sorprenden que has cruzado las
pielnas dan un salto como Santa Claus en una playa nudista,
si son ellos los que por descuido han cruzado la pielna dan
un respingo como si se hubieran torcido un testículo,
por ejemplo. En realidad, como si eso fuese una falta, quizás
un pecado. Se es así.
No me defiendo, yo también soy de otra manera, pero
reivindico el buen humor, que es hijo de la imaginación.
La religión, y sobretodo la cristiana, es un universo
de imaginación, de metáforas colosales, de símbolos
que significan mucho más de lo que ves. Es más
eso que el mecanicismo pietista. El relato del nacimiento
de Cristo es una maravilla de alegría, de sencillez...
es difícil encontrar páginas más alegres.
La imaginación de Jesús era fantástica,
basta echar un vistazo a las parábolas de la Misericordia
y ver la alegría que se respira en ellas. Alguien dijo
que son las palabras del UNO (un hijo, una oveja, un dracma...)
Su manera de perdonar, de darle importancia a lo que tenía
importancia, y quitarle a lo que no tenía, es sorprendente
por su sensibilidad, inteligencia, conocimiento del corazón
humano y buen humor. A Jesús dudo mucho que le importara
que se cruzaran las pielnas, que se rezaran más o menos
largas listas de oraciones o que los brazos estuvieran más
o menos en cruz.
Escrivá decía que perder el buen humor es cosa
muy grave. Pues, mira, tenía razón. Yo creo
que es letal. También decía "que estén
tristes lo que no son hijos de Dios". Para él,
sobretodo, eran hijos de Dios los del opus dei. Le gustaba
mucho repetir eso de "hijos de Dios en el Opus Dei".
Sin embargo, en la obra se acaba confundiendo alegría
y buen humor con buena educación, no es lo mismo, con
politesse. Y poca gente alegre, alegre de verdad, se ve con
los años.
A mi también me parece que escribes cosas que no vienen
a cuento, pero son muchas correspondencias y se ve que eres
así. De vez en cuando te metes en unos jardines...
En la contestación que escribiste a Tomás
López, el de la Guerra de las Axilas, tienes
una primera parte medida, sosegada, pausada, serena, pero
hay una segunda parte que es de patinaje sobre hielo con tutú
y doble tirabuzón. Un troncazo de secuolla cuaternaria.
Escribes "Y si realmente te importa su alma y su
felicidad ("de cien, las cien", ¿recuerdas?),
lo primero que hemos de ofrecer es caridad y comprensión.
Si tienen una visión descarnada de la Obra y de sus
miembros, por favor no se la refuerces. Sé que no es
fácil, yo fallo muchas veces, pero empecemos por no
arrojar insultos como "mentirosos" y "bellacos"
(no estoy seguro, pero creo que se escribe con b). Perdona
que te lo diga, no me imagino a ese "alter Christus"
que tú y yo queremos ser escribiendo esas cosas".
¡¡¡Vaya troncazo!!!. Y, además, ese
"¿recuerdas?" está de más.
En plan catequista coleguita con poverello mocosín.
Sobra.
Y eso de que de cien almas, las cien... cuidadín,
que allí hay mucha leña que cortar. Y lo del
alter Christus, lo mismo.
Yo no quiero ser un alter Christus.
¡¡¡Vaya la que se
armó con Josecar!!!. En mi opinión Josecar
es necesario en la página. Sin él ya nada sería
igual. Joseca`los es Joseca`los y no cambiará nunca,
¿pero se trata de eso?. Es cierto que, a veces, se
mete en unos jardines y se encharca que no veas, que su tono
didáctico- moral- afectivo - reflexivo alehop puede
resultar para algunos irritante. No sé. Yo creo que
san Esteban, el protomártir, debía de ser un
poco como Joseca`los , que dice que le escuchaban los judíos
y se ponían de los nervios todos y el tío, erre
que erre, mirando al cielo en plan "¡¡¡mis
ojos han de ver a Jesucristo mi Señooooorrr!!!"
y, claro, los judíos más cabreados y, venga,
a darle de pedradas y guantazos. Y no es eso, hombre. Es buen
chaval. Palizín, pero buen chaval.
A mi José me cae muy bien, y le entiendo. Hay que
saberlo degustar, como esos caldos que aconsejan beberlos
con el retronasal miembro epiglótico para saborear
su afrutado aroma y el recuerdo amaderado de las cepas de
Aydajou. A Joseca`los hay que saborearlo. Es denominación
de origen, ciento por ciento D.O.
¿Qué defiende la opus?. Pues muy bien. También
hay quien se mata por el Barça, o por el Bocachuniors,
o con la Petit Terin, la mujer más pequeña del
mundo. Inclusamente hay quien colecciona jotas de los adoquines
de la Pilarica con versos como "me encanta verte en la
escalera/ porque te veo las pantorrillas/ y también
un poco de roña/ que llevas en las rodillas",
y te dicen que eso es lo más de lo más. Pues
vale.
¿Se nos va a negar esos finales fantásticos
de Joseca`los?. Esos "si necesitas ayuda, no dudes en
pedir mi dirección a los orejas, estaré encantado
de poder charlar de paz , amor y socorrismo incluso",
o esos "gracias a Brisas, a Pablo, a Carmen Charo, a
Satur - gente que le habíamos dado caña hasta
en el velo del paladar -, gracias , de verdad, porque me siento
más cerca de Jesús ofreciéndole esta
humillación por la salvación de la Humanidad
Redonda y el Universo Infinito Sí". ¡¡¡Eso
es impagable!!! Entiendo que a más de uno/a se le abran
las carnes y se licúe todo y aún quiera darle
más tralla... Pero él es así. Y lo necesitamos.
Además, nos quiere. Eso se nota. No se le puede comparar
con Nicole Di Bari, o el señor de las Moscas, o Adelito,
que se fue con otra, y no le seguiremos ni por tierra ni por
mar, ni en buque de guerra, ni en un tren militar (Adel, Adel,
yo no sé si todos los de tu pueblo son tan tontos como
tú, porque mira que eres tontaina y pim pim, paleto
más que paleto, que naces en verano y sales botijo,
hijo. Y si yo hubiese sido tu director, vamos, te acompaño
hasta tu pueblico con banda, alfombra roja, pendones y, encima,
te doy dos besos. No salgas de tu pueblo, campeón,
y sigue comiéndote los moquicos).
Hala, ya me he quedado tranquilo con Adel.
Reinvindico a Joseca`los. Aunque sea predecible lo que pueda
escribir -como lo soy yo o Epi, o Amapola - es importante
que diga la suya. Aunque la suya se parezca bastante a la
versión de Romana, aunque a veces cante más
que una pegatina de esas que llevan los camioneros "Mi
Paqui y mi Loli van conmigo" en el Papamóvil,
hay gente que le respeta, le ayuda o, sencillamente, contrasta
. No todos semos iguales.
Hace años conocí un médico muy prestigioso,
un gran personaje, supernumerario, con más hijos que
los innumerable mártires de santa Engracia. Era un
humanista. Conversar con él era un disfrute. Por razones
que no viene al caso contar, solía escapar cuando cerraba
la consulta para acompañarle a casa y hablar de todo
y de nada. Una noche, lo recuerdo bien porque fue nuestra
última charla juntos -murió de infarto horas
después (en el prospecto de Satur, en las contraindicaciones,
dice que su abuso puede causar migrañas, diarreas y,
en ocasiones, la muerte)- le comenté el caso de un
chico del colegio -le atendía él como médico
-"a éste le puse entre la espada y la pared y
no hubo forma de sacarle nada". El doctor me miró
como yo mismo miré ayer mi móvil cuando le sorprendí
cayéndose del bolsillo de mi camisa hasta el water
al levantar la tapa para no dejar gotitas de pipí y
que la Piedra se sintiera orgullosa de mi. Ver suicidarse
así un Nokia, perdido entre la mieeeerda, fue muy duro.
Pues asín me miró el doctor, y me pegó
un paquete Samurai.
Aquel hombre no entendía cómo tenía
la desfachatez de decir sin sonrojarme que ponía a
un chaval "entre la espada y la pared". Yo entonces
tampoco le entendí a él, pues era táctica
habitual en el apostolado y en el proselitismo, si se requería
un tercer grado. Lo hicieron conmigo, y yo sólo repetía
lo aprendido. Vamos, no es que fuera una espada y pared, era
la Gran Muralla China y el trabuco de Kin Kon. Me hizo ver
la gravedad de esos modos. Y hablamos de la opus. Él
tenía varios hijos numerarios, alguno director altísimo,
otro sacerdote, algún numerario de a pie, algunas numerarias.
