Leí con gusto y con grandes carcajadas (algo similar ha ocurrido con otros muchos, según se ha podido constatar en Ex_od) la anécdota de Satur sobre la tuna (I) y (II). Mientras la leía pensaba en algunos "retoques" personales que puede haber añadido el autor, sin que esos "retoques" signifiquen que está mintiendo o exagerando. Cualquier estudioso de la escritura y la literatura sabe que no se puede "reproducir" la realidad a través de la palabra escrita. Por eso, Satur cuenta su divertidísima anécdota y cada uno la "descodifica" como quiera, sabiendo que la anécdota es "verdad", pero que no es "la verdad". La "anécdota" es una ficción porque todo lo escrito es ficción, incluido este escrito.

Lo mismo pasa con el libro de Ana Azanza. He leído con interés su capítulo, incluso con gran dosis de emoción porque habla de personas a las que conozco. Lógicamente no tanto como ella.

Ahora bien, estimada Ana, me parece que tu interpretación de la anécdota y las necesidades sexuales de los ex numerarios o de la posible represión son una exageración. Personalmente, e insisto: personalmente, no tuve esa represión de la que hablas. Y después de haber abandonado la Obra mi comportamiento sexual ha sido bastante coherente con lo que pienso. Pero eso ha sido una decisión mía, igual que vivir la castidad fue una decisión mía motivada por mi amor a Dios. A mí me enseñaron que había que vivir la castidad porque nuestro amor era para Dios. Es decir, es una afirmación positiva, no negativa. Y me parece algo positivo. No me dijero nunca que el sexo dentro del matrimonio fuera algo sucio. Sí puede ser exagerado decir que siempre debe estar unido a la procreación, porque si mantienes relaciones sexuales en los días no-fértiles no hay posibilidad de procreación. Pero esto es salirse a un terreno que no domino. Que hay numerarios que hayan tenido problemas de afectividad es obvio. Que hay numerarias que han tenido problemas de afectividad es obvio. Que hay casados en Kuala Lumpur que tienen problemas de afectividad es obvio. Que hay gentes (ex numerarios, ex numerarias, gentes del mundanal mundo, gentes de órdenes religiosas) que no tienen problemas de afectividad es obvio.

Ana, por favor, no generalices. Ni todos los varones somos maltratadores ni todas las mujeres son unas fulanas. Es más, hay más gente buena y sin problemas que gente mala y con problemas. Aunque leyendo a Dostoyevki pueda parecer lo contrario.

Supo