Hola luchadora,

La verdad es que es dificil no sentirse sobrecogido leyendo tu mensaje. En mi caso por partida doble: porque fui numerario durante cerca de 15 años y porque ahora tengo hijos. No se comprende en absoluto el daño que se hace a los padres cuando estas dentro. No la debes reprochar nada a tu hija (¡seguro que no lo haces!) porque los afectos humanos y sus manifestaciones externas (contacto físico, besos, abrazos etc...) son de las primeros objetivos a anular en un numerari@.

Uno de los objetivos de la formación inicial es emparedar hasta el hermetismo, cualquier manifestación de sentimiento y afecto. Es lo que Escriva llamaba la aristocracia del amor. Se reprimen de inmediato cualquier manifestación de afecto y se procura desviarlas a gestos liturgicos, actos de piedad y fervor barato (besuqueos de cruces, rosarios...), o lo peor, al excelso espiritu de la obra o la magnificación de la figura del padre, que llega a verdaderos fenómenos de locura colectiva (los que hemos vivido los empujones para besar la mano del padre sabemos lo que es .

Esta web esta llena de testimonios que hablan de las agresiones que hemos sufrido en nuestra esfera emocional, y de todo un anecdotario de las maneras que se emplean dentro de la institución para impedir que los numerarios caigan, en alguna de esas tentaciones de los afectos: lease censura de prensa o peliculas, como guardar la vista, las correcciones fraternas cuando surge una especial relación (amistades particulares) entre miembros de la obra, el rechazo asistir a actos sociales.... etc: no tienen desperdicio.

Bajo mi punto de vista, es éste descarnamiento (y de algún modo deshumanización) la principal agresión que reconocemos en nuestras conciencias heridas todos los que fuimos del opus: ni querer y ni sentirse querido. Recuerdo una charla de D Antonio Ruiz Retegui, que decía que el corazon del hombre y la mujer estan hechos para cosas concretas y pequeñas. Es una falacia pensar que encuentres la satisfacción de tus sentimientos "amando el bien comun", a la "humanidad"... Estamos hechos para amar a cosas muy concretas, se ama a un hombre, a una mujer, a tus hijos, a una profesion, a tu pueblo, etc. Si anulas cualquiera de estas fuentes de afectos naturales, ¿con que te quedas? ¿que alternativas te ofrecen en la obra?. ¿Tus hermanos, cuando estan expresamente PROHIBIDAS las amistades particulares?? ¿¿tus amistades??? como vas a amar algo que te das cuenta que se instrumentaliza desde el primer dia que te haces de la obra, para hacer proselitismo (SU proselitismo). En Pamplona se rechazaba a los de la obra porque sabían que no eran amigos, eran unos "enviados" para darte caza.

Creo que tu hija esta empezando a sufrir los efectos de la soledad que produce el aislamiento de los sentimientos. Si añades además la presión psicológica que ejercen sobre su conciencia (el pecado que comete al irse del centro) obtienes el resultado de un ser con sus facultades totalmente abolidas: que te puede quedar de ti mismo si no puedes amar y no puedes escoger, si no eres libre. Toda esta brutalidad se complementa con sedantes y psicoticos. Vamos, una delicia. Tu hija no es una excepción. Es lo habitual en numerari@s con algunos años en la institución. Y las maneras que cuentas absolutamente típicas y ciertas (SI, CIERTAS, a pesar de las testimonios en contra que algun opusino, que se deja caer por aqui por casualidad, escribe y nos reprocha como calumnias).

Que debes y que debemos hacer. Leyendo tu escrito y recordando lo que he vivido, me dan ganas no solo de haberme ido del opus, sino ademas de apostatar: como puede consentir la Iglesia Católica semejante barbaridad. Si a mi hija le pasa eso, yo simplemente entraba al centro donde estuviera y me la llevaria por la fuerza y pisando por quien tuviera que pisar. Tu hija esta enferma; tienes el derecho del mundo de consultar otra opinion y debes utilizar las mismas artes que emplea el opus: nocturnidad y engaño. No soy un exagerado: tu hija aun tiene solución si sale de alli.

Rezare mucho por vosotras dos,.. y se fuerte: lucha por tu hija
Un besazo

labuhardilla