Habló de sus hijos y, más indignado que apenado,
se quejaba de uno de ellos, el director altísimo "Zutanín
ha dejado de ser Zutanín, no es el Zutanín que
eduqué. Es puro Opus Dei, sin ninguna personalidad,
sin aristas propias, sin personalidad definida, sin corazón...
No reconozco al hijo que tuve, al chaval que venía
del colegio y tenía su forma de ser, esa que hacía
que fuera él y no ninguno de sus hermanos. Ahora viene
a casa y sólo habla de cosas institucionales, sabes
perfectamente el consejo que va a dar a sus hermanos, a su
madre o a mi porque es el que ha hecho propio según
los criterios de la obra: está institucionalizado hasta
las cachas.
Habló del sacerdote. Todo lo contrario. Lo veía
más realizado, más libre, más humano,
se le reconocía. No era una acortezamiento de tío.
También comentó del tercero, acaba de hacerse
de la obra, "éste es un pajarito enjaulado, se
marchará, o se marchitará". Diana: se fue,
aunque algo marchito.
Pues aquí, en orejas, hay de todo, y Joseca`lo es
pelín institucional, y qué le vamos a hacer,
y otros somos más de pallá, pues nada.
Amo a Joseca`lo, qué caray.
Estoy convencido que Orejas jamás cambiará
nada del Opus Dei. Nada. Lo que no entiendo es como supernumerario/as,
agregados/as, numerario/as que están dentro, que nos
leen -no son pocos- y que alguno te escribe diciendo que esto,
esto y esto no lo ven, que no son modos, que me chirrían
las ruedas, no hagan nada por cambiar esas cosas y se contenten
con ir tirando, mirar hacia otro lado, y si les mean decir
que llueve.
No entiendo tampoco que gente que estuvo allí tan
sólo dos, tres o cinco años, salgan tan tatuados,
tan quemados, y que años después esas cicatrices
sigan abiertas. Me parece muy serio, y dice mucho de la formación
recibida en los primeros años. Una formación
que deja demasiadas conciencias atormentadas.
Por cierto, alguien comentó que había que felicitar
al primero que usó la denominación "La
Opus" en Orejas. Fui yo. Pero no es mía. El mérito
es de una madre de un colegio donde yo daba clases. Una de
esas gorditas, pequeñitas, currantas ,con una delantera
que parecía un lanza misiles, que te daban ganas cuando
estabas delante de ella de levantar las manos y gritar "¡¡¡no
dispare, por favor, no dispare!!!" -pastelera la buena
señora- que cuando venía a tutoría te
duraba cinco minutos, no como esas otras (¡ suspirito!),
más In the Sunshine Buterfly Master, que es que no
se te hacía la hora. Pues esa primera que hablo, un
día llamó al colegio para concertar entrevista
y ver si apuntaba al Isra, y descolgué yo el teléfono.
-Colegio Montemontemonte, dígamelllll?
-¡¡¡ ¿Qué é el colegio
de la ópu!!!?
Y volví a colgar porque me iba en risas flojas.
Animo Joseca`lo.
En la opus se anima con machacona
repetición a ser otro Cristo... ¿Otro Cristo?.
Fuerte, colega, muy fuerte, y de nefastas consecuencias, el
creerse "otro Cristo". ¿Cuál es el
criterio de esa identificación?: ¿los sentimientos?,
¿las obras?, ¿las palabras?, ¿los gestos
exteriores?... Hay que conocer muy poco, o muy mal, a Jesucristo
para afirmar con esa rotundidad que uno puede ser otro Cristo.
¿Cómo se hace?: amando, rezando, con disciplina
interior y exterior, sacrifícate y habla de Él
por doquier, se me contestará. San Pablo lo dice muy
claro -se argumentará- "tened los mismos sentimientos
que Cristo tenía en su Corazón".
Sí, pero Cristo es Dios. Y Él mismo dijo que
cada vez que se lo hacéis a uno de estos me lo hacéis
a mí, o que en el Juicio sentenciará "tuve
hambre y narices, tuve sed y que te den, estuve preso y allá
tú". O sea, que todos somos de algún modo
Cristo. Todos somos personas dolientes, necesitadas y con
nuestro poso de miseria. Tarde o temprano sentiremos en nosotros
el zarpazo de la soledad, de la pobreza, de la enfermedad,
de lo peor en cualquiera de las miles de formas que tiene
de presentarse y que nos hacen sentirnos unos tipos "que
están jodidos". No seremos "otro Cristo"
en el sentido opusino de perfección, de disciplina,
de gravedad, de santidad, de seriedad de mulos, de gestos
con unción... pero seremos el Cristo que dice Él
que sí es. O sea de que, que a lo mejor no se trata
tanto de querer ser a base de echarle cojones al asunto, como
de dejarse ser, saberse amado. El que ha pasado por eso sabe
de qué hablo.
Nunca me he sentido otro Cristo, en el sentido opusino chachi
"Talita Cumi", ni en el mejor de mis momentos. En
el mejor de mis momentos se confundían en mí
desde los pensamientos, acciones y propósitos más
altos, hasta la pobre condición de Satur -cada uno
tiene la suya- llena de cosas, no escribiré malas y
superpecadoras, sino ridículas, tontas, pequeñas,
estúpidas y absolutamente humanas. Porque semos pelsonas
humanas de calne y güeso. Semos asín. Todos.
En el peor de los momentos, esos en qué constatas
de una manera inquietante que eres un desastre, que percibes
lo fracasos, las mentiras, las torpezas y las miserias de
tu vida de modo que parece que ya no hay solución.
Incapaz de arrepentirte porque ya no distingues la bondad
de la maldad de las cosas vividas, que estás perdido
y no te queda fe en ti mismo. Entonces Cristo dice "ese
soy YO". Ese es el Cristo que yo he sentido. El que me
ha hecho feliz. Me quedo con Ese. Justo cuando ya nadie da
nada por ti. Ni siquiera San Josemaría Escrivá
de Balaguer y de Barbastro Todo y de Allende Lasfronteras
y Másallá. Ni dos céntimos daba por mí.
Muy santo, sí señor.
Un día antes de dejar la Opus yo era para ellos "otro
Cristo". Uno de los suyos. Un tipo simpa, alegre, entregado
en plan "así rezaba, así así, así
rezaba, así, así, así rezaba así
así, así que rezaba que yo le vi", o "así
hacía apostolado así, así...", o
"así era en la tertulia así, así...
así li era que yo li vi". Al día siguiente
de mi marcha yo era el último esputo de Tom Waits.
Escrivá decía que a él le trataron como
a una escupidera. Pues a mi también, majete, a mi también.
Hace unos día me escribió una ex numeraria
que vivía en mi misma ciudad y que dejó la obra
unos meses antes que el menda -ya ha pasado tiempo y se puede
contar. Como los de la Freidura cuando lo dejas te dicen que
mejor no te despidas y que salgas así como de tapadillo,
pues la chica se fue. La gente preguntó por ella y
se contestaban evasivas, lo que hizo que las lenguas de ese
corral de difamadore/as y maledicentes les dieran por conjeturar.
Un día alguien le llamó preguntándole
si estaba embarazada y si el padre era Satur. Todo solucionado:
el Satur y la Nume son papis. El Satur mojó churro
y, claro, lóhico, los dos desaparecieron, ocultando
su vergüenza y el fruto de su rijosidad. Como decía
Bono de Blair " ejque ej de jilipollaj".
Por supuesto ni ella estaba en estado de gravidez, ¿o
es ingravidez?, y yo no sé ni qué cara tiene
esa mujer. No puedo decir si es guapa, fea, equidistante,
mollar, lista, tonta, cuasirefleja... qué se yo. Porque
si es de las que cuando muera la velan boca abajo, pues vaya
papelón. Porque uno tiene su puntito de vanidad y,
ya que calumnian, al menos que digan "hombreeee, es que
era un pedazo de cuerpo de mujer. Era como el Arcángel
"¿Quién como TÚ?".
Hubo más, pero ¿a qué contar?. Escupideras
Reunidas La Prelatura, aunque ellos escupen más fino,
así como entre el colmillo y el molar y con kleenex.
