Una vez que conocí la existencia de esta página y estuve varias horas leyendo tantos escritos, me conecto muy de vez en cuando, y me sorprende que se sigan  publicando escritos y que sean hasta cierto punto novedosos. ¿por qué, si el tema no daría más de sí objetivamente?

Pienso que es por el impacto tremendo y las secuelas que deja en la vida de cada uno de los que hemos pertenecido al Opus. Incluso gente que apenas está un año escribe contando su experiencia negativa y la liberación que supuso salir. Y ¿por qué ese imapcto?

A mi modo de ver es por un motivo: es dificilmente soportable ver las contradiciones entre la doctrina y la prática, y no puedes estar toda la vida alejando de tu mente tantas contradi-cciones: así, cuando decides saltar al vacío (es asi casi siempre) inmediatamente después de sentirte liberado de tanto corsé inútil, sientes las ganas de proclamar a los cuatro vientos las mentiras que allí se viven.

A una ilusión verdadera, entrar a formar parte de una institución en la que vas a desarrollar una vida fecunda, le sigue desde muy pronto el chasco de ver que la mentira es un arma legal, que el amor al 4º mandamiento es compatible con hacer sufrir inutilmente a tus padres (es increible que obliguen a niños de 15 años a mentir sobre su entrada en el Opus, a inventarte tareas para no ir a verlos), que se instrumentaliza la amistad, que al lujo le llaman vivir dignamente, que la confidencia es una burda maipulación que además convierten en un correveidile, y tantas otras cosas que se ponen de manifiesto en esta página web. Y este desencanto hay que contarlo: eso es todo.

Manu