¿EL
'BUEN' PASTOR?
NACHO FERNANDEZ, ex agregado, 34 años
en la obra
-El " Buen
Pastor" (4-5-2004)
-La madre de sangre
(6-5-2004)
-La sangría
de los agregados (20-5-2004)
-No hay quien lo
entienda (23-5-2004)
-Desaparecer
de las publicaciones internas (26-5-2004)
-El truco
(30-5-2004)
-El Opus destapa
gays (31-5-2004)
-Estar dentro con
el corazón fuera (1-6-2004)
-Automóvil
para todos (4-6-2004)
-La guillotina
(5-6-2004)
-Más, más
dinero (7-6-2004)
-La pobreza del
Mercedes (9-6-2004)
-Arrodillados
ante el papel (10-6-2004)
-Resistirse
a la reforma litúrgica (13-6-2004)
-El sacerdote
misógino (15-6-2004)
-Una vieja aspiración
(15-6-2004)
-Hacerte mayor
(17-6-2004)
-La suerte de
tener al lado a tu madre (18-6-2004)
-Más
sobre la Iglesia (19-6-2004)
-La burbuja de
los hijos (20-6-2004)
-Una historia inventada
(21-6-2004)
-Una casa que
no es tu casa (22-6-2004)
-La toalla
(23-6-2004)
-Vaya cara
(25-6-2004)
-Calzador de
dinosaurio (27-6-2004)
-Flores de plástico
para Isidoro (28-6-2004)
-El "ejemplo"
de un mayor (29-6-2004)
-El cadenal
Herrera no autorizaba al Opus en Málaga (2-7-2004)
-El informe
de los obispos (5-7-2004)
-Un pisito para
perseverar (7-7-2004)
-¡Oh tío
Santiago! (9-7-2004)
-Hinchar el pecho
(11-7-2004)
-Los ricos accionistas
(13-7-2004)
-Usar y tirar
(16-7-2004)
-Los ojos de los
directores (18-7-2004)
-Quiero ser monseñor
(20-7-2004)
-Dulcísimo
precepto (22-7-2004)
-Duces y cilicio
(24-7-2004)
-El opus pierde
500 al año por fallecimiento (25-7-2004)
-Los catecismos
agotados (3-8-2004)
-El hermano extraño
(6-8-2004)
-El santo polivalente
(9-8-2004)
-Miedo a los directores
(16-8-2004)
-Las sombras dolientes
(20-8-2004)
-Atraer a los populares
(25-8-2004)
-Vocación
de segunda (27-8-2004)
-El corazón
y la cabeza (29-8-2004)
-Las velas de Torreciudad
(1-9-2004)
-El control anual
de la mente (3-9-2004)
-Un efímero
cumpleaños a los 40 (10-9-2004)
-Como las bolas de
jugar (19-9-2004)
-Supuestos pecadores
graves (29-9-2004)
-El gheto de los
agregados viudos (4-10-2004)
-La travesía del desierto
(13-10-2004)
-El beso (17-10-2004)
-Medallero (22-10-2004)
-Malas notas (27-10-2004)
-Intención sine die
(29-10-2004)
-Por sus estampas los conoceréis
(1-11-2004)
-Paralelismos (5-11-2004)
-El ombligo del mundo (14-11-2004)
-El magnetofón del florero
(19-11-2004)
-Irse sin nada (26-11-2004)
-El misterio de la embarazada
(5-12-2004) Fin del escrito
LA TRAVESIA DEL DESIERTO
Existe una etapa en la historia de la obra que puede ser denominada
de 'La travesía del desierto'. Es la que se refiere
al tiempo en que los entonces asociados rezaban por algo que
no se sabía, que estaba rodeado de gran misterio y
que denominaba 'la intención especial', sin que ningún
director se atreviera a revelar en qué consistía
exactamente. Muchas personas sospechaban, pero a los que estábamos
dentro no nos revelaban detalles.
Yo pité el 19 de marzo de 1965. Creo que ya entonces
estaba vigente "la intención especial". Solo
nos decían que rezáramos por ella. Incluso en
la obra nos pedían que invitáramos a los enfermos
que conocíamos a rezar por esa intención, que
era la de su fundador. Luego supimos que era la solución
jurídica de la obra, lo que es hoy la prelatura personal
y que solo una institución de la Iglesia tiene hoy
esta denominación, aunque no me extrañaría
que se incorporara el llamado Camino Neocatecumenal, fundado
por el español Kiko Argüello.
Como se sabe, la solución jurídica de la obra
fue aprobada por la Santa Sede el 30 de noviembre de 1982,
bajo el pontificado del Papa Juan Pablo II. El día
de Santa María Reina, a finales de agosto de ese mismo
año, en España, ya corrió el cava por
algunos centros de la obra, como señal de que había
acabado, por así decirlo, "la travesía
del desierto". Joaquín Navarro Valls, numerario
del opus dei y portavoz de la Santa Sede, confirmó
a los periodistas que estaba en marcha la solución
jurídica de la institución fundada por el Santo
Marqués de Peralta. El hecho se confirmó poco
tiempo después, a finales de noviembre.
Este nombre de "la travesía del desierto"
no es mío. Se lo oí decir a don José
Montañés, sacerdote numerario del opus dei,
hoy fallecido, uno de los primeros que se incorporaron a la
obra en Valencia y que, durante algún tiempo, trabajó
en la oficina que se encargaba de administrar los bienes de
la obra. Era un hombre todo corazón que allá
donde iba conquistaba a todos por su simpatía, pero
a la vez era muy listo. Tuve la suerte de que durante algunos
años fue el sacerdote del centro donde estuve, denominado
'Monte Esquinza', situado en el número 22 de la calle
del mismo nombre, muy cercano a la plaza de Colón de
Madrid. Todavía le estoy viendo cuando decía
que "en la obra no somos tontos" y ponía
un dedo junto a sus ojos. Fue elector de Don Alvaro del Portillo
como presidente del Opus Dei cuando falleció el fundador.
Hasta su muerte tuvo esta condición de elector.
Don José Montañés, que tenía un
hermano supernumerario y una sobrina numeraria, solía
comparar la marcha de la obra hacia "la tierra prometida"
con "la travesía de los israelitas a través
del desierto para llegar al lugar que Dios les había
prometido". Antes tuvieron que pasar penalidades y eso
mismo es lo que sucedió en la obra.
Mis primeros años en la obra, sobre todo en los finales
de los años sesenta y principios de los setenta del
siglo XX, fueron de absoluto desconocimiento sobre lo que
pasaba a mi alrededor. Con mucho misterio se nos decía
de vez en cuando que el Papa Pablo VI había recibido
en audiencia privada a Don Alvaro, entonces secretario general
del opus dei, que se presentaba como asociación internacional
de fieles que busca la santificación del trabajo ordinario
y en los deberes ordinarios del cristiano. Con esas palabras
lo aprendí yo y todavía las recuerdo. Se nos
aventuraba que Pablo VI no entendía la obra. A uno
de los que se culpaba de la situación era a monseñor
Giovanni Benelli, sustituto de la Secretaría de Estado
del Vaticano.