Ellos escupen por amor. Deplorable espectáculo el de
esos "beatos" roídos por sus propias pasiones
ocultas y sucias que, como perros encelados, siguen al olfato
la huella del pecado de la carne en otros -sea cierta o no-
y detectan su llaga, pero no para lamerla. Para morderla.
¿Por qué cuento esto?. Pues porque si no lo
cuento, reviento. Porque al enterarme de lo de esa mujer me
puse de una mala lecheeeeeeeee... Claro, ahora entiendo que
alguno no me salude. Pensará viéndome pasear
con La Piedra, mirándonos como besugos y balanceando
las manos mientras damos saltitos al unísono cantando
"dime si tú, hoy, quieres bailar corazón
el vals de las mariposas conmigooooo", "mira ese
cerdo, deja preñada a una numeraria y luego la abandona
tirada en el barro y se va con esa tontaina que no sabe que
lleva en el brazo una pitón"... porque la calumnia
queda y se instala en el subconsciente y siempre queda lo
de "cuando el río suena...". Alguno me contestará,
"tienes que olvidar y perdonar y asemejarte a Jesús
que amó hasta la muerte y muerte de Cruz". Perdonados
están. A mi eso de "perdonar es olvidar"
me parece que no es del todo cierto. Perdonar también
puede ser reírte de ti y de ellos, de los que te hacen
daño. Reírte si hacerles daño, pero no
olvidar. Hay que denunciar para que otros no caigan en lo
mismo.
Hay mucha gente que cambia de una estado a otro, de una verdad
a otra, de una posición vital a otra y, sin embargo,
se mantiene al mismo nivel moral. No hubo cambio, aunque lo
pareciera. No basta cambiar, hay que elevarse. Entonces las
cosas se ven de otra manera. Esa mujer frívola que,
a consecuencia de una "conversión", se vuelve
dura y despiadada para con las debilidades de la carne, en
realidad no ha cambiado de nivel moral: ha pasado de un término
a otro. Si antes era put , ahora es reputa. Si su conversión
va acompañada de una comprensión y una piedad
más profunda con el pecado que acaba de abandonar es
señal de que realmente hubo ascensión. Puse
un ejemplo de mujer, pero se puede hablar de hombres de virtud
rígida que se dan un tortazo y descubren el misterio
de la fecundidad del mal, que la tiene, y se vuelven más
raros que la cara de Kerry... Pues yo a los de la opus los
veo así, estuve allí: los comprendo y me dan
pena y me hacen gracia. Pobrines.
Pero tengo mi derecho a la pataleta como San Josemaría
Escrivá de Balaguer y Albás de Villa Tévere
y Cepeda y Ahumada que aprovechaba Es Cristo que pasa o Amigos
de Dios, o las cartas, o las tertulias, para quejarse de lo
mucho malo que lo pasó, de lo mucho que le persiguieron
y de lo mucho que le calumniaron, inclusamente lo mandó
escribir en piedra... y yo tengo Orejas para lo mismo, qué
caray. Que el Santo cuando cascaba se quedaba ancho.
Y es que tiene gracia el jambo. Porque luego decía
"yo no he necesitado perdonar porque el Señor
me ha dado un corazón mú grande y mú
planetario". Y lo bueno es que se lo creía. Lo
del Padrenuestro no iba con él. Aunque depende del
día, porque otras se levantaba diciendo que era un
pecador, o que era un trapo, o que era el cacharro de la basura...
Y otro día andaba a gritos con lo de os quiero más
que vuestras madres o, como en la famosa tertulia en Villa
Tévere, esa que dijo "estoy viendo a Cristo en
medio de vosotros, vosotros ahora no lo véis, pero
yo sí...". Y otro agarra a un albañil que
está en un tranvía y va y se le abraza, se le
restriega, y monta un pollo del patín de la baraja
ante el acojone del personal de la ruta Lavapiés -
Cibeles y el alucine del baranda que le insultó. Otro
día dice que las monjas son bobas y otro le da a un
taxista que le ofendió un propinón que ya podrían
aprender sus hijos y dar lo mismo a los ex cuando empiezan
una vida de cero. Eso no lo copian los mangutas. Escrivá
era un campeón
Me imagino al taxista desde entonces, cada vez que se subiera
al auto un cura, diciéndole de todo, por si caía
otra propinilla guapa.
- ¿A dónde le llevo, cuervo de mieeeerda?.
- ¿Cómo me ha llamado?
- Cueeeeervo de mieeeerda.
- Pues, hala, toma, cien euros, majete, pillín, y déjame
que te pellizque ese mofletín que dice tantos pecadotes.
Y volvemos a lo de siempre. ¿Son las personas, o es
la Institución?. Pues son algunas personas por culpa
de la Institución. Porque es la Institución
la que te obliga a irte a la francesa, sin despedirte, con
nocturnidad. La que te dice que mejor no des el cante y que
desaparezcas una buena temporada porque si no, escandalizas
y haces mucho daño. Es la Institución la que
quiere enterrar al muerto -frase exacta de un director "Satur
está muerto, pero aún no lo hemos enterrado"-,
y se entierra consiguiendo que no sigas en la misma ciudad
si es pequeña, que te olvides para que te olviden...
y, una vez lejos, afirman, los directores, que trabajas en
un colegio lejos, o que estás en tal ciudad, como si
nada hubiera pasado. Luego, meses más tarde, la gente
sabe que abandonaste la opus y comienza a imaginar, de la
imaginación a la palabra, de la palabra al cotilleo,
del cotilleo a la murmuración, a la calumnia y a la
escupidera.
Y uno, o una, lejos o cerca, sin poderte defender, porque
sabes que dicen, pero no qué dicen, sabes que te miran,
y no alcanzas a entender. Y no te llaman preguntando cómo
estás, o qué necesitas... Y duele ver que tantos
años de entrega sincera, más o menos presentable
a los ojos de los demás y de Dios, pero sincera, tantos
años de cariño, de compartir tantas cosas, no
les han servido para nada. A ellos.
¿Otros Cristos?. Como diría mi madre tocándose
la punta de la nariz con el dedo índice "ponte
aquí, que se ve Pamplona".
Ya sabemos que se presentan muchas ocasiones de poder ser
otro Cristo sirviendo calladamente en esos pequeños
detalles que pasan inadvertidos a los ojos de los hombre,
pero no de Dios. Sin ir más lejos, ayer me encontré
a mi anciana vecinita que venía cargada del hiper.
Y me dije que ese era un buen momento de hacer la buena obra
del día. Y allá me fui. Como siempre hay malpensantes
que no me creerán, allá va documento fotográfico.
En ese momento sé que Jesús me sonrió,
como al tamborilero.
Al sobrecogedor relato de María
Cristina creo que le falta matizar alguna cosa, y
no por mala fe de ella. Es muy probable que el tal Jorge cuando
era numerario tuviese el mismo carácter que el tal
Jorge cuando lo dejó. Ya me referí a ese tipo
de cambios que, en realidad, no cambias nada. Crees que en
otro estado, en otra vida más sencilla y menos tal,
uno será distinto, pero no. Es una ley universal que
las personas podemos mejorar o empeorar, pero no cambiar.
Otra cosa es elevarse un poco del nivel que tenía uno
y comprender, aceptarse en todo y tirar palante.
Yo conviví con un Jorge, un tipo brillante en su profesión,
con duende, atractivo humanamente, muy buen deportista y todo
fashion. Pero tenía unos puntazos, unos ramalazos de
violencia, algo superior a él mismo, que daban mucho,
pero mucho miedo. Luego se tranquilizaba y era un encanto,
como el príncipe de Shrek. Entonces tendría
treinta tacos y preocupaban los arranques del tío,
pues hacía la convivencia insoportable. No había
quien le parara cuando se le hinchaba la vena: rompía
puertas -no hablo de una, ni de dos-, abofeteaba rostros humanos
de pelsonas, gritaba y se hería con piedras como el
poseso de Gerasa... verlo jugando a fumbol era un espectáculo,
pues era impepinable que tarde o temprano la montaba y se
liaba a leches con el más pintao. Los que han asistido
a las convivencias de Fátima, esas que se hacían
torneos de furbolito entre todos los clubes de España,
y le han visto, saben de quien hablo. Verlo una vez le hacía
inolvidable. Vivir con él ya era hacerse un peircing
de por vida.
