Últimamente no he tenido mucho tiempo. Pero he ido leyendo lo que me ha parecido interesante.

Por lo que me contestan Ana Azanza y Emevé (lamento que no me entiendas, seguro que es un problema de explicaderas), me temo que me expliqué mal en mi último escrito. Cuando dije que no creía que los directores, en general, tengan malas intenciones, no justificaba las cosas malas de la obra. De hecho estoy convencido de que, además de los errores de praxis hay errores gordos de espíritu (al menos si consideramos que es de espíritu todo lo que los de dentro consideran que es de espíritu). Estoy de acuerdo con Ana en que hay en esta página muy buenos análisis sobre el opus Dei. Ya he mostrado y vuelvo a mostrar mi asentimiento general a los escritos profundos e inteligentes de EBE, Isabel Nath, Jacinto Choza, Antonio Ruiz Reteguiz, Satur, Epi y otros muchos y mi asentimiento a parte de los argumentos de otros de los que escriben aquí. También me ha gustado alguna intervención (pocas) de algún miembro (qué palabra más fea) o fiel o colaborador o lo que quiera que sean.

Por otro lado quiero mostrar mi más sincera admiración por Jesús F. que ha sido capaz de leerse los correos sobre las posibles reformas del Opus Dei de Josecar. Soy lector empedernido pero he de confesar que Josecar ha podido conmigo.

Muy básicos y simples (en el mal sentido de estas palabras) los correos de Rocío Muller y José Echevarría. Me parece bien que sus experiencias sean tan positivas (la mía en general lo fue) pero demuestran no ya falta de caridad sino de algo muy anterior a la caridad: respeto.

Aunque entiendo que el Opus Dei haya alejado a muchos de Dios (igual que ha acercado a otros como José Echevarría), yo sigo siendo católico y, por lo tanto, me parece bien cualquier papa, incluido Benedicto XVI. Me gustó mucho el correo de Tapatio.

En una correspondencia electrónica con Sancho (perdón por contarlo) me mostró su deseo de que saliera un papa negro: Oblongo I. Y ensayaba los coros: ¡Oblongo Primero te quiere el mundo entero! Lo siento por Sancho pero la rima de decimosexto es más difícil.

Y hablando de acercar o alejar de Dios: a mi el opus dei terminó alejándome de Dios y, como ya comenté, algunos testimonios de opuslibros (muchos) me han acercado a Dios. Se ve que el espíritu sopla donde quiere.

Besos y abrazos,

Eutimio I