Canoas, Canoas,...

No serás ni del opus ni militar... pero lo parece.

Para contar en tu pellejo tantas primaveras (te dices viejo), no veo que la sabiduría y el sentido común que acompañan a la vejez hayan aflorado en tu intelecto.

Defender la madurez infantil para decidir a los 14 años qué hacer con la vida sobre la tierra, es algo que no esperaba de una abuelete.

Pero el rollete subsiguiente de que el que se alista a soldado no sabe si acabará sus días en la taberna de oficiales o en una cárcel de Bin Laden... ahí te has pasado abuelo.

Resulta que hay una sutil diferencia entre la ignorancia que todo hombre tiene sobre lo que le depara el futuro, y la ignorancia que sufre un infante de 14 añitos sobre lo que será su vida opusina. Y te voy a explicar la "pequeña" diferencia, a ti abuelo que me aventajas en muchos años.

La diferencia está en que a los niños de 14 años que se meten al opus (yo fui uno de ellos) no les cuentan ni la mitad de la película, cuyo argumento sí que conocen perfectamente los directores de la opus. La diferencia está en que el soldado no sabe cómo será de su vida porque nadie lo sabe, pero el numerarito no la sabe porque se la OCULTAN. La diferencia está en que al niño de 14 años se le ocultan muchas cosas (se le engaña miserablemente) porque de otro modo no entraría en el opus.

Como eres tan viejete seguro que desconocerás las entrañas de los Pokemon, y sin embargo conocerás muy bien el cuento de Pinocho. Resulta que en un momento dado al pobre e ingenuo Pinocho se le pegan unas malas compañías que le convencen para ir a una isla donde los niños no van al cole, juegan todo el día y se jartan de golosinas (lo que hoy llamaríamos chuches), siendo el resultado bastante penoso pues acaban convirtiéndose en burros.

Pues esta es la historia de los pitajes de niños. Les cuentan mil historias de lo bonito que es salvar el mundo, de ser específicamente llamados por Dios para el opus, de la maravilla de la vida "de familia", de lo feas que se ponen las mujeres al envejecer (es textual) y de todo lo que no tendrás que aguantarlas (textual también). Así, los niños de 14 años se embarcan ENGAÑADOS en una aventura espiritual que acabará convirtiéndolos en unos burros misóginos, falsos amigos, manipuladores de conciencias, mentirosos compulsivos, justificadores de cualquier medio para sus santos fines...

Espero abuelo que ya hayas comprendido la diferencia. Yo no solo la he comprendido: también la he practicado.

- Cuando pité a los 14 años me embarqué en un viaje muy determinado y controlado, en el cual yo no era capitán ni timonel sino más bien grumete de segunda: y no te hablo de un barco normal, sino de MI BARCO. Mi vida era conducida por otros sin que yo pudiese hacer nada por controlarla. Eso duró algo más de 15 años.

- Sin embargo desde que me casé hace ya casi 13 años he llevado yo el timón de mi barco, y aunque el día que me casé no podía ni imaginar lo que me esperaba al cabo de 13 años, sí que tenía claro que el futuro dependía de mi, y todo lo bueno y lo malo que me ha venido no estaba OCULTADO VOLUNTARIAMENTE el día de mi boda.

Deben ser tan sutiles las diferencias que tal vez no sepas apreciarlas.

O que no quieras. O que no seas tan viejo. O que seas del opus.

O que no te enteras.

Flanpan