Un día dijo "me voy". Y los directores,
como al Jorge de Cristina, no lo retuvieron ni un día.
Quedaron todos fenomenal. Al enemigo, puente de plata.
No creo que ni Jorge, ni éste del que escribo, saliesen
con la idea de seguir con los puntazos. Seguramente creerían,
sinceramente, que al cambiar de estado cambiarían los
modos. Y, probablemente, en su noviazgo no contaran nada de
esos prontos. Y, más probablemente, no emergerían
en los años del amod vedadedo. ¡Ay!, pero un
día se les contraría, o se sienten no sé
como y, zumba, te montan un pollo Fredy Kuguer Comeback. El
principio del fin del acabose.
Hay mucho de patológico. Una buena marca con tara
de fabricación.
Conozco uno muy de la prelatura, fue numerario también,
que a su mujer, cuando al tío le peta y le da el trallazo,
le pone de rodillas y le grita "¡¡¡dime
que me quieres!!!, ¡¡¡dímelo!!!".
Le dice eso, o lo que le salga de los cojones. Un tirano.
Un loco.
Pero en esto la opus poco puede hacer. No creo que sea la
opus la que provoque estas reacciones. La opus tiene que replantearse,
si de verdad busca la santidad de sus fieles en la vida ordinaria,
muchos modos.
Cuando la formación se da sin respetar la naturaleza
de cada quien, su modo de ser y su carácter, imponiendo
un único puchero y confiando que la gracia de Dios
lo puede todo, es fácil que unos cuantos bastantes
acaben con la azotea hecha unos zorros. La gracia de Dios
lo puede todo, pero actúa respetando naturalezas individuales,
sensibilidades muy diferentes, afectos, querencias que son
influidas por la cultura, por la herencia y por muchas cosas.
Imponer un único criterio en la mortificación,
en el modo de hacer oración, en la castidad, en el
trato con la familia de sangre, en la filiación con
el Padre... ¡¡en todo!!!, es causa de muchos descalabros
mentales.
Contaba un sacerdote ya mayor -juro que le oí escuchar
esta anéldota, por muy inverosímil que parezca-
que cuando le explicaron que debía de ofrecer una mortificación
diaria por el Padre no se le ocurrió otra que meter
los dedos en el enchufe de su habitación y recibir
una descarga que le dejaba aliviado para todo el día.
Yo, la verdad, escuchándole, pensé "este
tío está como un Elvis en el solideo de Rouco
Varela". Porque no fueron unos cuantos días, según
contaba, sino que al cabo de un par de años comentó
en la charla que tenía unos dolores de cabeza del treinta
y tres y que si podía cambiar la mortificación
por el Padre. Le aconsejaron de que sí, de que vale.
Son sensibilidades distintas. Recuerdo que en una tutoría
con padres, serían las tres y media de la tarde -glosando
a San Juan (fue un momento inolvidable)- al cruzar las piernas
mientras hablaba de las excelencias de su hijo, tuve eso que
llaman un pinzamiento testicular. Fue un flash. Sentí
una horquilla, una especie de cabalcavía, un cambio
de pelotas que se dice en tenis, y en ese mismo instante sentí
que la Tierra giraba en el sentido contrario a las agujas
de un reloj. Pegué un botepronto, a la vez que emití
un gritito, saliendo zumbado de la habitación para
dar saltitos por el pasillo como quien canta eso de "arriba,
arriba, abajo abajo". Los padres, claro, alucinando y
blancos Pascual huperisados. Regresé al cabo de unos
minutos, más o menos digno, y seguimos como si nada.
Bueno, pues a lo mejor el cura del párrafo anterior
le pasa eso mismo y dice "venga, por el Padre".
Y aguanta la horquilla sin mover una ceja. ¿Él
tendría más amor de Dios que yo?. Pues no lo
sé.
Ya digo, las sensibilidades. Con las disciplinas pasa lo
mismo. Hay tíos que se daban manteca al compás
-como decía ÉL-, ¡pimba, pimba, pimba!
Y uno, en la habitación de al lado, mirando las cuerdas
a calzón quitado, te dabas una en el culín y
ya te estabas rascando diez minutos hasta el siguiente pimba.
Aunque, en fin, en los centros de mayores pocas sinfonías
de esas oías.
La ducha de agua fría. Hay peña que se mete
en un congelador y se fuma un puro, pero otros sufríamos
espasmos, jadeos indescriptibles, contenías alaridos
inenarrables y al salir, si ibas a hacer pipí, tenías
que cantar eso de "Chiquitita dime por quééééé...".
Las cartas al Padre. Pues hay gente que eso de escribir se
la da muy bien y se enrolla que no veas, colegui, tronco,
y de una anésdota te saca dos folios... pero otros
les cuesta más y no saben qué escribir, ni para
qué, ni porqué y leías alguna que eran
para enmarcar "Querido Padre: estoy en el curso anual
con la ilusión de la primera vez -de hecho esta es
la primera vez. Le quiero mucho. Le pide su Bendición
su hijo, que le quiere. Mernabo.". Y, hala, a la piscina.
La cuenta de gastos. Hay quien tiene la mentalidad de contable,
así como muy ordenada y muy excel, y te entregaba unas
cuentas como los presupuestos generales del Estado -se contaba
de uno (yo no me lo he creído nunca, pero se contaba)
que en un cuenta de gastos puso "Putas... 5.000 pts").
Y otros íbamos con un papelucho, cuando ibas, con tres
días de gastos patéticos que ponía "Tabaco
Ducados...150 pts". Un derroche.
Se aconsejaba imitar a Jesucristo, pero por el camino reglamentario
-"Nuestro amadísimo y santo Fundador". Y
ese hombre tenía cosas muy difíciles de imitar;
de hecho él mismo afirmaba "en esto no me imitéis".
Normal. Sólo de imaginarme poniendo las filomatics
en las disciplinas y dejar el baño Viernes 13 the return
ya es que me eriza el pelo de la espalda y hombros. No se
puede imitar lo único que vemos de una persona, hay
que imitar los sentimientos que los dictan. Y eso no se ve.
Muchas veces la mejor manera de imitar a alguien es hacer
lo contrario de lo que ves en ella. Para una persona naturalmente
violenta, como el Jorge de turno, que tiene puntazos de esos
que se les hincha la vena de la frente, evitar conflictos,
soportar injurias, supone una magnífica victoria sobre
sí misma. Pero una persona timorata y débil
de carácter que siga ese ejemplo sólo conseguirá
aumentar su cobardía. La verdadera imitación
supondrá superar el miedo.
Se puede hacer la misma acción y uno puede subir y
otro bajar. Si hay que imitar a alguien lo primero que habrá
que saber es a qué corresponden sus acciones, si es
a fuerza o debilidad, amor o egoísmo, sinceridad o
mentira, y entonces realizar actos no precisamente iguales,
sino que emanen del mismo nivel moral. La fidelidad al maestro
no está en copiar servilmente y tontamente las maneras
de éste, sino en traducirlas para uno mismo. En adaptarlas.
Si no, imitando mecánicamente, se puede traicionar.
Lo que en Escrivá podía ser natural y espontáneo
en muchos de sus hijos se vuelve artificial, mecánico
y violento.
Cuando se hace violencia interior, sin respetar en la formación
ese modo de ser de cada cual, se acaba rompiendo muchos frenos
y la caída en enfermedades del alma es impepinable.
Esa es la causa de tanta baja, de tantos durmientes y de tantos,
que después de haber dejado la opus hace muchos años,
y habiendo pertenecido poco tiempo a ella, todavía
estén tocados por esos modos. Demasiada huella, demasiado
tatuaje, para tan poco tiempo.
Cambiando de tema. En mis viajes de acá para allá
encontré en una gasolinera un CD de un jambo que al
ver la afoto sentí una compulsión, una voz interior
que me decía "cómpralo, escucha y come".
Así lo hice. Creo que José Ángel necesita
ayuda: esa mirada al Altísimo pidiendo el consuelo
que aquí no encuentra, ese rostro apurado filomatic
que pide una caricia que, pobablemente, su madre se niega
a darle; esa madre que, como otra Mónica, sufre en
silencio que su hijo lleve mocasines de pala corta de color
rojo y sin calcetines, adivinándosele una mata de pelo
en el empeine que anuncia todo un mundo de Abrotano Macho...
Y me acordé de José Carlos.