Eran los tiempos en que la obra disponía de una serie
de personas que se presentaban como obreros ante las autoridades
eclesiásticas para decir que en el opus había
personas que se dedicaban también a esas actividades
que en la sociedad figuraban como no universitarias. Así,
lo tengo confirmado, había, entre otros, dos o tres
agregdos que eran mineros en Asturias. En la primera reunión
de la asociación de amigos de la Universidad de Navarra,
en noviembre de 1964 --yo entonces empecé a entrar
en contacto con el opus-- dos aparecieron con lámparas
de las minas de carbón para ponerse a los pies de su
fundador, que afirmaba que amaba todas las entregas de la
obra, pero si Dios le hubiera dado a elegir, el escogía
la "vocación" de oblato (hoy agregado), por
ser humilde. Esto enorgullecía a los que eran como
yo. Por cierto, con el tiempo, esos "mineros" se
fueron de la obra. Uno de ellos se llamaba Luciano. No se
lo que ha sido del centro al que pertenecían, "Peñavera".
Me han dicho que ha cambiado.
Todo era misterio dentro de la obra. Sabíamos que al
fundador no le gustaba eso de que "otros", otras
instituciones de la Iglesia se hubierabn incorporado al carro
de los institutos seculares, de los que el primero de ellos
aprobado fue el propio opus dei. Les acusaba de tener formas
más bien de religiosos, órdenes y congregaciones,
que del "medio del mundo", como le gustaba decir.
No se me olvidan las misas de la fiesta de San José
en el centro que estaba en la calle (no el paseo) Recoletos,
5 de Madrid. Por entonces, en esa fiesta los oblatos (hoy
agregados) que habían hecho la oblación y no
se habían incorporado definitivamente a la obra a través
de la fidelidad debían expresar en alto los tres votos
de pobreza, castidad y obediencia, a lo que se añadía
"según el espíritu del opus dei".
El momento de hacerlo era después de la consagración
de la misa. Ellos, que se decían tan laicales, hacían
votos. Nunca me pareció bien. Al producirse la aprobación
de 1982, en la obra no ha vuelto a existir lo de los votos.
Eso sí aconsejó vivir "las virtudes propias
del cristiano", entre las que se encuentran la pobreza,
la castidad y la obediencia, pero no hacer votos.
Ese tiempo de 1982 vino acompañado por algunas acusaciones
internas del opus dei contra otras instituciuones de la Iglesia,
como son los denominados "Legionarios de Cristo"
que, según ellos decían en privado a los que
éramos veteranos, habían escrito a los obispos
de todo el mundo para que se mostraran en contra de la aprobación
de la prelatura personal de la institución de Escrivá.
Recuerdo que, una vez aprobada la obra como primera prelatura
personal por parte de la Santa Sede, me aconsejaron que acercara
a la institución a un agregado que se había
ido del opus en Bilbao (había sido expulsado de un
colegio tras permanecer años y luego supe de otros
casos parecidos), con la fidelidad hecha, y fue localizado
en Madrid, que necesitaba cambiar los votos de pobreza, castidad
y obediencia por lo que dentro denominan "el contrato"
que vincula a los fieles con el grupo fundado por Escrivá.
Yo así lo hice, pero no sirvió para nada, pues
poco después Txomin (Domingo), que así se llamaba,
hizo una tímida marcha atrás que luego no se
confirmó. Esta misma táctica que emplearon,
luego la hicieron con el que esto escribe cuando me marché.
No sirvió para nada. Es la forma de utilizar a alguien
que no ha chocado con la persona, pero que tampoco ha tenido
gran confianza con ella. Eso sí, me le encontré
algunas veces a la salida de la misa del domingo en la iglesia
a la que iba con mi madre.
Como se ve, todo tiene relación. Las cosas no ocurren
porque sí. Siempre existe alguien que maneja los hilos
y que se sirve de otros. En la obra --se nos decía--
estamos para obedecer y el mandato más fuerte es "por
favor". Yo he contado mis vivencias. Fueron años
de misterio. No sabíamos qué pasaba. Luego nos
hemos enterado lo que sucedió. Precisamente Don Álvaro
del Portillo, primer prelado del opus dei, lo explicó
en una carta a los fieles que tenía encomendados. Supongo
que esa carta se filtrará algún día.
EL BESO
Una de las primeras experiencias que tuve cuando me hice
de la obra en 1965 fue que se indicó que solo podía
besar a mi madre y a mis hermanas, en el caso de que tuviera
hermanas, que no las tengo. Por ello, quedaron excluidas mis
tías y, por supuesto, mis primas. Así pasé
a ser un "bicho raro" dentro de la familia. Todas
ellas comentaban: "Qué raro se ha vuelto Nacho!".
Y tenían toda la razón.
A mí siempre me pareció que lo de no besar
a mis tías y primas era una cosa rara. No se me prohibía
besar a una miss, una reina de la belleza, sino a una persona
que tenía mi misma sangre. Eso lo hubiera entendido.
No obstante, por obediencia, acepté las indicaciones
que se me hicieron y las viví escrupulosamente. Nunca
tuve una doble vida, la de la obra y la de la relación
con mi familia, con la que trataba frecuentemente, pues la
vida de un agregado tiene más posibilidades que la
de un numerario (los dos célibes) de relacionarse con
estas personas, que por algo Dios nos ha puesto a nuestro
lado.
No creo que el corazón se vaya porque bese a una hermana
o a una prima de mi madre o de mi padre. En 1965 ya era frecuente
que cualquier persona de la calle --en la obra se dice que
se santifican en medio del mundo-- se besara con sus tías.
De ahí que durante mucho tiempo fui "el raro de
la familia", porque no besaba, entre otras cosas. El
Santo Marqués de Peralta, fundador de la institución,
señalaba que teníamos que "ser del mundo
sin ser mundanos". No creo (verbo que le gustaba emplear
poco al autor de 'Camino') que por besar a la hermana o a
la prima de mi madre pudiera ser considerado "mundano".
Lo demás son escrúpulos que nos meten por la
cabeza.
El hecho de no besar me alejó de ellas. Cuando una
amistad se resquebraja luego es difícil de reparar.
Este era uno de los puntos en los que me consideraban raro.
Los otros eran no ir al cine con ellos, no acudir a las reuniones
familiares, salir solo con mi madre, etc. Tenían toda
la razón en sus apreciaciones.
Quiero puntualizar una cosa. En la mayor parte de España
existe costumbre de besarse entre personas de familia cercana.
De ahí que la orientación del opus de no besarse
para "guardar el corazón" supusiera alejarse
de ese mundo que el fundador decía que había
que santificar.
También me pareció raro que, a la vez que se
me indicaba que no besara a mis tías, sí se
me aconsejara besar al fundador. Curiosamente este señor
que ahora se encuentra en los altares solo besaba a sus hijos
(los hombres), pero no a sus hijas. En mi domicilio familiar
contadas veces besé a mi padre. Era un nuevo contraste.
Sin embargo besaba a otros tios míos, hombres de pro,
y eso nunca significó que se me pudiera acusar de homosexual.
No era "no guardar el corazón", ni ser menos
hombre.
Cuando he salido de la obra se ha resucitado todo. Eso se
ha me producido también al escribir en opuslibros y
leer los magníficos escritos y cartas que se publican.
Algunas hermanas y tías me lo han recordado ahora.
Tienen toda la razón, como las tienen mis primas.
En un viaje profesional de hace pocos años, cuando
no había dejado el opus, tuve la suerte de conocer
Helsinki, capital de Finlandia, país que tiene bajas
temperaturas en invierno y gran parte del año. Era
finales del mes de agosto. Pregunté a uno de la obra
que residía allí cómo se hacía
apostolado en invierno. El me respondió que uno de
los sitios frecuentes de reunirse eran las saunas públicas.
Allí los de la obra, totalmente desnudos --así
se está en la sauna--, hablaban con los aspirantes
a hacerse de la institución. Me aconsejó que
esto no lo contara en España, pues aquí se entiende
mal. Con el tiempo, lo he comparado con los besos que se me
prohibieron desde el primer momento. Puede que lo que se permite
en un sitio no se permita en otro.
