Bienvenido a Opuslibros
Inicio - Buscar - Envíos - Temas - Enlaces - Tu cuenta - Libros silenciados - Documentos Internos

     Opuslibros
¡Gracias a Dios, nos fuimos
Ir a la web 'clásica'

· FAQ
· Quienes somos
· La trampa de la vocación
· Contacta con nosotros si...
· Si quieres ayudar económicamente...
· Política de cookies

     Ayuda a Opuslibros

Si quieres colaborar económicamente para el mantenimiento de Opuslibros, puedes hacerlo

desde aquí


     Cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información aquí

     Principal
· Home
· Archivo por fecha
· Buscar
· Enlaces Web
· Envíos (para publicar)
· Login/Logout
· Ver por Temas

     Login
Nickname

Password

Registrate aquí. De forma anónima puedes leerlo todo. Para enviar escritos o correos para publicar, debes registrarte con un apodo, con tus iniciales o con tu nombre.

     Webs amigas

Opus-Info

NOPUS DEI (USA)

ODAN (USA)

Blog de Ana Azanza

Blog de Maripaz

OpusLibre-Français

OpusFrei-Deutsch


 Correos: Camino de la bienaventuranza.- Demócrito

010. Testimonios
Democrito :

Hace algunos años, si el curso anual se localizaba en alguna casa de retiro cercana a una zona de alta montaña, los aficionados al climbing aprovechaban los días de excursión – uno a la semana – para ascender algún 3.000; como sabe casi todo el mundo eso requiere salir antes del alba de un albergue a cota conveniente. Así que se permitía que el grupo de tres o cuatro se marchara a media tarde del día anterior, cenase en ruta, durmiese en albergue, hiciera la caminata o escalada y estuviera de vuelta para cenar. Más tarde esta corruptela se cortó de raíz. La jornada de excursión empieza después del desayuno del día asignado. Vaya a ser.

Así que Andrés Paz y yo aprovechamos nuestro día de excursión en una convivencia en la sierra para darnos una vuelta por los alrededores y hacer picnic junto a una riachuelo cercano, con los bocadillos que nos habían preparado. En un momento determinado, sin que pueda recordar como entramos en esa conversación, Andrés declaró algo así como "Pues yo en esta vida me lo estoy pasando pipa; por descontado que espero de Dios la bienaventuranza eterna pero aunque así no fuera, en conjunto diría que no iba a poder quejarme".

Para los que no conozcáis a Andrés se trata de un sacerdote numerario humano, listo y trabajador. Y encima simpático. Si en la Obra la dirección espiritual fuese de libre elección, con seguridad Andrés iba a mantener un permanente overbooking. Como además es bueno imagino que algo le debía sugerir que yo no lo estaba pasando precisamente bien y supongo que intentaba animarme. Y, cosa singular, creo que era por su propia iniciativa. Porqué como bien sabéis, ese tipo de conversaciones están prohibidas.

La cita no es textual pero el mensaje si; y, por otra parte, resultaba teológicamente irreprochable. Para los bienaventurados la vida presente es en cierta forma un prolegómeno de la eterna bienaventuranza futura del cielo; no incompatible con (sino todo lo contrario, firmemente enraizada en) las penas, dolores y trabajos que conlleva el tránsito por este valle de lágrimas.

Confirmó mis temores.

Por aquel tiempo cuando algo me contrariaba, cuando me daban, cada vez con mayor frecuencia, una solución opuesta a mi consejo en verdaderas minucias y debía aguantar a un director arrogante, distante y pijo, había desarrollado el hábito de atribuirlo a mi necesaria participación en el sufrimiento de Cristo en su Pasión que me encaminaba progresivamente a la salvación eterna que Su Redención nos lucró. Como un peaje, ahora me avergüenza esa comparación.

Desde luego mi estado interior no se traslucía externamente - salvo en los desencuentros privados con mi director, a los que no quiero referirme ahora - pero la lectura del testimonio de Carmen Charo me ha recordado que en cierta ocasión no pude continuar mi charla con un sacerdote en un curso de retiro a causa de una incontenible emoción entonces inexplicable y que ahora reconozco como causada por la tensión interior; don Luis se quedó callado y estuve en silencio como unos diez minutos interminables.

Con el tiempo la cosa fue pasando a un verdadero tormento que, desde luego, no llevaba trazas de constituirse en prologo de ninguna cosa buena.

Entonces pensé que si luego no existiera la bienaventuranza eterna, realmente habría hecho con mi vida - única e irrepetible - un mal negocio. ¿Yo qué hacia allí? Había roto mis vínculos familiares, había quemado mis relaciones sociales, había renunciado - en nombre de una vocación de cristiano corriente, tela - a cualquier pensamiento, afecto o cosa que pudiera considerar propia. ¿A que aguantar, encima, ese in crescendo incomprensible de desconsideraciones, contradicciones e impertinencias que me estaban amargando la existencia?

De repente me di cuenta que, en calidad de prolegómeno, mi vida estaba incoando un camino hacia una tristeza y una amargura irreductibles. No resultaba ya reconocible ningún indicio de la bienaventuranza futura.

Y, una vez fuera, he vuelto a sentir la sonrisa de Dios.

Gracias, Andrés. Cuánta razón tenías.




Publicado el Monday, 18 December 2006



 
     Enlaces Relacionados
· Más Acerca de 010. Testimonios


Noticia más leída sobre 010. Testimonios:
Diecinueve años de mi vida caminando en una mentira: OPUS DEI.- Ana Azanza


     Opciones

 Versión imprimible  Versión imprimible

 Respuestas y referencias a este artículo






Web site powered by PHP-Nuke

All logos and trademarks in this site are property of their respective owner. The comments are property of their posters, all the rest by me

Web site engine code is Copyright © 2003 by PHP-Nuke. All Rights Reserved. PHP-Nuke is Free Software released under the GNU/GPL license.
Página Generada en: 0.118 Segundos