José Carlos, ya que vienes a Madrid, podrías
quedar con José Ángel y charlar. Puedo darte
su dirección, es buen chico, y poco a poco, como por
un plano inclinado -ya sabes, ¿lo recuerdas?- dar paz
a esta alma que sufre. Incluso, soñad y os quedaréis
cortos (¿recuerdas?), podría llegar a ser cooperador
y, ¿quién sabe?, quizás agregado. Yo,
la verdad de numerario no acabo de verlo. Venga José
Carlos, que de cien almas nos interesan las cien...
En la última correspondencia
de Pentium
entrecomilla una frase que recuerdo haberla repetida hasta
el infinito y más allá: "aquello que
no te da paz, no es de Dios".
Con actitud de "Flor de Loto", uno escuchaba al
pequeño saltamontes supernumerario que su hija se había
quedado embarazada de no se sabe quien, que pasaba por una
difícil situación económica, que andaba
con problemas de separación porque ya no aguantaba
más... Y uno escuchaba sereno, tranquilo, pacíficamente
bienaventurado, levantaba el dedo índice y decía
con voz de anuncio de ING Direct: no pasa nada. Achilipú,
apú, apú, todo lo que te quita la paz no es
de Dios. Ten paz. Mucha paz. Ama y haz lo que quieras. Omnia
in bonobús, lo importante es que seas feliz y que te
salves.
En la opus corren consejos de esos como moneda de cambio
por doquier y se expanden con una rapidez endémica,
repetidas como loros, sin saber exactamente si esas frases
son verdad, media verdad, una ilusión, una cosa potita,
un celofán, o qué é lo qué é
que significa de algún modo sí, ya... Pueden
nacer de un curso anual donde ha asistido un Jefe Indio de
Bruno Buozzi, Caballo Loco, y que en una meditación
ha dicho la frasecita y, hala, diez tíos sacan la agenda
y la apuntan enfervorecidos y poseídos por una extraño
movimiento interior. Salen del curso anual y te la sueltan
en el centro en un círculo breve, o en una charla y,
zamba, otros que tiran de Finocam y la escriben. A su vez
estos, reciben charlas de otros, o dan un círculo a
supernumerarios, o hacen una corrección fraterna y,
patapamba., te endilgan la sentencia... Y meses después
miles y miles de pelsonas cuelpos humanos de los cinco continentes
van diciendo "aquello que no te da paz, no es de Dios".
Dicen eso como pueden decir "A menudo me recuerdas a
alguien, tu sonrisa la imagino sin miedo".
A mi eso de que "aquello que no te da paz, no es de
Dios" me parece que no es verdad siempre, en todos los
sentidos, ni para todas las personas. Más aún:
esa frasecita ha hecho que haya mucha gente con una paz muy
cercana a la indiferencia, al allí me las den todas
y al " iros a tomal pol culo todos" o, dicho más
finamente, "que cada perro se lama su pijo".
Necesitamos, de hecho somos así, ser apasionados,
contemplar y amar esta vida -que es relacionarse con los otros-
e implicarnos en ella. Y que nos afecte. Jesucristo es un
hombre apasionado. Una vida desapasionada no es una vida buena.
Quien no se cabrea ante una injusticia, quien no llora ante
el dolor ajeno, quien no se asombra ante la belleza - no hay
mejor paisaje que el rostro humano - está falto de
algo esencial. Es un microcefálico, microcordial y
micromina. La pasión nos manifiesta un valor o un desvalor.
El problema de ser apasionados es que la propia pasión
nos desfigura las proporciones en que deben de ser contempladas.
No es un buen termómetro para entender si la vida nuestra
va bien o va mal. Cuando uno se apasiona se afinca en las
perspectiva de las cosas en vez de ponerse en el lugar de
las cosas. La pasión descubre valores, pero no su jerarquía.
Por eso hay que tenerla cierto respeto, pero no se atempera
con la paz de flor de loto.
Cuando yo era un golferas - más golferas que ahora
- me metía en sidrales movido por pasiones y movimientos
un tanto curiosos. Eran los míos. Me consolaba la frase
"son cosas que me pasan", como si eso no fuera conmigo,
como si yo no fuera exactamente el responsable de esas aventuras,
por llamarlas de alguna manera, de esos juegos que chapoteaban
entre la ternura, la guarrondería, los afectos, las
expansiones, la soledad y esas cosas que ni son del todo malas,
ni son del todo buenas, pero son muy egoístas. Muy
tristes también. "Son cosas que me pasan",
pensaba. Me disculpaba invocando la pasión, en ocasiones
disfrazada de pena -cuantas situaciones raras se mantienen
por no contristar, por no dar pena... Pero bien sabía
uno que eso no servía de disculpa, que esa ceguera
no era legítima. No somos animales y podemos cegarnos
artificialmente hasta límites insospechados para evitar
la responsabilidad.
Muy bien, puedo actuar durante años como si no viese,
pero soy responsable de mi ceguera. Y allí ya no caben
excusas, componendas, ni argumentos más o menos bien
construidos... Y ese momento, que son los momentos más
de Dios que existen, cuando sientes qué es eso de la
Conciencia y que debes de hacer algo. Esos momentos piden
todo menos paz. Y son también, en medio de esa zozobra,
momentos donde Dios está muy cerca.
Después acudes a una dirección espiritual mecanicista,
a uno de esos que habría que darles de beber agua del
pozo de la Virgen Mejicana para que aprendieran a querer,
y ante problemas así, donde hay que saber corregir,
animar y ayudar a tomar decisiones muy personales, te sueltan
"tranquilo, no muevas ficha, estás zozobrando
y "aquello que no te da paz, no es de Dios".
Pero un día caes en la cuenta de que sí debes
de tomar una decisión. Tú solito y con Dios
a tu lado. Sabes que no puedes esperar nada de gente institucional
y con un código de barras en la cabeza.
Y decides, sin paz, algo acojonadete porque no sabes donde
irán tus días, intuyendo que Dios está
contigo, a pesar de rejalgares, de profecías de chichinabo,
de promesas de infiernos en vida, de sensaciones de soledad,
de traición, de miedos...
Pasa el tiempo y sí. Dios estaba muy cerca de esas
decisiones que sólo uno/a puede tomar.
Hace una mañana lluviosa y fría.
Una mañana de esas de domingo que invita a leer un
buen libro y leer serenamente mientras escuchas las gotas
golpeando el cristal. Eso estaba haciendo hasta hace una hora.
Estaba leyendo un tratado sobre "La influencia económica
de los movimientos migratorios de los simios en las Islas
Fidji " y, llevado de la pasión que el texto me
transmitía, comencé a crujirme los dedos, costumbre
que arrastro de la infancia. La verdad es que soy un auténtico
atleta en "crujir dedos": puedo provocar hasta tres
"clicks" por dedo, con distintos sonidos e intensidades
(alguno realmente escalofriante). Debía de ir por el
crujido 24 o 25 cuando La Piedra, que estaba en la cocina,
vino hacia mí disparada como un defensa junto a la
línea de fondo. Sus ojos me recordaron la carátula
de "El Resplandor".
- ¡¡¡Para yaaaaa!!! -gritó. ¡¡¡Me
estás haciendo enloqueceeeeerrr!!!
- Pero, ¿qué hi hecho?
- ¿Cómo que qué hi hecho?, ¿CÓMO
QUE QUÉ HI HECHO?... ¿Tú te crees que
es normal andar a tu edad con el click, clic, clic?.
- Bueno. No te enfades, pitufinita. Tengo una idea (recordando
el examen que Josecar nos propuso un día en Orejas).
¿Por qué no escribimos una lista de las cosas
que el otro hace y que nos vuelven locos?.
- ¿Una lista?
- Sí, asín podríamos ver en qué
podemos...
- Eso me enloquece aún más. ¡Una lista!,
¡pues vas tú bueno! Además, hacer listas
quita todo el romanticismo y la espontaneidad.
- De todas formas, le digo, ¿sabes lo más divertido,
muamuasel?. Creo que no encontraría una sola cosa tuya
que escribir en mi lista.
- ¡¡¡Ohhhhh!!!, eres un cielo.
- Ya. ¿Puedo crujir los tres dedos que me quedan?.