Soy de la opinión que muchos de la obra, aunque se
haya prohibido, siguen besando a sus tías. No es una
vez que se escapa, sino un hecho frecuente. Yo seguí
lo que se me dijo y, ya veis, he sido considerado "raro".
MEDALLERO
EL verano pasado se celebraron las Olimpiadas en Atenas. Los
periodistas como yo que les gusta tanto las estadísticas
hablaron con mucha frecuencia de que tal país figuraba
en tal puesto en el "ranking" de medallas por los
triunfos conseguidos y así unos ocupaban puestos más
altos que otros. Pues bien en el opus dei (con minúscula)
existen algunas personas que son como esos países,
ocupan altos puestos en el "medallero", por el número
de vocaciones (si es que lo son) que han perdido y no ha puesto
los medios para evitarlo.
Con anterioridad hablé de la
fuga de agregados e incluso daba nombres. Algunos
de ellos me han escrito, al haber aparecido con sus nombres
y sin sus apellidos. Los artículos están sirviendo
para recuperar amigos, que sí lo son, pues con la disculpa
de que no se pueden tener amistades particulares los del opus
se están cargando cualquier signo de humanidad entre
los supuestos "hermanos", que no lo son.
Todo este comentario mío viene como consecuencia del
magnífico artículo titulado "Estadísticas.
¡Importan en el Opus Dei?" que ha escrito
Yoha el día 20 de octubre de este año en opuslibros.
El articulista sugiere a los directores que cuiden la labor
de agregados, pues los directores los descuidan. Ana
Azanza también metió el dedo en la llaga,
al denunciar el trato que se daba a las agregadas.
A la apreciación de Yoha yo añadiría
que los directores deben de cuidar tanto la labor de agregados
como la de numerarios. Se trata de ser humanos, de tener corazón
y de pensar con la cabeza. En el centro Amaniel donde yo estuve
hasta que lo dejé el 28 de octubre de 1998, nos fuimos
cuatro agregados de más de treinta años en la
prelatura y uno que procedía de otro centro y que se
puede considerar que "ya vino tocado", o con el
planteamiento de irse. Todos éramos "cofundadores"
y, por lo tanto unas viejas glorias del opus dei. El que consiguió
la "medalla" de que nos fuéramos o de pasar
de nosotros era el que encabeza mi serie de artículos,
que he denominado "¿El
Buen Pastor?" Gracias a su actuación y
a otros que miraron al cielo cuando me vieron por la calle
comenzaron a publicarse mis artículos.
Me he enterado que este "forjador de bajas o de ex"
sigue plenamente en activo. En los años en que estuve
en el centro Amaniel (1996-1998) logró o casi logró
el difícil récord de que se fueran también
cinco numerarios (uno o dos fueron poco antes). Le debíamos
nombrar "entrenador" de los que escribirán
en el futuro en opuslibros.org. Por ello, me dirijo a las
Orejas de Guardia para decirle que le sigan, que es un "forjador
de ex". Enhorabuena, si me leen los de la prelatura.
Pero existen otros centros en los que suceden cosas parecidas.
Incluso algunos, en los que se gobierna la obra en España
o en una delegación, han permitido que se vayan directores.
Recuerdo que en la delegación de Madrid Oeste hubo
un director llamado Manolo que, de repente, desapareció.
No voy a dar pistas de su profesión, porque inmediatamente
se le localiza, y prefiero guardar su intimidad. Cuando pregunté
dentro de la obra qué pasaba con él, se me indicó
que una antigua novia suya le había estado persiguiendo
hasta que lo consiguió "cazar". Muy buena
explicación, sí señor. Como que los del
opus no hacen "pesca submarina".
Hubo otro director de agregados de la misma delegación,
llamado Juanjo (para la gente joven entonces don Juan José)
que también se fue. También desapareció
sin que internamente se supiera la causa, aunque la sospechábamos.
Lo que somos periodistas y leemos todo, hasta los ecos de
sociedad, un día nos enteramos que se había
casado en la Basílica Pontificia de San Miguel de Madrid,
encomendada a los sacerdotes de la prelatura o de la Sociedad
Sacerdotal de la Santa Cruz, que es práctiamente lo
mismo y les había casado un sacerdote numerario que
atiende por el nombre de don Luis. Si ha sido así,
supongo que será cooperador. El hermano del citado
me le encontré en asuntos periodísticos y también
se había ido.
En Diego de León, 14 , donde está el gobierno
de la obra en España también se han producido
casos de abandono, como por ejemplo el de Angel, que fue director
de agregados durante poco tiempo. No recuerdo exactamente
la explicación que se nos dio.
Cada uno de los que aquí colaboramos puede aportar
su experiencia. Es bueno que lo haga para descubrir la historia
real del opus dei, no la que escriben los que siguen en libros
almibarados, que han pasado varias censuras (llegan hasta
Roma) antes de ser publicados la mayor parte de ellos en la
Editorial Rialp, que reconocen que está vinculada a
la prelatura. Vaya si está vinculada que hasta aparece
como escudo del grupo la rosa estofada de Rialp que aparece
en los altares de los centros del opus y que la institución
deja ver que fue un hecho extraordinario que le sucedió
al que llamo el Santo Marqués de Peralta y que tuvo
este título nobiliario por petición propia.
Aquí en estas páginas en las que colaboramos
habitualmente algunos reconocen que han desempeñado
tareas de responsabilidad. Luis reconoce que dejó la
obra tras haber sido un director en la delegación de
Madrid Este, cuya sede está en la calle Hortensias.
Bastante valentía tuvo de irse.
MALAS NOTAS
El día 24 de octubre, Vitruvius
publicó en la sección de 'tus
escritos' de opuslibros una colaboración en
la que se podía ver una hoja de normas de las que utilizan
numerarios y agregados cuando se hacen de la obra. Una vez
observada y teniendo en cuenta la experiencia de casi 34 años,
llego a la conclusión de que "pitar", hacerse
de la obra, influye en el rendimiento académico de
esos chicos y chicas que van con toda su buena fe a entregarse
a Dios y a quien se entregan es a los caprichos y órdenes
de los máximos dirigentes de la prelatura, eso sí
sacrificando su futuro profesional en muchos casos. Eso fue
lo que me sucedió a mí.
Cuando yo me hice de la obra, estudiaba tercero de la carrera
de Derecho en la Universidad Complutense de Madrid. Hasta
ese momento, estudiando en casa de mis padres, había
superado todos los cursos sin repetir ninguno. El segundo
año me habían quedado dos asignaturas muy fuertes
para el verano y en septiembre las superé.
Pasados unos meses cambió notablemente la situación.
Empecé a ir por un centro de la obra que había
en la calle General Oráa, 5 de Madrid, que pertenecía
a la familia de Don Fernando Valenciano, uno de los máximos
directores del entonces denominado Consejo General de este
instituto secular, aunque al fundador, el Santo Marqués
de Peralta, no le gustaba esta denominación.
Cuando comencé a frecuentar ese lugar era el mes de
noviembre de 1964. Rápidamente fueron a por mí
y el 19 de marzo de 1965 escribía la carta de incorporación
al Padre (entonces el fundador) en una noche, en la que también
escribió un compañero de opuslibros: el que
firma "Harto". Hoy gracias a la web he recuperado
su amistad pues los dos nos fuimos, el con 12 años
dentro y yo con casi 34. "Gracias a Dios que nos fuimos",
aunque yo tardé bastante más.
