Hola a todos: excombatientes, curiosos, amigos y en especial a mis queridos combatientes.

Soy una persona que "da mucha pena" y que lleva desde los 21 años tomando "pastillas para perseverar". Hace dos meses decidí escribir la famosa "carta" porque decidí que prefería "ser un desgraciado" que "ser un elegido". Ahora tengo algunas dudas en las que quizá me podáis ayudar:

1. ¿Cuántos meses me van a hacer esperar hasta que llegue la respuesta de Roma?

2. Tengo la fidelidad pero soy joven todavía: ¿Es probable que la consigna desde Roma sea que "insistan" más conmigo? (Suponiendo que los últimos dos años no han sido suficientes).

3. Pregunta para nota: Yo no quise firmar el testamento estándar y redacte el mío propio, pero al final nunca se llevó al notario porque habían algunos detalles que había que cambiar. Total que se dejó enfriar la cosa y nunca llegué a tener el testamento hecho. ¿Es una condición necesaria (el testamento) para hacer la fidelidad o sólo es recomendable? En plata ¿es válida la fidelidad?

4. Gracias a Dios en estos dos meses he podido colaborar en iniciativas apostólicas con chicos y chicas católicos y algunas con notable éxito. Algun director/a se ha asomado por ellas o se ha interesado (preguntando a mi madre, por ejemplo) para ver qué hacemos. ¿Es normal? ¿Creeis que debo tomar algún tipo de precaución? ¿Puedo llevar mi actividad apostólica con total normalidad?

Personalmente os animo a no dejar de amar a Cristo y de servir a los demás de manera desinteresada. La amistad es algo precioso y muchos de nosotros tenemos una experiencia privilegiada para entenderla: ya hemos experimentado qué actitudes no conducen a la verdadera amistad. Cultivando amistades verdaderas que conduzcan a la confidencia recíproca es como se puede descubrir el rostro de Cristo en las personas. Apostolado de amistad y confidencia pero de verdad.

Gracias por adelantado,

Spiderman