La Piedra y yo tenemos unas cuantas cosas en común,
pero nuestros rasgos enloquecedores también están
allí y, de vez en cuando, uno se pregunta porqué
me pasé los primeros veinte años moldeado por
mi madre, los siguientes veintisiete por la opus, y los que
me queden de vida por una mujer que enloquece cada dos por
tres porque grito como Tarzán, me crujo los dedos,
dejo el mantel repleto de migas de pan, o soplo en un restaurante
una botella de vino vacía imitando el sonido del cuerno
celebrando el Regreso del Vikingo Odín.
Estoy convencido que para los componentes de un matrimonio
-o como se llame ahora eso de vivir juntos-, convivir día
a día es sin duda el único milagro que el Vaticano
ha pasado por alto. Lo de convertir el agua en vino lo hace
cualquiera, hombre; lo de encontrarse con tu Ángel
de la Guarda, o con el mismísimo Lucifer en persona,
eso no es nada. A mi se me presenta Belcebú y le digo
"ven aquí, majete, que te voy a presentar una
chica y te quedas con ella una semanita... ¡¡¡Te
vas a enterar tú de lo que vale un peine!!!. Ya me
gustaría ver a San Josemaría casado con una
de Barbastro, o de Logroño, o de Zaragoza, y a ver
si se andaba con lo de "clase de tropa", o con lo
"de hacer versos de la prosa diaria"... Si, encima,
como en una tertulia en Brasil, se cachondeaba de esas casadas
que se presentan delante del marido con un pantalón
ceñido que marcaba su "globo terráqueo"
(sic)... ¿Qué pasa, San Josemaría?, ¿de
guasa con las culonas?. ¿O sea, que en la opus no hay
culonas, o qué?. Porque algunas sí que he visto
que tienen un culazo que no se saben si venden retales o compran
mollares -numerarias, agregadas y supernumerarias. ¡¡¡Y
con pantalones!!!. Conocí una que le ponían
bombillas de noche para que los aviones no le aterrizaran.
Con eso lo digo todo.
También conocí una, secretaria de una facultad
de la Universidad de Navarra, que los profesores le llamaban
"la culo bien". Con esto también lo digo
todo: pocos "culosbien" verían allí
para que ése llamara tanto la atención.
Si hubiese otra reencarnación, como aseguran unos
cuantos millones, yo cogería a Escrivá y le
diría "te toca casarte, campeón".
Y a torear en la plaza, que desde la barrera se ven las cosas
muy bonitas y muy fáciles.
También es cierto que mi otro yo, cuando piensa en
La Piedra, lleno de esperanza, me dice: La amo tanto, y sobretodo
ella a mi, que no me importa si cree que soy un loco que sin
ella no iría a ninguna parte, o si piensa que soy un
niño que debe de ir con un cordel de la mano y con
un cartel con imperdible en el pecho que diga "Satur",
o que intente corregirme con una insistencia maravillosa,
la pobre.
Dentro de unos minutos entrará en el despacho y me
dirá "¿has aparcado bien, amol de mis amores,
rey mío?". Me lo pregunta desde hace tres años
y medio todos los días. Todo porque una tarde aparqué
mal -juro que la culpa fue del coche, que se empeñó
en que cabía allí- y la puta grúa hizo
el resto. Al día siguiente teníamos que asistir
a una boda y, claro, se armó: entre que ella tardó
en maquillarse más que Gunilla Von Bismarck y el coche,
que se había ido por allí, pues llegamos al
Bautizo del primer hijo de los novios.
Matas un perro y te llaman "mataperros".
Otra pregunta infinita la hace por las noches: cari, ¿has
cerrado la puerta de la nevera?. Y uno le dice "sí,
margarita preciosísima, la cerré, y también
a ti, con siete cerrojos, en mi corazón" (Camino
da para mucho).
- ¿De verdad?
- Ahá, de verdad de la buena.
Unos minutos después irá a la cocina y comprobará
que, efectivamente, la puerta de la nevera está cerrada.
No es nada personal, es simplemente que las mujeres no confían
en la gente de otro sexo, sobretodo desde que una noche -también
hace tres años- te dejas la puerta del frigorífico
abierta de par en par y se echa todo a perder. Todo es todo.
No sé por qué razón me ha salido una
correspondencia asín. ¡¡¡¡Y
yo que quería comentar lo de los fachas del último
escrito de Nachof!!! Suerte que La Piedra no lee Orejas...
aunque, qué coño, la quiero. Amo a esa mujer.
¡¡¡Ayyyyy la poítica!!!!
Iba paseando por la ciudad feliz, engallado el cuerpo, pensando
en la frase que me había dicho La Piedra cuando le
dije al acompañarla al trabajo "Piedra, estoy
seguro de que te puedo hacer más feliz todavía"
y ella me contestó "¿más feliz?,
¿qué pasa, me vas a dejar para siempre?".
Es curioso. Mi madre ya me tomaba el pelo de muy chiquitín,
de hecho he llegado a pensar si toda mi relación con
las mujeres no habrá sido una tomadura de pelo tras
otra, como una broma el 28 de diciembre donde el inocente
siempre era yo. Por ejemplo, mi madre me tuvo engañado
durante años diciéndome, y asegurándolo
muy seria, que la vecina del tercero -una preciosísima
niña que hasta los perros y los gatos se daban la vuelta
para verla y que respondía al nombre de Manuela-, pues
que tocaba el piano a tres manos. Yo de pequeño era
un niño bueno que jamás hubiese pensado que
mi mamá me las colaba del treinta y tres, así
que en mi escuela se lo contaba a todo el mundo: tengo una
vecinita que toca el piano a tres manos. Y los niños
me miraban alucinados, admirados de que un tipo como yo conociese
semejante monstruo. Hasta que un día uno de los niños,
un cerebrito, lo puso en duda y, más aún, se
me cachondeó. Se rió de mi y, lo que para mi
era peor, de mi mamá o de mi mááámal,
que diría el Ríííchal). Así
que fui a casa y se lo pregunté entre pucheritos.
- ¿Qué te pasa? -me dijo al ver mis morritos
de Bambi
- Pues que dicen los niños del colegio que no es verdad
que la vecina toque el piano a tres manos.
- Pues sí que lo hace. Ya te lo dije. Toca el piano,
maravillosamente, a tres manos.
- ¿ Y tiene tres manos Manuela?
- Claro. A Manuela le llaman Manolita, y cuando toca el piano
usa la mano izquierda, la mano derecha y la Mano...lita.
Mi madre contaba esto con una seriedad que a mi me confundía
y pensé " ¡¡¡claro, la Mano...lita!!!.
Y al día siguiente me presenté en clase todo
chulo para que vieran que de uno no se ríe nadie y
que mi madre no mentía. Las risas aún se escuchan
en las noches de luna llena en el meridiano de Greenwich.
Pensando estas cosas decidí tomar un algo en una
cafetería con nombre que la pluma no puede, no debe
escribir y en ello estaba cuando en un diario local me encuentro
un artículo de uno que fue Secretario de la Delegación
y ahora dirige un centro con la experiencia de un viejo gudari.
Dispone de columna propia, el tío. A mitad de la lectura
la tostada de mantequilla y kechup se me desparramó
por boca, barbilla, cuello, en una palabra, por todo mi ser.
No podía creer lo que estaba leyendo. Un sidral que
me dispongo a compartir porque las penas compartidas son la
mitad de pena.
Titula la colaboración "I like Kerry". Le
gusta Kerry. Ya empezamos mal, pensé. Y no porque yo
like a Bush, sino porque no conozco a nadie en Europa que
se atreva a escribir "me gusta Bush". Y jugar a
políticamente correcto, pues qué quieres que
te diga...
Comienza examinando a Bush desde el punto de vista de los
valores. "Examinemos los valores positivos -escribe-
representados por el candidato Bush: 1) restricción
del aborto. 2) preservación del matrimonio, sin mezclarlo
con otro tipo de uniones exclusivamente afectivas. Valores
negativos -sigue el articulista-1) la guerra; 2) el fundamentalismo
religioso. Resultado negativo, Bus go home".
Bueno, hasta aquí, pues vale. Es una opinión
.Pero el tío ve un charco y allá que se mete.
¡¡¡A la piscina!!!
"Fundamentalista es el que impone su fe a los demás.
Es un peligro, una caja de bombas... Hay tres tipos de fundamentalismos:
el musulmán, el protestante como Bush y el fundamentalismo
ateo... El musulmán es un flagelo, una desgracia: todo
lo que toca lo convierte en aridez porque no deja libertad.