La llamada "Hoja de normas"
que publica Vitruvius da razón de todas las oraciones
y actos religiosos que practica un joven que se incorpora
al opus dei.
A continuación paso a dar cuenta del tiempo medio que
se emplea en cada una de ellas: ofrecimiento de obras, unos
dos minutos; oración, media hora por la mañana
y otra media por la tarde; Santa Misa, cuarenta minutos; Sagrada
Comunión, está incluida en la anterior; Angelus
o Regina Coeli, cinco minutos; visita al Santísimo
Sacramento, cinco minutos; Santo Rosario, veinte minutos,
si se reza solo una de las partes, y si se hacen las otras
tres partes restantes, quince minutos más por cada
una; lectura espiritual y lectura del Evangelio, quince minutos;
preces, cinco minutos; examen particular, unos dos o tres
minutos; examen general, otros dos o tres minutos; mortificación
por el Padre, en numerarios y agregados suele ser la ducha
de agua fría en invierno o en verano, que da lo mismo;
tres avemarías de la pureza, dos minutos; agua bendita,
un segundo; confesión, cinco minutos a la semana; charla
fraterna (antes se denominaba confidencia), veinte minutos
a la semana; mortificación semanal, no cuenta; Salve
los sábados, dos minutos; Salmo 2, otros dos minutos
los martes; retiro mensual, si se es numerario, desde las
once de la mañana hasta las cinco y media de la terde
de los domingos; si se es agregado, la tarde de los sábados,
desde las cuatro y media hasta las 9 de la noche, o la mañana
de los domingos, desde las 9 de la mañana a las dos
de la tarde; cuenta de gastos, es una cosa que se hace mecánicamente
durante un minuto, aproximadamente; cartas al Padre, una vez
al mes, aproximadamente unos veinte minutos, según
la facilidad de escritura de cada uno.
Estos son algunos de los datos que nos incluía la "Hoja
de Normas" que nos facilitó Vitruvius. Pues bien,
a todo esto hay que añadir que existen semestres de
invierno, en los que los de la obra, si son estudiantes, deben
compatibilizar los estudios en la universidad con los internos
de la obra (Filosofía y Teología); semestres
de verano, también estudios internos durante otros
25 días. Hay que aprobar las asignaturas internas con
notable o sobresaliente (magna cum laude o summa cum laude),
las otras da igual.
Si a todo esto añades que, en muchos casos, los numerarios
y agregados, desde que se incorporan a la obra deben asistir
a un llamado círculo de San Rafael (otros cuarenta
minutos semanales), un círculo breve para los ya incorporados
(otros cuarenta minutos) y recibir charlas o llevar amigos
a las labores, lo que supone otro gasto considerable de tiempo.
Lo he padecido en mis carnes y lo comento. Una vez que me
hice de la obra en el centro de General Oráa, 5, todos
los días iba a estudiar al centro, lo que suponía
una media hora de ida y otra media hora de vuelta. Cuando
me ponía a estudiar, se me encargaba que abriera la
puerta por medio de una especie de mando, que, en muchos casos
requería acercarse hasta la puerta de entrada.
Cuando escribo esto me acuerdo fundamentalmente de los padres
que tienen hijos que van por los centros de la obra. Han de
saber que estos jóvenes gastan lo que acabo de decir.
Si se incorporan como supernumerarios a la obra, cosa no frecuente,
el gasto de tiempo disminuye considerablemente, pues es más
ligero.
Después de presentar todos estos datos, llego a una
conclusión: el hecho de pitar e incorporarse a la obra
supone un empeoramiento de las notas para ese buen chaval
o joven que lo hace con toda su buena fe. ¿Nos damos
cuenta de todo el tiempo que gasta? En el mejor de los casos,
estos datos son correctos, si no se ha producido una situación
de acoso sobre una posible vocación.
No es necesario aclarar que yo repetí curso. Había
que ser un genio para aprobar todo --se nos pedían
las mejores notas-- y salir adelante. Mi padre y mi madre
se quejaban de mi situación y llegaban a la conclusión
de que la obra había influido en mis malas notas. Hay
casos dentro de la obra que son la excepción a lo que
comento. Por eso, ahora lo revelo para abrir los ojos a los
padres cuyos hijos van por centros (también les llaman
clubs) de la obra. Que no les quede ninguna duda: si sus hijos
sacan malas notas es "en nombre de la santidad y de llevar
a Cristo a la cumbre de todas las actividades humanas".
INTENCION SINE DIE
Existe una etapa larga en la obra, desde principios de los
años sesenta del siglo XX hasta finales de los setenta,
en la que la institución quiere quitarse de encima
el supuesto sambenito de que estaba vinculada al régimen
del general Franco. Eran años en que España
no gozaba de libertad y en la que, si bien una parte de la
jerarquía de la Iglesia y grupos de creyentes católicos
se habían desvinculado del llamado Movimiento, sin
embargo otra parte colaboraba. Este es el caso de algunas
personas vinculadas al opus dei.
Por aquel entonces, los que pertenecimos al opus dei teníamos
una consigna, la denominada primero "intención
mensual" y luego "intención mensual sine
die", porque no había fecha de terminación,
y que establecía que los entonces asociados al instituto
secular debían extender la opinión de que los
de la obra tenían libertad de opinión en lo
político y no estaba vinculada al régimen del
general Franco.
Han pasado los años. Todo aquello que traté
de extender se ha demostrado que era falso. La carta
del hoy Santo Marqués de Peralta al general Franco
de 23 de mayo de 1958 demuestra la base en que se asentaba
la opinión de la vinculación del opus dei con
el anterior jefe de Estado de España. La carta fue
enviada por el fundador con motivo de la promulgación
de los llamados Principios Fundamentales del Movimiento.
La carta de Escrivá decía, entre otras cosas:
"Con la perspectiva que se adquiere en esta Roma Eterna
he podido ver mejor que nunca la hermosura de esa hija predilecta
de la Iglesia que es mi Patria, de la que el Señor
se ha servido en tantas ocasiones como instrumento para la
defensa y propagación de la Santa Fe Católica
en el mundo".
El hoy Santo Marqués de Peralta se alegra como sacerdote
y como español de que la voz autorizada del Jefe del
Estado proclame que "la Nación española
considere como timbre de honor el acatamiento de la Ley de
Dios, según la doctrina de la Santa Iglesia Católica,
Apostólica y Romana, única y verdadera y fe
inseparable de la conciencia nacional que inspirará
su legislación".
La "intención mensual sine die" establecía
que los de la obra debíamos extender que el opus no
estaba vinculado al régimen del general Franco. Si
se lee atentamente lo que acabo de escribir, se llega a la
conclusión de que había que seguir al "Papa
Franco".
Todos los meses se nos leía en uno de los círculos
breves que existía libertad política entre los
miembros del opus dei, pues el entonces instituto secular
no estaba vinculado al régimen del general Franco.
Por si existía poca base legal, Escrivá había
predicado unos ejercicios espirituales ( no se si entonces
el opus habría cambiado el nombre por el de curso de
retiro) al entonces jefe del Estado.
El general Franco no solo tenía la bendición
de una parte de la jerarquía de la Iglesia Católica
sino también del propio fundador del opus dei. Así
lo demuestra la carta que posee la hija del Generalísimo,
duquesa de Franco.
No hace mucho he vuelto a encontrar un amigo de mi primera
etapa en la obra. El se fue en los años sesenta. Me
decía que cuando en la obra se hablaba de la libertad
política de los asociados (entonces se denominaba a
sí misma "asociación católica internacional
de fieles") y de estar abiertos a todos los grupos, sin
embargo él veía que no era cierto. Por eso y
por tener posturas de izquierda se fue.
