Para mí, lector asiduo de la red, escritor e hijo y hermano de escritores y poetas, padre de actores y artistas, familia entera que aprovecha la belleza para cantar lo positivo de la vida.
Desde niños, en mi infancia alcarrense y aragonesa y luego madrileña, he ido aprendiendo, nací en el 1949, a respetar a las personas y a su libertad. Y siempre a buscar la verdad. Porque "la verdad os hará libres".
Esa "santa intransigencia, desverguenza, etc.con los tentáculos y demás que se mencionan al pie de página en su web merecen que su página se autodestruya. No milagrosamente, sino, como dice Hechos de los Apóstoles. "Dejen que esos cristianos sigan adelante, si lo que promueven es de Dios, no podremos ir contra ellos. Y si no, se disolverán como otros grupos que han aparecido" (Jerusalén, en tiempos de Pedro y los apóstoles).
Luchar contra lo que la Iglesia ha aceptado, lo que a todas luces es "secreto a voces" creo en mi pobre y humilde entender es primero presentar las opiniones de quienes puede ser hayan no entendido el mensaje de fondo, como en cualquier organización de laicos o clérigos, es decir: la unión con Cristo, con la Virgen María, con la Iglesia. Y aceptar el Primado de Pedro, aceptar la necesidad de sacerdotes santos y de laicos comprometidos.
Una cosa es que a quienes no tengan la vocación específica se hayan salido de motu proprio, otra es ir en contra con ese frenesí, ese gnosticismo, esa falacia, ese ir con el vulgo, todos contra "el Opus".
Si uno no tiene vocación al Opus Dei y quiere ser buen cristiano puede escoger tantas otras llamadas a la santidad. Es como el que desesperado por pertenecer por ejemplo al Atlético de Madrid se da cuenta que al fin y al cabo es mejor el Rayo Vallecano, también del mismo barrio. Pero si hablara mal del Atlético a nadie le importa, a nadie ofende, aunque la casta y el orgullo de tradición se golpee.
En los temas espirituales hay que andarse con mucho cuidado. Porque a Dios puede molestarle. Habría que partir entonces de la primera premisa: tienes vocacicón cristiana o prefieres ser ateo, masón, gnóstico, dejar a Dios a un lado de tu vida y conencer a los demás al estilo "Mi lucha" de Adolf Hitler de que el nazismo es la solución para la humanidad, por poner un craso ejemplo.
Gracias a Dios, sigo en mi lucha personal a Jesucristo. Trato de meditar la palabra de Dios y entender con ayuda cuando no lo entiendo solo aquellos mensajes, aquellas campañas, aquella propaganda que me choca y me hace escribir.
Atentamente,
Ignacio Francisco