El protestante es un peligro, porque no tiene misericordia...
el ateo es el peor porque ni deja libertad ni tiene misericordia...
y, además, es hipócrita porque se oculta tras
una apariencia de diálogo".
Salto mortal con tirabuzón y con tutú de velcro.
Continúa el jambo... "¿Y el fundamentalismo
católico?. No existe porque el catolicismo prohíbe
el fundamentalismo... Si se es católico no se puede
ser fundamentalista. Y si se es fundamentalista no se puede
ser católico. Se puede ser sólo mal católico.
O un criptoprotestante" - (¡¡¡tócate
los mastoides, colegui, tronco)...
Y ya, para acabar de joder la marrana, va y dice "El
católico puede ser un papanatas, como Kerry, el pobre,
pero no un fundamentalista". Macho, menos mal que
YOU LIKE KERRY que si no me le pones de vuelta y media.
No se corta un pelo. Termina con una pregunta "¿Y
el nacional-catolicismo que padecimos en nuestro país
no hace tanto tiempo?. Pues eso fue una desviación,
una mala interpretación del catolicismo. Fueron malos
católicos...".
Bueno, como ya estás metido en el sidral, te voy a
dar pistas para que te aclares un poco. Listillo. Que si te
dedicas a la magia se te escapan los conejos, se te caen las
cartas, los falsos bolsillos te saldrían por las costuras
y de las orejas se te caerían los euros. Coperfield.
Porque sí que hay fundamentalistas católicos
-y por supuesto que están prohibidos por la Iglesia-,
pero haberlos haylos. Y no pocos. Porque lo que hace al fundamentalismo
peligroso no es que la Iglesia sea o no fundamentalista -que
no lo es-, sino que hay pelsonas humanas cuelpos que sí
que lo son. Y las arman de mucho cuidado. Y la Iglesia repetidas
veces, cosa que no gusta a los fundamentalistas religiosos,
algunos cuantos bastantes de ellos en el opus dei, ha pedido
perdón por sus errores y pecados del pasado. Y se referían
a haber provocado situaciones de falta de libertad, y a abusos
de poder, a actuaciones por intereses bastardos, a pecados
de omisión... El Papa, este Papa que os gusta para
lo que os gusta y para otras cosas no tanto, ha pedido perdón
públicamente y ha llorado.
O sea, que sí. Y haber cuando pedís perdón
por algo.
Y aún más. Un día, hace dos años
y medio, nos encontramos tú y yo en la calle. Fue la
primera vez que nos vimos después de dejar la opus
-tú estabas de curso anual. Me comentaste, muy serio
y muy directo, como eres tú, que "estaba haciendo
mucho daño a gente del opus dei porque me estaban viendo
ir a Misa a diario, feliz, sereno y normal. Y paseando con
La Piedra como si no pasase nada y, encima, sonriendo y tal.
Y que eso hacía mucho más daño que si
no me viesen... o si supieran que soy un triste, un resentido
y un colgado. Y me echaste en cara, colegui, que yo había
prometido que cambiaría de ciudad... No nos enfadamos,
no fue una conversación tirante. Terminamos el café
y cada uno se fue por donde había venido.
Tú no lo sabes, y probablemente nunca lo sabrás,
pero eso es ser fundamentalista. Exactamente eso. Porque,
lo escribo con las mismas palabras que tu usas en tu artículo,
me quisiste quitar mi libertad aconsejándome que desapareciera
de la vista de tus chicos supernumerarios, de la ciudad y
del mundo conocido, no tuviste misericordia ninguna de este
torpe muchacho pecador, y -lo más duro- fuiste un hipócrita
que te ocultaste bajo la apariencia del diálogo.
Por cierto, como te prometí, no he vuelto a pisar
la casa de ese supenumerario para que sus hijos "no vieran
al Satur con su mujer y, los pobrines, no se escandalizaran
de moi".
Lo que pude cumplir, lo hice. Tontaina.
A Epi
le están dando cera por asuntos de política.
No sé. En esto cada uno tiene sus simpatías
y sus antipatías, sus filias y sus fobias, y creo que
es materia más pegajosa que la hiel. Vivimos tiempos
difíciles donde resulta casi imposible saber qué
criterios seguir, excepto el propio. De mi diré que
no he votado jamás, que no me interesa para nada la
cosa pública desde la política, que he visto
demasiados cambios personales por puro interés, por
estar lamiendo la mano que te da de comer, por no perder privilegios,
por orgullo y por estúpidas vanidades. Lo he visto
en instituciones, en asociaciones, en personas. Nada es lo
que parece, y lo que parece es. Es un mundo este de la política
donde muchas sonrisas son auténticas cicatrices que
duelen, y duelen mucho.
Larga me está saliendo la correspondencia, pero todos
hemos visto como gente de la opus que hasta el 75 eran fachas
de esos de "a mi derecha la pared", se han ido posicionando,
así como el que juega al un dos tres chocolate inglés,
o al estatuas mudas e inmóviles, en trincheras de centro,
de izquierda o nacionalistas sólo por estar donde se
cuece la manteca. Familias prominentes que chuparon durante
los años del franquismo, gente de empresa, de la banca,
de las finanzas, del derecho, los encuentras pocos años
después chupando de partidos en el poder, sean del
signo que sean-: da igual. Vale todo. Yo a lo mío y
los demás que arreen.
El mismísimo aopus cuando cambiaron las tornas en
comunidades dominadas por partidos nacionalistas no dudó
en sumarse al carro y levantar las patitas encantado de participar
en el reparto de la tarta. A muchos sacerdotes que no sabían
predicar en catalán,.o en vasco, o en bable, o en ché,
los enviaron a confesar a agregadas viudas, o a colegios del
extrarradio; directores de obras corporativas y personales
fueron cesados por no ser afectos al nuevo régimen.
Otros, más listillos, se afiliaron al PNV, o a Euskadiko
Ezquerra, o a Convergencia, o a Unió (allí muchísimos)...
tipos con unas biografías que darían risa si
no fuera por los patéticas que son.
Se contaba que un molt Horinable, que en sus tiempos mozos
perteneció a la Cosa, se quejaba de que la opus era
muy española... poco le duró la queja. Se cambiaron
rótulos, modos de redactar, modos de predicar, criterios,
tarjetas de presentación , nombres propios... sólo
les faltó hacer un castellet de numerarios con un recién
pitado en la punta delante del Palacio de la Generalitat con
un banderín que dijera "Pau. Per sempre"
(el pax in aeternum de toda la vida)..
Viví en un centro donde el sacerdote y algunos más
eran de esa cuerda. Residía allí también
uno, un tipo muy prestigioso, aragonés, listo... pero
hasta los huevillos de toda esa parafernalia.
Y en una meditación estaba el cura predicando en catalán
y en esto que se levanta el maño y grita "¡¡¡es
lo que me faltaba por oír!!!". Y sale del oratorio
dando un portazo. Yo, la verdad, desperté por el grito
del tío, pues era condición mía natural
de muchos años que sobaba a base de bien en las meditaciones
de ese cura (pido perdón y penitencia), así
que no me enteré del motivo del cabreo. Se lo pregunté
más tarde.
- Pero -me contestó-, ¿no te das cuenta que
siempre que habla de un ejemplo malo, de una persona que trabaja
mal, o que no es honrada, o que no es sincera, dice "si
el Gonzalez no treballa be, de alló mes bé,
no hi será sant i allavorens que li farem..."
- Joé, pues tienes razón.
- Claro que sí, hombre, claro que sí. Y cuando
es un tío que va bien va te suelta "doncs el Oleguer
Puig i Puig es de alló mes bo". Y es que me toca
los collons.
Y no le faltaba razón. En el colegio el sacerdote
atendía a los chicos de varios cursos y era cierto
-así lo comprobé desde aquel día- que
los malos siempre se llamaban Pedro Perez, Alberto Jiménez,
Honorio Aznar... Y los buenos eran Pere Pujol i Puigcercós
,o Jaune Piqué i Raventós , o Wilfredo el Pilós
i Calafall.
¡¡¡Ayyyyy, la política!!!
