Querida Marypt

Leo tu referencia a mi escrito en el que contaba –aún no sé por qué- mi experiencia en el Opus Dei y, aparte de agradecerte tus palabras, no acierto a comprender la importancia que en él ves.

Es sólo la corta vivencia dentro de la Obra de un chaval. Corta en tiempo y en... todo tipo de cosas a tenor de lo que otros escritos relatan. Hay agregados que escriben en esta web con muchísimos años en la Obra que podrían contar y lo hacen con mucho más rigor y conocimiento de causa que yo. De verdad Marypt que aunque desease contar algo, que creo que no, me sería difícil hacerlo.

Y te explico por qué.

Yo no salí del Opus Dei traumatizado, ni de lejos, pero desde luego quería sobre todo olvidarlo. Olvidar esa fase de mi vida, como si no hubiese existido. Y lo hice, ahora veo que inconscientemente. Mi mente nunca NUNCA recordaba a propósito nada de aquellos años. Fué como si una nube hubiese caído sobre éllos. Por supuesto nunca los olvidé y ante circunstancias, hechos concretos, los recordaba con claridad pero de propio intento no. Por ejemplo si en una conversación surgía el Opus Dei mi reacción era cambiar el tema y si no lo conseguía, marcharme a la menor ocasión. Ante comentarios directos sobre aspectos de la Obra, antiguos “hermanos”, etc. Mi respuesta siempre eran monosílabos. En definitiva, mi vida dentro quedó como entre paréntesis y aún hoy me es muy difícil recordar muchos aspectos y vivencias que seguro que han tenido lugar. Los recuerdos vienen por así decirlo, de golpe y cuando menos lo espero. En realidad en veinticinco años que llevo fuera sólo he accedido a hablar del Opus Dei para defenderlo. Sí, porque para mí la Obra fué y sigue siendo la Obra de Dios y por más testimonios que leo en la web y de los que por supuesto no dudo en absoluto, por más comportamientos personales o institucionales nefastos, por más que me indigne una experiencia personal, el sufrimiento de tantas personas... es inútil, dentro de mí sigo, no sé si es la palabra, sigo queriendo al Opus Dei. Una muy buena amiga que conocí en el chat Exod me lo dijo una vez y me dejó confuso: “Tu querido Opus Dei” y...tiene razón. Con este sentimiento en mí no es extraño que eso, que les haya defendido cuando he considerado que eran calumniados y ahora creo que hubiese hecho mejor en callarme porque lo que yo consideré calumnias quizá no lo fueran.

Debo decir que el borrón en mi vida que mis tres años dentro suponían para mí ha sido totalmente limpiado desde que conocí la web y a través de élla contacté directamente con otros ex en el chat. He visto lo que tantos dicen, que no soy un caso raro, que mucha gente se marcha y que es perfectamente asumible. Para mí los cuatro meses que han pasado desde que sin querer aterricé en Opuslibros han sido una auténtica medicina.

Me dices que cuente algo más y ya te lo he dicho, casi no consigo recordar nada. Haces mención al hecho del interés que supone el que mi centro fuese dirigido por agregados. Esto Marypt era nominal solamente. Ya lo he mencionado creo, los verdaderos “jefes” eran los numerarios que para mí, para los agregaditos jóvenes, eran casi seres de otra galaxia. Y debo decir que casi todos eran personas agradables y en concreto con uno de éllos, el verdadero director del club, establecí una relación de confianza que sólo era comparable a la que tenía con el agregado que me hizo pitar. Hace unos pocos días, en un arranque de curiosidad, me acerqué al club y lo vi –desde fuera naturalmente- como muy abandonado, los balcones sucios, las ventanas sin pintar...y solamente la planta baja tenía aspecto de ser utilizada y muy buen aspecto por cierto. Ha pasado mucho tiempo desde que me fui y yo no había vuelto nunca, quizá ya no es tan grande como entonces y haya locales que no se utilicen, no lo sé. Pero me causó pena porque, a ver, al ser un centro de agregados jóvenes, la mayor parte estudiábamos Formación Profesional es decir, aprendíamos un oficio. Entonces las labores de mantenimiento básicamente las hacíamos nosotros. Un cristal roto, un mueble que se estropea, algo que pintar... todo lo hacíamos los chavales. Yo me encargaba del mantenimiento eléctrico con un éxito diverso, todo hay que decirlo. Recuerdo que cierta vez se compró una lámpara más o menos cara y se me dijo que la colgase, cosa que hice y aguantó justo el tiempo que tardé en soltarla y se vino abajo estrellándose contra el suelo. Siniestro total y cristales casi hasta el oratorio. Yo avergonzadísimo. Ni una voz más alta que la otra hubo. Se compró otra igual y de nuevo se me dijo que la pusiese yo, cosa que hice y puedo asegurar que si no se ha hundido el techo aún seguirá ahí. También era el encargado de mecanografiar todo lo que hacía falta, todo lo que consideraban que yo podía enterarme naturalmente. Y he de decir que invertí un montón de horas ante la máquina de escribir pero nunca sentí que se aprovechasen de mí. Me traían tabaco, refrescos, algún bocadillo, me hacían compañía... en fin, tonterías pero que yo sentía que me querían.

Sí hay algo que me ha chocado al leer testimonios en la web, al hablar con gente en el chat es el tema de la amistad. Todos parecen coincidir en que se la instrumentaliza y se convierte en una herramienta al servicio del apostolado. Mi experiencia no es así y recuerdo textualmente que el director del centro –el director agregado- me dijo “hay que ser amigos de nuestros amigos” y nunca me dio ninguna orientación que contradijese esta frase. Dentro yo me relacionaba más con unos “hermanos” que con otros como es lógico, por afinidad de caracteres. Eso se notaba, sé que era así y nunca hubo una C.F. al respecto, nunca los directores me dijeron nada.

Voy a terminar con algo que he recordado hace poco y que es indicativo de lo que decía antes, del “borrón” que existía en mi mente sobre mi vida dentro. Poco tiempo después de salir yo de la Obra, un hermano mío pitó. Lo veo ahora y sé que lo noté también en su día. Yo sabía que él iba por el club y noté el cambio radical en su comportamiento, los madrugones para ir a Misa, dejar de ver la tele por la noches, el club le llevaba todo su tiempo libre, las duchas frías... en fin todo eso me dijo que mi hermano era del Opus Dei y sin embargo yo no lo quise ver. Miré para otro lado y seguí con mi vida. Nunca hablé con mi hermano de todo esto. Y lo he recordado de repente hace muy poco tiempo y para mí ha sido un choque. Mi hermano duró poco dentro, no creo que llegase a un año y de verdad que me ha impresionado recordarlo así de pronto porque ¿qué mas cosas puede haber que aún siguen ocultas para mí?

Marypt nada más. He escrito, te he contestado porque tú me lo pides y sabes que te aprecio pero, por favor, no me lo hagas otra vez ¿vale?

Con cariño

Josgar