En una de las conversaciones que tuve cuando me fui de la
obra ahora hace seis años defendí ante uno de
los directores de la obra en España que la prelatura
estaba llena de lo que se denominan "fachas". El
me respondió que en la obra había pluralismo
y libertad política. Pocas veces observé esto
sino bien lo contrario.
Algunos de los que entonces fueron mis compañeros --ellos
los denominan "hermanos"-- son hoy dirigentes de
distintos partidos políticos. Incluso uno de ellos
fue clasificado no hace mucho como el "ideólogo"
del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y también
presidente de una fundación ideológica. Cuando
me lo he encontrado en alguna información periodística
no se acordaba de mí. Mejor olvidar esa etapa política
y la de la "intención mensual sine die".
Pero es bueno qu esto se sepa.
POR SUS ESTAMPAS LOS CONOCERÉIS
Jesucristo decía refiriéndose a los discípulos
que por sus frutos los conoceréis. Pues bien, he llegado
a la conclusión de que a la gente de la obra, después
de la muerte de su fundador, el Santo Marqués de Peralta,
se le puede decir: "Por sus estampas los conoceréis".
Veamos un caso.
Hoy fiesta de Todos los Santos he acudido al Cementerio de
la Almudena de Madrid a rezar ante la tumba de mis padres
y mis abuelos y depositar unas flores encima de la lápida.
En un artículo anterior mío titulado "Flores
de plástico para Isidoro" decía
que el nicho de este compañero del fundador y uno de
los primeros del opus se encontraba eso, flores de plástico,
lo que no me parecía bien, pues en la prelatura, siempre
que existe una fiesta interna o de la Iglesia se ponen flores
frescas.
En mi visita matutina he pasado por este lugar. Seguía
habiendo flores de plástico, pero esta vez se encontraba
depositado un ramo de flores (pocos claveles y margaritas
principalmente y otro ramo de margaritas, flor que no figura
entre las más caras de las floristerías y de
los puestos de venta que se instalan en estos días).
Recordaréis que en la tumba del fundador en Roma había
flores de un rojo especial que se cambiaban cada día
y que luego se mandaban liofilizadas a los centros de mando
del opus en todos los países.
Existía una novedad en el nicho. Junto al anonimato
de la inscripción de "In pace" y la fecha
del nacimiento y la muerte de Isidoro Zorzano (no se dice
su nombre para nada), habían sido colocados una esponja,
seguramente para ayudar a que las flores frescas duraran más,
y una estampa para la devoción privada, con un retrato
del aspirante a ser venerado en los altares, realizado de
una manera muy relamida, como todos los que se hacen en la
obra, que para eso tienen el mismo gusto que el fundador.
Es una broma..
La estampa, solo una, estaba cuidadosamente preparada para
la ocasión. Se encontraba dentro de una bolsa de plástico.
De este modo, si llueve, no se moja y dura más. Pero
he captado otro mensaje. Al anonimato de la tumba --solo la
inscripción "In Pace" y la fecha de nacimiento
y de la muerte de Isidoro Zorzano-- se añade que, si
alguien desea saber quién se encuentra ahí dentro,
tendrá que tomar la estampa plastificada y llegará
a la conclusión de que puede ser el antiguo compañero
de estudios del hoy Santo Marqués de Peralta.
No creo que el visitante del Cementerio de Nuestra Señora
de la Almundena llegue tan lejos, que tome la estampa y sea
un prodigio de ingenio, asegurando que ahí se encuentran
depositados los restos de un señor que perteneció
al opus dei y que ahora su situación es en proceso
de beatificación y canonización, aunque el proceso
está parado desde hace mucho tiempo. Eso sí
se le ha hecho un retrato tan relamido, como los crucifijos
que denunciaba Escrivá y que decían que eran
de pasta, por lo que no deseaba que se instalaran en los centros
de su institución.
Por lo que se ve, el posible santo no tiene nombre, pero sí
estampa. Podían haber puesto más de una y así
la difusión de la devoción privada era más
grande. Con proliferación de estampas se está
difundiendo la vida y milagros del fundador y de su primer
sucesor al frente del opus: Alvaro del Portillo. Claro que
Isidoro Zorzano no ha sido presidente general, ni prelado
y en el mundo eclesiástico --de eso sé mucho--
existen dudas sobre la viabilidad de que llegue a los altares
el antiguo compañero de Escrivá. Todo es cosa
que monseñor Echevarría se lo proponga.
El año pasado viajé a Viena por razones de trabajo
de periodista. Aproveché la ocasión para visitar
una ciudad tan bonita como ésta, que es la capital
de Austria desde hace muchos años. Pues bien, descubrí
una iglesia encomendada al opus, San Peter, por las estampas
y por existir un retrato del Santo Marqués en una de
sus capillas. Luego observé que en la lista de los
sacerdotes que confesaban allí se encontraba Juan Bautista
Torelló, uno de los hombres más citados en las
tertulias a las que asistí dentro de la obra. Se suele
decir que verde y con asas es un cesto. Pues bien en el opus
una de sus características es ahora que "por sus
estampas los conoceréis".
PARALELISMOS
Ayer asistií a la presentación en Madrid del
libro "Los documentos secretos de los Legionarios de
Cristo", que ha escrito el periodista José Martínez
de Velasco, experto en temas religiosos de la Agencia EFE.
Pues bien, cuando estaba oyendo las características
del citado grupo religioso fundado por el sacerdote mexicano
Marcial Maciel Degollado me parecía estar viendo todo
lo que viví en el Opus Dei.
Una de las últimas notas que se me leyó en
la obra antes de irme advertía acerca de los llamados
Legionarios de Cristo. De ello no se podía hacer ningún
comentario. Esa nota ya no estaba a disposición de
la gente veterana en la prelatura. Un caso parecido sucedió
con la Compañía de Jesús a la que durante
bastante tiempo se les conocía internamente con la
expresión "los de siempre", y que aludía
al hecho de las advertencias que estos religiosos hicieron
a "las familias de los nuestros" --así decían--
para que hicieran todo lo posible para que sus hijos abandonaran
la institución fundada por Escrivá. De la misma
manera se advertía, según me explicaron responsables
del opus, de que "podían ir al infierno"
si entraban por ese camino.
En el caso concreto de los Legionarios de Cristo se les atribuye
dentro del Opus Dei que hicieron una campaña mundial
de cartas a los obispos para que escribieran a la Santa Sede
y pidieran que no se transformara en prelatura personal, como
así ha sucedido. Como es de suponer, esto dentro de
la institución del Santo
Marqués de Peralta no se perdona. En países
como México, los seguidores del padre Maciel, muchas
veces abren casas enfrente de las que acaba de poner en marcha
la prelatura. Es como una carrera de rivales.
Durante la presentación del libro de Martínez
de Velasco escuché que los legionarios tienen unos
estatutos y unos documentos que no pueden salir de sus casas.
Tampoco en el opus. Sus documentos son secretos y solo pueden
ser utilizados por grupos muy específicos. En la obra
de Escrivá sucede lo mismo. Lo bueno de todo es que
ahora nos podemos enterar de esos documentos secretos y los
de la obra gracias a los 'libros
silenciados' de opuslibros.org. Quienes han conseguido
los documentos de uno y de otro se han marcado un buen tanto.
Eso lo sabemos muy bien los periodistas. Enhorabuena.
