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 Tus escritos: Nuevas herejías (3).- Iván

125. Iglesia y Opus Dei
Ivan :

NUEVAS HEREJÍAS

Tercera entrega
Iván, 29 de octubre de 2004

Vivir en herejía II

Como se demuestra en los dos escritos anteriores, al afirmar tan reiteradamente los miembros de la Obra y los muy próximos a ella que quien ataca al Opus Dei ataca a la Iglesia, sin especificar nunca cual es el error de ese ataque, con esa expresión nos han regalado algo valiosísimo que es descubrir que la Obra es una institución cuya esencia, la que le da la vida, es por una parte la herejía de considerarse a si misma y comportarse hacia adentro como la Iglesia única y total y por otra la de ocultarlo mostrándose como lo contrario, como una institución que es parte de la Iglesia y muy fiel a ella...



Para quienes hemos pertenecido al Opus Dei puede parecernos una perogrullada la demostración de esa herejía. Por la experiencia del tiempo en el que estuvimos dentro de la Obra conocemos que ningún miembro suyo duda que el Opus Dei es quien tiene la única voz válida en la Iglesia (también yo mientras estuve allí), que las demás estructuras y grupos eclesiales están equivocados si no dicen y hacen exactamente lo mismo que la Obra, que la mínima crítica negativa al Opus Dei es considerada por sus miembros como un pecado terrible, algo semejante a afirmar alguna imperfección de Dios (o de la Iglesia Perfecta); todos hemos vivido la intolerancia total de la Obra ante quienes administran la eucaristía de las otras maneras que la Iglesia permite pero que no son las que el Opus Dei tolera: bajo las dos especies en vez de una o administrada sobre la mano del comulgante en lugar de en la boca o por un laico en vez de por el sacerdote; cuando un miembro de cualquier institución de la Iglesia que no sea la Obra oye decir que ha llegado algo de Roma o que va hacia allí (por ejemplo un escrito), piensan inmediatamente que viene del Papa o que va al Papa, menos en el Opus Dei en donde se sabe que eso hace referencia al Prelado, que es de quien viene o va cuando ellos se refieren a Roma, con lo que con esas palabras se sustituye la sede de Pedro por la del Fundador de la Obra; cuando los sacerdotes numerarios que son obispos entran en un centro del Opus Dei han de quitarse todos los signos distintivos de su cargo (el anillo, por ejemplo) por lo que a un sucesor de los apóstoles, que por su dignidad se ha de distinguir necesariamente de los demás, la Obra le rebaja ante sus miembros para que sólo el Prelado figure como importante ante ellos; cuando el Fundador del Opus Dei afirmaba que no daba ni un duro por el alma de un hijo suyo que dejara la Obra, identificaba de esa manera al Opus Dei con la Iglesia, etc., etc., etc.

Nos sirve en este momento el dicho de que lo único que el ojo no puede ver es a sí mismo. La herejía de que el Opus Dei es la Iglesia estuvo tan dentro de nosotros que ha llegado a formar parte de nuestro "ojo", por lo que nos era difícil verla, aún tras la perspectiva que dan muchos años alejados de la Obra.

Y mira por donde los del Opus Dei que escriben en esta web, con su machaconería de que "ustedes se van a ir al Infierno porque quien ataca a la Obra ataca a la Iglesia", han colocado frente a nosotros un espejo en el que hemos podido ver reflejado ese "ojo" de la herejía.

Quiero demostrar por otros caminos ese planteamiento, por lo que parto de la hipótesis de que esa herejía se tiene que manifestar en otras expresiones que los miembros de la Obra formularán en sus cartas; para lo cual he revisado los mail de aquellos afines al Opus Dei que han escrito a esta web y he agrupado sus temas en los siguientes grupos:

1 - Los que arremeten contra las personas que critican a la Obra, en muchas ocasiones de forma maleducada y grosera.

2 - Los que cuentan que ellos son muy felices en la Institución.

3 - Los que citan fragmentos de escritos de los Papas o de las Sagradas Escrituras.

4 - Los que afirman que quien ataca a la Obra ataca a la Iglesia.

5 - Los que llaman pecadores a quienes atacan al Opus Dei.

6 - Los que condenan al Infierno a quienes atacan al Opus Dei.

7 - Los que piden que se cierre esta web por el daño que hace a la Iglesia

8 - Los que piden que se cierre esta web por el daño que hace, sin especificar a quién daña.

9 - Los que se centran en la rama para tapar el bosque: Critican algo anecdótico y accidental de lo que se afirma sobre ellos mientras pasan por alto la multitud de aspectos esenciales.

10 - Los que piden que quienes escriben con pseudónimo lo hagan con nombre real.

11 - Los que cuentas cosas contrarias a lo que se vive en la Obra (como que a ellos nunca les han leído las cartas que han enviado o recibido, que cuando van de convivencia se echan la siesta el tiempo que quieren y sin consultarlo, que nadie les controla el dinero, etc.), imagino que lo harán para confundir a un lector que no sepa nada del Opus Dei, pues a poco que se le conozca se ve a la legua que todo eso es falso.

