Hay un tema que me interesaría plantear, pues ha salido alguna vez en alguna charla personal, pero no he leído ideas o vivencias al respecto (iba a decir «experiencias», pero este es un término muy Opus Dei). Sencillamente: ¿cómo explicarles a los hijos los años que uno ha vivido en la Opus Dei (de manera particular, en el caso de agregad@s y numerari@s)? Pues en algún momento el tema saldrá. ¿O será mejor que no salga nunca?

Pues tengo en cuenta que los hijos y la familia que uno haya podido formar son el presente y el futuro, el corte con el pasado. Y lo que uno menos quiere es recordar ese pasado y menos aún que el presente se vea contagiado de alguna manera por ese traumático pasado.

Creo que unos de los peligros es exponerlos a la confusión, la misma que uno experimenta adulto, pero en el caso de ellos, siendo adolescentes, que es peor. Por ejemplo, que no entiendan cómo una institución así está dentro de la Iglesia, el hecho de haber estado x años en la Obra sin haberse ido antes, etc. Es decir, explicaciones fáciles no hay: el ovni y los marcianos lamentablemente no pueden ser el recurso adecuado para dar razón de lo sucedido. Cómo explicar el tunel del tiempo en el que se estuvo tantos años.

Me imagino que habrá de todo: quienes no han tenido ningún problema y quienes se han visto en la dificultad de congeniar dos realidades tan dispares: el hombre viejo y el hombre nuevo, al decir de San Pablo.

Muy interesante lo escrito hace poco por escriBa.

Saludos,
E.B.E.