El "quien obedece a los directores nunca se equivoca"
es una frase casi repetida en uno y otro grupo religioso a
los que me estoy refiriendo. Incluso oí muchas veces
la expresión que seguir los mandatos de los directores
en el o.d. es seguir la voluntad de Dios, que se nos manifiesta
de modos muy diversos. Sin embargo, cuando se produce un fallo
los directores nunca asumen sus palabras y encuentran miles
de disculpas para echarle la culpa a quien ha obedecido. ¡Cuánta
soberbia existe al manifestar que lo que dicen los directores
es la voluntad de Dios! Pero la voluntad de Dios no es solo
la de Escrivá o alguno de sus sucesores (Alvaro del
Portillo y Javier Echevarría), sino que llega a los
grupos más bajos: vicario regional y su equipo de gobierno
en cada país; director de la delegación y su
equipo que gobierna una zona del país; director del
centro y otros miembros del consejo local al que pertenecen
los fieles; y, el colmo, a quien lleva la charla del seguidor.
Insisto, mucha soberbia.
Por lo que se ve, en los legionarios sucede algo parecido,
pero el colmo está en Maciel, quien ha escrito miles
de cartas y documentos -también Escrivá-, ha
enviado muebles a las distintas casas suyas que se conservan
como si fueran reliquias de santos --idem el Santo Marqués--,
ha "protagonizado películas" y se le han
grabado sus palabras en magnetofón, lo mismo que ocurría
con su competidor hasta el 26 de junio de 1975, fecha en que
abandonó este mundo, lo que todavía no ha sucedido
con el citado sacerdote mexicano. Un dato, quien grababa las
palabras de Escrivá era su ayudante, Alvaro del Portillo,
que disponía de un aparato especializado encima de
su cuerpo.
Una de las cosas que quedó clara en la presentación
fue que los Legionarios de Cristo no respetan la correspondencia
de sus seguidores --existen miles de testimonios que pueden
atestiguarlo--, incluso aunque sean las que les dirigen sus
familiares más cercanos. Yo cerraba los ojos y me parecía
la presentación de algo que se refería a la
obra del Santo Marqués de Peralta. Es frecuente que
los numerarios del opus dei visiten a sus familias contadas
veces. Incluso si van a visitar el domicilio de sus padres
no pasen la noche con sus progenitores, sino que lo hagan
en una residencia de la obra cercana al lugar. Esto en los
legionarios es todavía más fuerte. Dentro de
la obra se suele decir que hay que vivir "el dulcísimo
precepto" con los padres y ayudarles. ¿Es esta
la manera correcta?
Dentro de la obra se suele afirmar en pequeños grupos
ya veteranos que los legionarios copiaron al opus. Puede ser.
Escrivá es conocido por "nuestro Padre" (se
escribía la letra 'p' con mayúscula) y Maciel
es también conocido por "nuestro padre" (supongo
que también con mayúscula). En muchos casos,
las frases de unos y otros son prácticamente idénticas.
Algunas veces oí en el opus que alguien de Maciel había
ido a copiar hasta las medidas de los oratorios u otros detalles
de una residencia o colegio mayor.
Estos son solo algunos de los casos que me acuerdo. Pero entre
una y otra institución existen muchos paralelismos.
Dentro de la obra se vivieron los votos hasta la aprobación
de la prelatura en 1982. Los seguidores de Maciel siguen teniendo
votos y son una congregación religiosa que depende
de la Sagrada Congregación de Religiosos de la Santa
Sede. Afortunadamente el opus es prelatura personal que depende
de la Sagrada Congregación de Obispos, lo que le da
un carácter más secular. ¿Dónde
terminará esta competencia entre los dos?
El ombligo del mundo
Tengo la sensación de que el opus dei se cree el ombligo
del mundo y su fundador es el santo más grande que
ha dado la Iglesia Católica a lo largo de sus veinte
siglos de historia. Eso me dijo uno de los primeros agregados,
aue aún viven y que trabajan actualmente en la sede
del gobierno de la obra en España, en la calle Diego
de León, 14 de Madrid. Mis 34 años dentro confirman
esa tesis. Ese fanatismo no es que haya sido una salida de
tono de mi ex "hermano" agregado sino que lo he
visto en más gente de la prelatura, que, para mí,
son unos ignorantes o no quieren ver lo que está claro...
Ese fanatismo me recuerda a lo que pasa a los niños
cuando son pequeños: van al colegio y cuando se encuentran
a un compañero que tiene más fuerza o les domina
dicen que "ya verás cuando venga mi papá,
que es mucho más listo y fuerte que tu". Luego,
si hablan de sus profesores a los amigos del barrio resaltan
que son los más listos de España. Así,
a base de repetir, se lo creen realmente.
Pues bien, cuando me hice del opus dei, el 19 de marzo de
1965, el Concilio Vaticano II estaba muy adelantado. Terminó
a finales de ese año. Yo entonces casi no leía
los periódicos. De ahí que mi mente estaba virgen
para recibir todos los mensajes que dirigieran los directores
que sí tenían la mente más clara que
yo.
Uno de esos mensajes que aún me perdura es que el fundador
había sido un adelantado a su tiempo al proclamar la
llamada universal a la santidad, desde que fundó el
opus dei. Como el entonces instituto secular tenía
tanta gente en el Concilio Vaticano II --don Alvaro del Portillo
, don Ignacio Orbegozo y poco más-- se tuvieron muy
en cuenta sus tesis. Solo se tuvieron en cuenta las tesis
predicadas por Escrivá. Vamos que eran "el obligo
del mundo".
Para aparentar esa falta de presencia en el Concilio Vaticano
II, recuerdo que se nos indicaba que "el Padre"
(con mayúscula se le llamaba al fundador dentro de
la institución) había recibido durante las sesiones
a numerosos obispos, que habían ido a consultarle lo
que iban a hablar en las sesiones. Yo dejo constancia del
hecho. Cada uno que piense lo que quiera. Lo que está
claro, y lo se por experiencia como informador religioso,
es que la obra suele tender sus tentáculos cada vez
que existe una reunión a alto nivel eclesial. Así
sucede cuando existe una asamblea plenaria de la Conferencia
Episcopal española, en que cada día un obispo
español es invitado a almorzar a la sede del gobierno
del opus en España. Puedo decir, con terminología
habitualmente empleada dentro del Episcopado, que la mayor
parte de los que van a almorzar son de tesis "de derechas"
o de la ortodoxia católica, aunque en España
no puede decirse que exista alguno que destaque por su heterodoxia.
Terminó el Concilio Vaticano II. Los directores nos
insistieron una y otra vez --prueba de ello es que se me ha
quedado dentro la canción-- que "el opus dei había
sido un adelantado a las tesis del Concilio Vaticano II".
Pero en la aplicación de lo acordado en esta reunión
vino la primera tragedia para la obra. Los directores de la
obra amortiguaban el goipe asegurando que el hecho de que
se produjeran excesos era seguir lo ocurrido en otros concilios.
Durante los "Dos Meses de Catequesis" --asi se llama
internamente el viaje que realizó monseñor Escrivá
en 1972 por toda España--, el fundador insistió
frecuentemente en la necesidad de guardar la ortodoxia y de
aprender los viejos catecismos. Al final de las tertulias
se pedía "por el Papa y los obispos en comunión
con el Papa". Por lo que se ve no habían triundado
tanto las tesis del llamémosle "adelantado"
al Concilio.
Recuerdo que el fundador de la obra nos dirigió una
carta con ataques fuertes contra la falta de ortodxia en la
liturgia. Esa carta se llamaba internamente "la tercera
campanada" y Escrivá comparaba la situación
con esas circunstancias en que el los pueblos se utiliza el
campanario de las iglesias para llamar a los fieles ante una
situación difícil. En tertulias en pequeños
grupos de la obra se dirigían los ataques contra el
autor de la reforma, monseñor Annibale Bugnini, que
luego el Vaticano nombró nuncio en Irán y que
estaba allí cuando fue derrocado el sha Rezza Pahlevi.
