Creo, que en la Obra hay de todo....para todos/as. Esta en cada uno llevarnos lo mejor... y como dice coca-cola..."la vida es como te la tomas"!!!!

Gancia

Bueno yo soy un poco mas como dice Sprite: “Las cosas como son”, J.

Por ejemplo, yo tengo memoria de haber sufrido mi paso por consejos locales desde los primeros días en que estuve en uno. Termine fundido y me retiraron de éstos cuatro años después y llegue a estar en varios consejos locales a la vez. Viví en un centro con agregados y me toco estar en los dos cl del centro.

Al principio lo que me entristecía era la aparente falta de virtud de todos los de mi centro según la visión que tenia el director de turno y la poca asistencia que teníamos en los medios de formación. Yo tenía la impresión de estar en el peor centro posible y además me tocaba llevar el peso en mi conciencia de ser poco apostólico. Por lo tanto, un mal ejemplo para los demás y responsable como miembro del cl de los malos “resultados” del centro en cuestión...

Un año después hubo un cambio del director y durante un año y medio y pude vivir una vida mas pacífica debido a la forma de ser de los directores que me tocaron en ese periodo, a pesar de todo no todo era fácil, uno de los directores de esa temporada salio de la dirección del centro porque se fue de la Opus -el mismo dia que dejo de ser director y éste habia pasado por el colegio romano- y no se imaginan el trauma que deja eso.

Luego me toco en el centro con agregados y el director era de esos que según un dicho de Satur tiene mas luces un barco contrabandista, ahí mis problemas eran varios: uno era que el estilo de gobierno del dire era bastante autoritario y poco colegial, además de que el pobre tenia un poco el complejo de ser de baja extracción social –fue un agregado promocionado a numerario por ser bastante comprometido con la O y además por tener una buena prospectiva profesional en el momento del cambio- y ese complejo fue un poco difícil de manejar al principio.

Lo que si le reconozco a ese director es su muy buena voluntad de sacar la labor adelante, es de esos que dejo el trabajo profesional en el momento en que se lo propusieron y ahora es “eterno director de su centro”. Se que al respecto hay muchos críticos que piensan que la vida del numerario con encargos internos es muy cómoda, pero para mi eso no le compensa a nadie el hecho de no tener una historia laboral normal y la verdad no todo es pasarla bien en esos encargos, menos cuando es en un centro con pocas posibilidades económicas y sociales. La vida personal y social de ese director, como la de muchos numerarios, esta totalmente inmersa en el ambiente Opus y eso tiene muchas limitaciones; como la de solo escuchar problemas ajenos y nunca tener un momento para uno mismo: la verdad yo también compadecía al pobre cuando estaba cansado de atender muchas personas, todas con problemas, toda la tarde y a veces no tenia ni los fines de semana para relajarse. Este era (es) de esos “directores madre”, yo lo aprecio mucho.

El otro problema era la sensación permanente de estar en crisis en ese centro, como la formación de la Opus es muy coactiva, muchas personas honradamente se toman todas las indicaciones muy en serio y como en este centro tampoco andábamos muy bien de estadísticas las reuniones del cl siempre eran muy serias y preocupantes.

Otro problema (un tercero) era el de que los agregados tienen muchos problemas personales que no tienen los numerarios y que pasan por ser incomprendidos en sus familias, soledad afectiva y hasta discriminación social por parte de algunos numerarios, yo admiro la buena voluntad y la paciencia de ellos y me parece que son a veces mas victimas de la institución que los numerarios. Tal vez la única ventaja que tienen es la de tener su propio espacio en el caso que no vivan con sus familias y la de tener pocas cuentas que dar al momento de su partida ya que no tienen que “escapar” del centro.

Yo he conocido otras personas y otros directores que se tomaban poco en serio todo lo referente al cuidado puntilloso de los detalles en la labor y vivían más descansados, pero esto es más tolerado por los de la comisión que recomendado, generalmente estos son personas de más capacidad intelectual. Para poner un ejemplo de esto ultimo, yo conocí a un director que se repartía los días de atención a un curso de retiro con el secretario para que no afectara su agenda social –todo un lujo- pero obviamente si yo ya no hubiera sido un numerario muy cansado en el momento de conocer ese caso yo mismo le hubiera hecho una corrección fraterna de esas agrias.

Luego de eso, vino el año de la canonización, congreso general y revolcón en los cargos de gobierno, en mi región esto fue mas o menos así: cambios en la comisión, uno nuevo todos los demás igual; cambios en los centros, un poco mas visibles. En mi caso yo fui liberado de mis cargos –cesado- en los dos consejos locales para gran alivio mío, lo que no sabia en ese momento era el tipo de directores que me iban a tocar, pero ese es tema de otra historia.

Lo bueno de ese ultimo cambio fue que debido a un error no calculado por los directores de la comisión termine en un centro con directores bastante incompatibles con mi forma de ver la vida después de haber padecido durante cuatro años y medio la vida de los consejos locales y eso me ayudo a tomar la decisión de dejar la Obra. Les confieso que la primera vez que me decidí dejar la Opus no dormí en cuatro días, dormía solo un par de horas, por las incertidumbres que uno tiene como secuela del “lavado de cerebro” respecto al tema de la vocación.

Yo pienso sinceramente que en la Obra si hay personas buenas que actúan lo mejor que pueden de acuerdo a la manipulación de la conciencia y al control de la información del que son victimas. Tal vez mas arriba hay algunos que saben que la “dirección espiritual” que ofrece la prelatura es perjudicial y viola el mismo derecho canónico de la Iglesia. Pero como en toda institución de corte sectario hay creyentes sinceros que no piensan estar haciendo ningún daño. Para todos ellos todos mis respetos.

Y eso si, a los que piensan en salirse de la Obra, ¡mucho animo!: que no se pierde la paz interior y aunque uno pase por dificultades nada se hunde al dejar esa institución.

Saludos,

Austrus