MÁS ANÉCDOTAS (Última
entrega)
Fue en Torreciudad, en 1976. Por aquellos años en
la opus había gestos de la liturgia que no estaban
bien vistos, uno de ellos era el dar la paz en Misa. En los
centros se saltaba esa línea del Misal y se pasaba
directamente al Agnus Dei. Pero en las ceremonias públicas
alguno decía eso de daos fraternalmente la paz,
más por quedar bien delante de algún obispo
o de sacerdotes diocesanos que por otra cosa. Es el caso que
nos ocupa. Era una Misa concelebrada con varios sacerdotes
que asistían con fieles de distintas diócesis
a honrar a Nuestra Señora de Torreciudad. Llegó
el momento de la Paz y el párroco todo solemne mira
a los fieles, abre los brazos en señal de acoger al
templo todo y dice enfático DAOS FRATERNALMENTE
LA PAZ. En estas estábamos, dispuestos a sacudirla
con la fila entera, cuando se oye una voz gravísima,
profunda y potente que dice ¡¡¡NI
PAZ, NI POLLAS!!!.
Parecía una Teofanía, como si el mismo Dios
desde el Óculo Eucarístico del Santuario la
hubiese pronunciado. Hasta tal punto que yo mismo, que estaba
dispuesto gentilmente a dar la mano al de mi izquierda, di
un respingo pensando joé, a ver si palmo por
esto. Nos quedamos todos, y todas, quietos, indecisos,
atemorizados.
Y es que el párroco llevaba un micrófono a
modo de pinganillo en la casulla y al ir a abrazar a Don M.
S sacerdote numerario de voz grave y pelín intransigente
y decirle paz contigo, el otro le soltó
la frase, nada litúrgica por otro lado, que dejó
traspuestos al presbiterado y a los fieles.
Y ya que ésta será la última correspondencia
de la serie, sigamos con más anéldotas. ¡Marchaaaaaa!.
En un UNIV asistió un estudiante joven, ¿qué
habrá sido de él?, que no tenía ni idea
no sólo de la opus de dei, sino de ná de ná.
Estaba verdísimo en todo lo que se refería a
la vida interior, la ascética, la mística, los
medios necesarios para salvarse y las relaciones intratrinitarias.
Ya digo, verde. Y durante la convivencia se le provocó
un uñero en el dedo gordo del pie izquierdo. Alguien
le vendó con unas gasas , y aquel vendaje parecía
el turbante del Maharajá de Bramaputra. Algo muy aparatoso.
Llegó la audiencia con el Santo Padre y al que le vendó
el dedo gordo del pie no se le ocurrió mejor cosa que
pedir una silla de ruedas y colocarse con el tío en
primera fila, junto a los enfermos de verdad: parapléjicos,
autistas... Efectivamente, el Papa, al terminar la audiencia,
acostumbra a bajar y atenderlos uno a uno con un gesto de
cariño. Todos los de nuestro grupo observábamos
a nuestros dos hombres, en medio de esa primera fila, el uno
con la pata chula, el vendaje que llegaba hasta el guardia
suizo de la escalera, y el otro detrás con cara de
buen samaritano. El Papa estaba por entonces ya mayor y apenas
cruzaba palabra con nadie y se limitaba a una caricia, dejarse
tocar la mano... hasta que llegó al Bramaputra. Alucinante:
le abrazó, le acogió la cabeza en su pecho y
le dio tres bendiciones. No una, no, ¡¡¡tres!!!.
Nos quedamos todos a cuadros.
Por la noche, en la tertulia, le preguntamos el motivo de
semejantes muestras de cariño y dedicación para
con él. Y el tío, sin cortarse un pelo, nos
contó pues estaba yo viendo que se acercaba el
Papa y pensaba en qué decirle y, en esto, que me fijo
en el papel que nos dieron al entrar (un díptico donde
estaba escrito el Ángelus, la Salve y alguna oración
para seguir durante la ceremonia), y veo una frase que me
gustó mucho he aquí la esclava del Señor,
y me dije pues le digo esto. Y va el urco, coge
la mano del Santo Padre y le dice así como muy dolido
he aquí el esclavo del Señor.
El Papa, claro, un tipo que le dice que es el esclavo del
Señor, con ese pedazo de vendaje y en silla de ruedas,
debió de pensar que ese hombre tenía de todo:
próstratra mórbida, cáncer terminal,
anorexia nerviosa, microfimosis de Hopskins, alzheimer y almorranas...
un retablo de dolores, un esclavo del cuerpo. Y le bendijo
tres veces, le acogió en su seno y le consolólo
como pudo. Así que para otra vez ya lo sabéis:
uñero y silla de ruedas. Se moja fijo.
Don Gabriel Mernabo era un supernumerario con fama de santidad.
Hombre muy bondadoso, muy entregado era celador desde
hacía muchos años- piadoso, con afán
de almas, apostólico, generoso... La verdad es que
es un gran tipo. Tenía un porrón de hijos, varios
de ellos numerarios y numerarias, de los que se sentía
muy orgulloso de su vocación. No tenía un no
para nadie, y menos para la prelatura. Los hijos se habían
hecho mayores y cada uno había volado. Su chalet en
las afueras de la ciudad se había hecho grande y siempre
estaba disponible para cualquier actividad.
Un día una de sus hijas le pidió si podían
disponer de la casa para una convivencia con chicas de san
Rafael. Mernabo no puso inconveniente, excepto que él
y su mujer debían de estar viviendo en ella también.
-¡ Guay! dijo alegre su hija asín
verán como es nuestra familia... algunas de ellas no
se han educado en un ambiente cristiano y sabrán contrastar.
Les irá bien.
El primer día de convivencia fue una maravilla. Mernabo
y su mujer daban gracias a Dios de poder colaborar en la labor
apostólica de su hija preparando el desayuno, acompañándoles
a Misa, rezando el Rosario en familia, cantando en las tertulias.
- Tienes unos padres encantadores comentaban las chicas.
¡¡¡Tu padre, sobretodo, se le ve tan bueno!!!.
Mernabo tenía una sonrisa, unos gestos, que daban
mucha paz.
El segundo día también fue perfecto... pero
la madrugada del tercero Mernabo sintió que algo en
su vientre no funcionaba. Le venían rayadicas,
como si un gato le corriera de izquierda a derecha, de derecha
a izquierda, en su interior. Vamos, que se iba en mierda.
Así que el buen hombre sale zingando de la habitación
sprintando hasta el lavabo y, patapám: está
ocupado por una de las niñas de la convivencia. Da
unos suaves golpecitos - ¡toc, toc, toc!
-¿Sííí? contesta una voz
angelical?.
- Pejjjjdona ujjj la voz de Mernabo, aunque quería
aparentar dulzura, era tan patética como su situación
-¿tienejjjjj para mucho ujjjjjjj?
- Un momento, por favor.
Mernabo no disponía de ese momento, así que
se dirige disparado al baño de la planta superior.
También cerrado... toc, toc, toc. Otra niña
angelical.
- ¿Síííí? susurra
- Disculjjjjjpa aujjjjjj la voz de Mernabo, por mucho
que se esforzaba porque pareciera la de siempre, denotaba
matices que hacían dudar de su salud mental y, por
lo tanto, de que no sólo esa chica le abriera; nadie
lo haría- ¿te falta aujjjjjj mucho para saliiiiiiiiijjchhhhh?
- Un ratito.
A Mernabo se le escapa, apenas le pueden quedar cuatro o
cinco segundos de retención, así que baja zumbado
al lavabo de abajo a ver si tiene suerte y está libre...¡¡¡horror!!!,
está ocupado. Y ya, perdida toda esperanza, la paciencia
y la presencia de ánimo, se pone a golpear la puerta
a puñetazo limpio como una energúmeno mientras
grita al mundo entero ¡¡¡ABREEEE,
PUTAAAAA, ABREEEEEEEE!!!, ante el acojone de la niñas,
la hija, la mujer y la estampa del entonces beato Josemaría,
que no daban crédito a lo que se oía y, sobretodo,
veía.
Así fue.
Es cierto que podía haber puesto en práctica
el consejo de Camino . ése que habla de Bendito
sea el OLOR, amado sea el OLOR, santificado sea el OLOR, glorificado
sea el OLOR, y haberse quedado allí, lleno de
paz, como un torero. Pero eso es fácil de decir y difícil
de hacer.
Ahora, cuando sus hijas le hablan de convivencias, a Mernabo
se le pone una caraaaaa.
Satur
Nota: Satur nos envía la foto que
servirá de portada (o tapas) para la recopilación
de su escrito A quien pueda interesar. En los
próximos días estará en los Libros silenciados:
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