Este hecho se vio casi como un caso de castigo divino, no
a nivel de los directores, sino en pequeñas tertulias
de sacerdotes y directores locales.
Como las tesis del opus dei eran las correctas y eran el ombligo
del mundo, son las que hoy "imperan en la liturgia".
Escrivá se agarró al clavo ardiendo del Concilio
de Trento y siguió diciendo la misa de San Pio V, que
no es cara al pueblo. Eso sí decía públicamente
que Don Alvaro del Portillo le había conseguido una
autorización para seguir con la fórmula antigua.
Cuando en la calle se decía la misa cara al pueblo
en lengua de cada país, en el opus se decía
la misa en latín, que se considera una lengua que debe
ser conservada, lo que no dejan de tener razón. En
fin, ya lo conté en el artículo titulado "Resistirse
a la reforma litúrgica". Como agregado que fui
puedo asegurar que había una distancia considerable
entre la misa que celebraban en las iglesias públicas
y la que se decía en el opus dei. Cuando yo me fui
en 1998, se seguían diciendo las preces de la obra
en lugar de las de los fieles que se recitaban en las templos
abiertos al público. Por ello las mismas preces se
recitaban prácticamente íntegras en los centros
de la obra.
¡Qué frustración la mía! Me creía
que eran el ombligo del mundo y no lo eran. He visto la triste
realidad cuando se me ha caido la venda de los ojos al salir
de la institución. ¿Y pensar que aún
existe gente dentro del opus que de buena fe siguen pensando
lo que yo pensaba cuando me sali en 1998?
EL MAGNETOFÓN DEL FLORERO
En estos días han salido a la luz algunos artículos
que se refieren a la mala relación que existe entre
entre el Opus Dei y la Compañía de Jesús,
dos instituciones de la Iglesia que debían de llevarse
bien, pero que no se llevan. Así queda claro en los
artículos de Dionisio,
César,
Tapatio
y Frida.
No es que en un calentón de uno de ellos hayan salido
a relucir unos trapos sucios que han sido inventados. Son
totalmente ciertos y así lo pueden confirmar personas
que lo han vivido.
Dionisio,
refiriéndose a la tradición oral de la prelatura,
hace alusión a una visita de monseñor Escrivá,
fundador del Opus Dei, al padre Pedro Arrupe en el edificio
de la curia generalicia de la Compañía de Jesús.
En esa reunión --dice--se encontró un magnetofón
dentro de un mueble. No especifica el tipo de mueble. Pues
bien, a mi me llegó en versión de un magnetofón
dentro de un florero. Es de película truculenta. Esto
lo he oido por varios lugares...
Como en el Opus son tan amantes de la Iglesia en general
y de los religiosos, cuando participa un opusino en un hecho
él siempre queda como bueno y los demás son
malos. La versión que me llegó dentro de la
obra sobre ese hecho es que el fundador expresó su
malestar por estar controlado en la conversación. Se
ve que en la obra de Escrivá no se controla lo que
se dice y, al final de las entrevistas con personajes principalmente
de la Iglesia, hay que escribir una reseña sobre los
temas tratados. Claro que como era el fundador y mandaba,
él no lo escribiría y sí su ayudante
del momento. Eso sí corregido hasta el extremo por
el Santo Marqués
de Peralta.
Esta es una de las lindezas que se oían dentro de la
Obra sobre los jesuitas. Más de uno podrá ratificar
mi versión. También se me comentó que
cuando el Padre Arrupe fue a visitar al fundador de la obra,
quedó claro que en la sede central del entonces instituto
secular (el opus) las mujeres del servicio iban con cofia
y en traje de gala para servir a la mesa, mientras que en
la Compañía no había esa limpieza que
se observaba en Villa Tevere y que hacía que algunos
eclesiásticos dijeran que el domicilio de Escrivá
estaba hecho con mármoles, cuando la verdad, según
ellos, era que estaba más limpio y con mayor cantidad
de cera que lo hiciera más brillante.
Algunas veces he leído aquí comentarios del
"mucho cariño" que demostraba Escrivá
por los miembros de órdenes y congregaciones religiosas,
a las que a veces comparó a niñas de colegio.
Para decir que eran buenos, aseguraban que contaban con algunos
religioso/as contemplativo/as y unos poco/as de vida activa
que eran cooperadores del Opus Dei.
A los pocos años de fundar la obra, Escrivá
tuvo como confesor al padre Valentín Sánchez
Ruiz. Con el tiempo cambió de confesor, pues el citado
jesuita, según lo que decían en la obra, le
daba plantones por indicación de los superiores de
la Compañía de Jesús.
No se me olvida la anécdota que se contaba en el Opus
de aquella religiosa que se encontraba en un centro sanitario
que manifestaba que en su congregación se le trataba
con "caridad" y ella deseaba ser tratada con "cariño".
El siguiente razonamiento es que en la obra se nos trataba
con cariño. En los casi 34 años que pertenecí
a la obra pocas veces se me trató con cariño.
Luego se trata de un caso de "autobombo" y de soberbia,
que puede ser hasta considerada colectiva.
Pero la animadversión de la Obra contra los jesuitas
iba más allá. Se decía que en los años
posteriores a la terminación de la Guerra Civil, el
fundador tenía prohibido visitar Barcelona, lo que
le hizo cambiar de nombre en el documento de identidad. Se
acusaba a la Compañía de Jesús de haber
promovido tal acoso, tras haberse hecho de la obra algunos
de los que formaban su congregación, llamada de "los
Luises". El gran defensor de la obra en aquellos momentos
fue Alfonso Balcells, que luego se hizo numerario y que ya
ha fallecido, según comprobé cuando hice el
estudio sobre la gente que fallece en la prelatura. El boletín
"Romana" publica los nombres de los fallecidos.
Claro que en estos momentos lleva un considerable retraso,
al llegar solo hasta junio de 2003, por lo que la demora es
de casi año y medio.
Era tal la animadversión que había contra la
Compañía de Jesús que yo oí muchas
veces que era la culpable de toda la crisis que ha vivido
la Iglesia Católica tras la celebración del
Concilio Vaticano II. A ello se añadió que en
España no había obispos pertenecientes a la
Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, vinculada al Opus Dei,
por lo que los culpables, según ellos, eran los jesuitas.
Todos estos hechos han provocado que en mi interior hayan
existido reservas hacia la Compañía de Jesús.
Si es otra institución de la Iglesia Católica
que a lo largo de la historia ha dado muchos santos, ¿por
qué se le va a mirar mal?
IRSE SIN NADA
Durante los casi 34 años que estuve en el Opus Dei
se me habló por activa y por pasiva que la pobreza
era total. Siempre se me regateó todo lo que pedí
para arreglar mi casa e incluso uno que llevaba mi charla,
hoy fallecido, con papel y bólígrafo, llegó
a decir que era mucho el dinero que sacaba del sueldo mensual
que ingresaba en caja, procedente de mi sueldo como periodista.
Ninguno de mis compañeros de profesión vivía
tan ajustado como yo y eso que, como se nos decía dentro
de la institución, "nos nos diferenciamos en nada
de los demás". Pues bien, cuando te vas, si eras
pobre dentro, eres más pobre fuera.
