Hola

 

Quiero contestar al e-mail que envió nuestro amigo Guadalterio, aunque ya lo hizo Oreja de guardia. Me parecen acusaciones muy fuertes e infundadas las que vertió en su correo. Sólo voy a dar la réplica a la parte que me toca.

 

Primero: Yo no descubrí REALMENTE lo que era el Opus Dei hasta que rompí con él (y él conmigo) y pude ver las cosas desde otra perspectiva. En ningún momento fueron completamente sinceros conmigo, me iba enterando de las cosas con cuenta-gotas y con medias verdades. Con lo cual, es muy difícil saber a qué se está uno comprometiendo exactamente si no le dan toda la información necesaria. A pesar de ello, yo fui plenamente consecuente con mis actos. De hecho, quien me conoce sabe que soy una persona tremendamente responsable, y la responsabilidad entraña aceptar y afrontar las consecuencias de actos, decisiones, palabras, ... Especialmente en el tema de la vocación, en el que yo sé (y seguro que todos los demás, pero como hablo por mí lo digo en primera persona para no incluir a nadie que no deba estar incluido) que estoy comprometiendo mi vida, no unos días o unos años, sino mi vida. No sé tú, pero yo pienso muy mucho a qué me comprometo, sobre todo si es en un proyecto tan a largo plazo. Yo no me ando con chiquitas cuando tomo decisiones de este calibre.

 

Segundo: En la sociedad hay homosexuales, por lo que éstos pueden estar en distintos grupos poblacionales. Por algo que he leído recientemente, creo que el 2% de la población es homosexual. Si en la Obra hay 80.000 miembros, quiere decir que hay 1600 que son homosexuales. Yo eso lo considero una cifra significativa, no sé tú. Hablemos sólo de esos 1600: ¿acaso crees que son unos pervertidos sexuales que se acuestan con otros de su misma condición sexual? Los habrá que sí, pero no creo que sean mayoría porque es un motivo de expulsión. Supongamos que a estos que si se han acostado con otros los expulsan, ¿cuántos nos quedan? ¿Mil, por ejemplo? Son mil homosexuales que no fornican (perdón por la dureza de mis palabras), mil homosexuales dentro de la Obra, que cumplen sus preceptos, que se mortifican (y seguro que mucho más que otros que no son homosexuales), que han cogido su cruz, se niegan a sí mismos (se niegan sus sentimientos, sus pasiones, sus deseos, sus gustos)y siguen a Jesús. Porque, sí, amigo mío, Jesús también llama a los homosexuales. Y para que veas que no me lo invento: ¿qué crees que he estado haciendo yo durante nada menos que 14 años? Sí, soy homosexual, y aún estoy aceptándome, pero yo nunca me he acostado con nadie (ni de mi mismo sexo ni de distinto sexo), nunca he dado un beso a nadie en ningún otro sitio que la mejilla, nunca he acariciado a nadie (por eso de los apegamientos y demás). Yo ví que me gustaban las chicas, y me negué a mi misma, cogí mi cruz y seguí a Jesús por un camino que pensaba que era el mío. Si yo rompí con la Obra no fue porque quisiera dedicarme a las pasiones del cuerpo (si hubiera sido por eso, ya hubiera perdido la virginidad en algún momento durante los más de 3 años que llevo fuera y, sin embargo, no he conocido los placeres sexuales). Si yo rompí con la Obra fue porque acudí a "ella" en busca de ayuda para curarme de lo que entonces pensaba que era como una enfermedad, y porque en la Obra me pidieron sinceridad salvaje en la dirección espiritual (esto te tiene que sonar), y lo que recibí por respuesta fue un trato humillante y me dieron la espalda.

 

Ahora, si quieres darme la contra-réplica, leeré lo que tengas que decirme.

Luth