Enrique J Campero :
Encontré su pagina porque busque la frase Nunc Coepi, porque estoy entrando en una nueva etapa de mi vida y ciertamente me vino a la mente esta jaculatoria, nunca hablo de esto pero siento la necesidad de escribir estas líneas, espero estén disponibles para sus lectores.
Luego de leer su pagina, siento mucha pena por lo que han pasado, pero en honor a la verdad, lo que ustedes dicen no es del todo cierto, entiendo el sufrimiento que debieron haber sentido por dejar este sueño atrás, y ver que no era el suyo, pero sus conclusiones no son del todo justas.
Pienso que uno en el proceso de descubrir que la elección tomada no fue su vocación busca razones para no sentirse mal, y proyecta la culpa a otros, pero todos los que entramos a casa lo hicimos por nuestra voluntad, en uso de nuestra inteligencia y salimos por lo mismo.
Yo estuve en casa, y no salí de ella sin pasar por alguna de las penas que ustedes mencionan, dudas, preguntas, ganas de no saber mas de nadie, desilusión, en fin. Pero me di cuenta que eran mis decisiones siempre, entregarme o no a Dios en el Opus o fuera de él.
El hecho es que ahora vuelvo de vez en cuando a las casas para reencontrarme con amigos de verdad que se quedaron, y otros que se fueron, y si bien ya no seguiré el camino de la vocación de numerario, mi vocación cristiana tendrá mucho que ver con la forma y de obrar que me sugirieron en la Obra, en mi vida laboral, y privada.
Es cierto, según mi experiencia que mis amigos de casa, sacerdotes, numerarios, se preguntaban por qué me iba, y de hecho intentaron convencerme de ser más paciente y quedarme, pero Dios obra y te ayuda a ver tu vocación.
Eso no hace mala la vocación cristiana dentro del Opus, sólo confirma que tome la decisión equivocada, por apresurado o por inmaduro pero ¿Por qué transferir mi responsabilidad a otros, si sólo yo soy responsable de mis actos y decisiones? No es justo achacar al Opus todos los males de nuestras decisiones, o acaso cada vez que acabamos una relación con una pareja le reclamamos el tiempo perdido y los sueños que no se dieron, ¿no fuimos nosotros los que escogimos?, y si cuando se decide por una carrera y vemos que en nuestra vida laboral nos hubiera gustado algo un tanto diferente, y reempezamos, vamos al director de la escuela/ facultad y le reclamamos por no habernos advertido que podíamos no saber que escogíamos.
Amigos, yo también me sentí perdido al principio, pero en honor a la verdad encontré en estos miembros de casa, verdadera amistad y tolerancia, porque de mi parte también yo intente ser leal y tolerante con ellos, independiente de mis decisiones, y en el Opus encontré un camino valido para quien tiene esa vocación, difícil de entender y de explicar, pero de ninguna manera malévolo o malintencionado.
Les pido volteen la pagina y saquen lo mejor de la experiencia, que sean tolerantes con la desesperación de quienes les ven partir y obran desmedidamente; no lo hacen por esclavizarlos lo hacen porque creen que es lo mejor para ustedes, pero al final es tu decisión frente a Dios la que cuenta.
Piénsenselo un poco, pidiendo luz para tomar la mejor decisión, se acordarán ustedes del Domina ut videam no?, bien, que nos ayude la Señora a ver, y que ayude a todos aquellos que estén buscando un camino para servir a Dios, que hacen mucha falta en el mundo.
Enrique J. Campero
Lima- Perú
Publicado el Wednesday, 18 January 2006
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