La mayor parte de los que se van de la obra habiendo dedicado
la mayor parte de su vida a tareas internas, su dificutad
es todavía mayor. Casi ninguno tiene seguridad social,
pues no ha cotizado, y tampoco poseen planes de pensiones,
ya que no tienen ingresos propios con los que sufragarlos.
Aún así, existen valientes que se atreven a
afrontar esa aventura --que lo es-- y prefieren vivir más
de acuerdo con su libertad. Me descubro ante ellos. Son unos
fuera de serie.
Si los de la obra no son como los miembros de órdenes
y congregaciones religiosas, por qué se les aplica
el espíritu de ellos. Un amigo mío que impartió
clases en un colegio durante dieciseis años, que era
obra corporativa, fue echado de su puesto de trabajo. Recurrió
a la Magistratura de Trabajo. Durante la celebración
del juicio se descubrió que el colegio del opus no
le había pagado la Seguridad Social durante ese tiempo.
Ahora, ya mayor, casi no tiene pensión del Estado y
malvive como puede. Esta es la justicia social cristiana que
en algunos casos se practica en el seno de la única
prelatura personal que existe en la Iglesia Católica.
Los sacerdotes numerarios son una especie especial. Muchos
de ellos se han ordenado de jóvenes y no han ejercido
la profesión a la que aspiraban a santificar. Cuando
deciden irse y empezar de nuevo, sobre todo si se tienen más
de cuarenta años, lo que hacen es algo parecido a lo
que se siente cuando uno se lanza al vacío con un paracaídas
defectuoso. Se pueden dar la gran torta o también,
"suena la flauta", uno entre mil casos, y encuentran
algo.
Las numerarias y las numerarias auxiliares tienen también
mucho mérito. En opuslibros han salido casos de los
estudios de ciencias domésticas, que es un título
interno que fuera no vale para nada. Si lo presentan para
obtener algún puesto de trabajo les dirán que
tienen que presentar títulos que valgan. Por ello,
se encuentran cogidas por las garras del opus y es una dificultad
para irse.
Los que hemos sido agregados sabemos de las veces que hemos
debido poner buena cara ante la negativa a hacer un gasto
para solucionar un problema de primera necesidad en nuestro
domicilio familiar. Estábamos "en medio del mundo",
pero no vivíamos como "en medio del mundo".
Para lo que convenía éramos de una manera y
para lo que no convenía, de otra. No podíamos
ser mundanos y dejarnos llevar del "espíritu consumista"
actual. Eso decían nuestros directores
Me costó mucho tomar la decisión de irme de
la obra. Era romper el impulso de 34 años dentro. Afortunadamente
jamás tuve que depender del opus en mi trabajo profesional.
Por eso, me arriesgué. No tenía nada ahorrado.
Mis padres habían sido previsores y gracias a ellos
estoy donde estoy, recién jubilado con 59 años
y disfrutando de la vida.
Si en otros organismos de la Iglesia Católica a los
que no quiere parecerse el Opus Dei se entregan cantidades
a los que se van para que puedan salir adelante, ¿por
qué en esta prelatura no se hace lo mismo para bien?
Pienso que las fugas de "fieles" iban a ser masivas.
Por eso llego a una conclusión: el opus pide mucho
y no da nada. Algunos de los que se van incluso han cedido
su herencia familiar y ahora no tienen ni eso.
EL MISTERIO DE LA EMBARAZADA
"El misterio de la embarazada" no es el título
de una novela policiaca de Agatha Christie, ni de Simenon,
sino que corresponde a algo que pertenece a la práctica
habitual de esa institución fundada por una de las
personas que fue beatificada y canonizada en menos tiempo
en la historia de la Iglesia Católica.
El fundador del opus dei, el Santo Marqués de Peralta,
solía decir en las tertulias que él aborrecía
los misterios en su institución y, para salvar el escollo
del misterio que rodeaba a cualquier pitaje, lo comparaba
al de una mujer embarazada, que por fuera se nota, aunque
pasan unos meses en que solo lo sabe ella, su esposo o pareja
y su familia.
Cuando me hice del opus dei el 19 de marzo de 1965 inmediatamente
se me aconsejó que no se lo comunicara a mi familia
y, durante unos días, tampoco se me permitió
comunicárselo a otros del centro donde me encontraba,
en la calle General Oraa, 5 de Madrid. Se trata de un centro
hoy ya desaparecido. Todo tenía un misterio y se me
insistió que el opus no era una institución
-- entonces instituto secular-- secreto. Pude comprobarlo
que eso era cierto.
Mi padre, que era muy listo, se dio cuenta inmediatamente.
Antes de las veinticuatro horas me aconsejó que "deshiciera
lo que había hecho". Pues bien, fui a Martincho,
el entonces director de General Oráa, 5, y le dije
que quería romper la carta al fundador, debido a la
situación en mi familia. Lo que son las cosas, luego
estuve hasta el 28 de octubre de 1998, aunque la comunicación
de la baja definitiva no se produjo hasta el 21 de enero de
2000.
El entonces director del centro me aconsejó que negara
en mi familia mi incorporación al opus dei. Así
lo hice. Qué cosa más buena hubiera sido que
ya no continuara en la institución. Han sido muchos
años de felicidad, pero también otros muchos
de humillaciones y de malos ratos, en algunas ocasiones. Pensar
que yo creí que me incorporaba a una familia en la
que, según el Santo Marqués de Peralta, había
lazos más fuertes que los de la sangre... Puedo decir
que en mi caso concreto eso no ha sido cierto.
Pues bien, al llegar el verano, se me indicó que yo
debía acudir a un curso anual que se daba en el Colegio
Mayor La Estila de Santiago de Compostela. Debía ir
allí en el mes de julio de 1965. mi "embarazo"
ya era de tres meses. Mis padres no me dieron dinero para
que acudiera. Como no ganaba dinero, era un contratiempo.
Vaya si mis progenitores se daban cuenta de la situación.
Mientras tanto, mis directores en la obra no me autorizaban
a dar a conocer a mis padres que yo me había incorporado
a la obra. Los de la obra que desde Bilbao venían a
un pueblo de la provincia de Santander (hoy Cantabria) se
me presentaban en mi casa como "amigos". Mis padres
mostraban su extrañeza por ver a unos señores
que se decían mis "amigos" y que no conocían.
Incluso el sacerdote, don Jaime, se subía a los árboles
y vestía de paisano con una camisa blanca y un pantalón
de campo. Cuando regresé a Madrid, nuevo intento de
hacer una convivencia en una casa que entoinces se denominaba
internamente "kilómetro 12", por estar situada
en este lugar de la carretera de La Coruña. Tampoco
lo consiguieron los de la obra.
¿Qué hubiera costado hablar abiertamente? Ya
sé que se confirmaba lo del "misterio de la embarazada".
Pero si la obra no tenía misterios, por qué
los directores nos decían que los viviéramos.
Era una contradicción. La explicación era sencilla.
Igual que la embarazada tiene que cuidarse mucho al principio,
la vocación reciente también tenía que
ser cuidada al principio para evitar perderla.
Uno de los que me cuidaron en aquellos momentos, José
Ignacio, aún sigue en la obra y es director de un centro
de numerarios y otro de agregados. Pues bien, ahora puedo
decir que ha sido uno de los últimos causantes de que
yo escriba esta serie de artículos, al mirar al cielo
al encontrarse conmigo en una calle estrecha de Madrid y no
saludar.
Como ya no hay "embarazada" se ve que ya no hay
misterio y, por lo tanto, se actua como si no existieras.
Ahora se oculta de otra manera, ignorándote. Un buen
ejemplo.
NACHO FERNÁNDEZ
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