No hay que ver muchas películas para imaginar que muchas personas, con diversos fines saben de nosotros, o pueden saber  más de lo que nos gustaría.

1.   Por ejemplo, los servicios secretos investigan por distintos intereses  a ciertas personas,hasta llegar a saber todo de ellas, a que hora comen, que hacen al salir  a la calle, con quien van,con quien hablan, con quien vuelven..., intentan conocer sus conciencias, quizás, aunque lo tienen más difícil, pues voluntariamnete, ellos no se la abren:

             -Oye Paco, que soy del CNI, ¿como vives y que piensas de la anticoncepción?

           - ¿Y a ti que te importa? Preguntáselo a tu...

2.  Otro nivel; supongamos que en la empresa, de plantilla grande, ha quedado un puesto directivo vacante, el consejo directivo se reune para estudiar la idoneidad de diversos candidatos; como son muchos, tienen que echar mano de una serie de informes y testimonios para determinar a quien le dan el ascenso. Finalmente optan por Juan, que ha demostrado una capacidad organizativa muy buena, es muy leal con la empresa y aunque tiene un genio muy vivo, suele ser justo en sus apreciaciones. Además, no tiene excesivas cargas familiares que le impidan una dedicación, ciertamente exclusiva, para asumir las tareas que el cargo exige. Y al final, Juan es ascendido.

3.  Otro plano.  El profesor  tiene que elaborar informes personales de los alumnos que tiene a su cargo; en ellos figura el expediente académico del alumno, aspectos aptitudinales del mismo, conducta, nivel de maduración, relación con compañeros y profesores, seguridad en si mismo, aspectos varios que afectan directamente al rendimiento escolar del chico. Esos informes están  a disposición de futuros profesores del alumno del propio centro y de otro hipotético en caso de que haya un traslado. Con ellos se intenta conocer al chico lo mejor posible para ayudarle de la manera más adecuada en su vida académica.

4.  Informes en la Obra.  Yo imaginaba, estando allí, que las directoras sabían de mi, que conocían lo que hablaba en las charlas, lo que no podía imaginar es que quedara constancia de ello por escrito, y no me hace gracia suponer  que puedan seguir archivados en algún fichero empolvado de algún cajón de algún armario de algún despacho de alguna delegación del mundo. Menos me divierte aún, pensar que puedan tener informes posteriores a mi estancia con ellas, cuando me fui seguí en contacto varios años, con altos y bajos, con mayor o menor intensidad. Tampoco me emociona la idea de que la dirección espiritual con sacerdotes esté archivada igualmente, o lo haya estado alguna vez.  En este caso se juega con la buena fe de las personas, con sus buenas disposiciones, con su amor a Dios y con sus deseos de mejorar. ¿Es qué anotando y archivando las charlas van a lograr  que se haga la genuflexión más pausada y con mayor detenimiento, o que   pongamos mas concentración en el rezo, o que llevemos más amigas a la medi? No lo creo. Entonces, ¿Qué?  Cuidado, pues..., todo lo que digas podrá ser usado en tu contra y además, no tienes derecho a permanecer en silencio.

Pienso que en este mundo nuestro se juega mucho con la intimidad de los demás, se abusa del conocimiento que de otros pueda tenerse, a veces con fines poco limpios (no me refiero al 28), se  habla gratuitamente de otros haciendo daño sin necesidad, se banaliza y trivializa la vida de personas ajenas, se atenta contra el honor y la integridad moral del ser humano hablando sin conocimiento y sin venir a cuento. ¿deplorable? Pues si. Creo que en mayor o menor grado todos hemos caído en ello alguna vez, casi siempre sin mala fe.  A veces nos falta contar hasta diez antes de actuar, de hacer o de decir. No medimos las consecuencias. Ahora bien, que este tema esté institucionalizado y se haga por el bien del susodicho protagonista de cada informe para que sea más santo, no. Eso ya es pasarse.

Opacan