Hola : Mi nombre es Martina y soy argentina. Fui numeraria casi siete años , y salí porque decidieron que tenía un carácter reservado y, según me dijeron, se me iba a hacer muy difícil vivir en un centro al llegar a los cuarenta. Me acompañaron a mi casa y les dijeron a mis padres que tenían una buena hija. Por supuesto, mi mamá no entendía por qué si era buena, me habían devuelto como si fuera un paquete defectuoso.

En cuanto al trato recibido durante mi pertenencia, fue más el de ciudadana de segunda que el de una famila amorosa y que vela por sus integrantes.

Durante un tiempo seguí relacionándome con ellos y hasta pedí ser cooperadora.  En este momento y desde varios años atrás, no sólo no mantengo ningún trato sino que ni lo quiero tener.

Lo que más me molesta del O.D. es la manipulación que hacen de las jóvenes con sus conciencias y el tema de la vocación. Y peor, cuando el que presiona es un sacerdote que saca partido de la confesión y del poder que le da su investidura. ¿Cómo se puede sentir una jovencita cuando un sacerdote una y otra vez saca el tema de la vocación dada por ¿Dios? y de la necesidad de corresponderle? Al menos yo, aunque no estaba segura de haber visto nada, confié en el sacerdote y mi "amiga" porque no se me pasaba por la cabeza que un sacerdote mintiera y además no quería ser egoísta con Dios. Sólo por permanecer fiel a Dios , aguanté el trato de ciudadana de segunda que me dieron durante mi permanencia en el O.D.

Gracias a esta página pude sacarme muchas dudas y llevar paz a mi espíritu, porque me vi reflejada en muchos testimonios y porque comprendí el porqué de tantas actitudes que, en su momento, me parecieron caprichos de directoras.

Quisiera, por favor, si alguien me puede constestar si para dejar de ser cooperadora hay que hacer un trámite formal o con sólo dejar de aportar, ya te dan de baja . En verdad. no quiero ni  siquiera figurar como un número en sus estadísticas.

Muchas gracias, Martina