No son grupos excluyentes entre si; por el contrario, lo normal es que en cada carta estén incluidos fragmentos pertenecientes a varios de ellos (p.e., en un mismo mail se cita un texto de la Biblia y después se arremete contra la web y luego se pide que se escriba con el nombre real).

Lo que todos ellos tienen en común es el silencio ante las graves acusaciones de que es objeto la Obra. Incluso cuando escriben algo de lo expuesto en los grupos anteriores y son requeridos a responder a aspectos concretos, a partir de ese momento callan para siempre.

Los que escriben sobre lo clasificado en el punto 4 son los que caen en la herejía ya demostrada de identificar al Opus Dei con la Iglesia (se puede comprobar también en los de los apartados 6 y sobre todo en el 7, que lo afirman de manera indirecta).

Del resto la clave no se encuentra en lo que dicen sino precisamente en lo que no dicen. Es indiferente lo que cuentan, lo importante es el silencio de todos ellos ante las graves acusaciones que se le hacen a la Obra. En ese silencio unánime está el discurso de la herejía de que el Opus Dei es la Iglesia.

Vamos a estudiarlo con tres razonamientos:

Primer razonamiento. La parte y el todo.

1 - Para poder afirmar que al todo se le ha perjudicado a través de la parte, primero hay que demostrar el daño que esa parte ha sufrido y sólo después se puede transferir ese perjuicio a la totalidad.

Para denunciar, agredir, insultar, ofender, etc., al médico que sin necesidad nos ha inmovilizado el brazo derecho durante dos meses, antes hemos de demostrar que en ese brazo no había fractura por lo que ese tratamiento era innecesario. Una vez comprobado que los huesos de ese miembro estaban sanos se puede pasar a exponer los trastornos que esa férula ha supuesto para nuestra vida.

2 - Tan sólo se omite la demostración del daño causado a la parte para referirse directamente al que se le ha producido al todo cuando se tiene la absoluta seguridad de que lo que perjudica a esa parte le perjudica al todo, y eso solamente puede ocurrir cuando en la parte se actúa sobre un elemento del todo, que por tanto se encuentra en esa parte como también lo está en cualquiera de las demás.

Si lo que se le ha hecho al brazo es inyectarle en una vena un tóxico muy fuerte e innecesario; entonces no hace falta demostrar el daño que esa inyección ha producido en el brazo y se pasa directamente a denunciar el perjuicio que le ha supuesto a toda la persona (o a actuar de una manera consecuente con esa idea, aún sin referirse explícitamente a ese daño en concreto, como puede ser agredir al médico en cuestión, insultarle, citarle fragmentos del código deontológico, etc.), puesto que en este caso por incumbir la sangre del brazo a todo el cuerpo no es algo peculiar de la parte y se identifica lo que se le hace al miembro con el cuerpo al que pertenece.

3 - Como una parte se distingue del todo y de las otras partes por sus aspectos peculiares, si los miembros del Opus Dei escriben ofendidos (perjudicados) pero omitiendo siempre tratar el daño que cualquier critica negativa les infringe como parte, eso solamente puede ser debido a que ellos tienen la absoluta seguridad de que todos y cada uno de los aspectos del Opus Dei son los comunes al Todo, a la Iglesia.

O lo que es lo mismo, que los miembros de la Obra no encuentran diferencia entre los aspectos peculiares del Opus Dei con los que el Opus Dei tiene en común con la Iglesia, lo que es una forma de decir que el Opus Dei es la Iglesia, pues al carecer de aspectos peculiares que le distingan, es indistinguible de la Iglesia.

Segundo razonamiento. Quien calla otorga.

1 - Es una máxima de jurisprudencia que quien calla ante las acusaciones de que es objeto las otorga como ciertas, porque sino aportaría pruebas en su defensa.

2 - Los miembros del Opus Dei callan ante las acusaciones que se le hacen a la Obra, por lo que con su silencio las consideran como ciertas, como inatacables.

En este punto coinciden tanto la Obra de manera oficial como sus miembros a nivel particular.

Los apartados siguientes sólo se aplican a sus miembros a nivel personal, mas su clamor unánime los transforma en una voz institucional.

3 - Pero sus miembros si que responden a quienes dicen algo negativo del Opus Dei e indican siempre de forma directa o indirecta (por ejemplo ofendiendo) que quienes critican negativamente a la Obra hacen daño y que han de dejar de hacerlo.

4 - Si no pueden demostrar que esas criticas negativas perjudican a la Obra (motivo por el que se callan, mostrando así su incapacidad para atacarlas), pero sin embargo ellos expresan que hay un perjuicio a alguien (motivo por el que se sienten ofendidos), ¿a quién consideran ellos que daña quienes critican negativamente al Opus Dei?

5 - Sólo puede ser una estructura superior al Opus Dei aquella a la que ellos consideran perjudicada, no puede ser inferior porque es al Opus Dei a quien se le acusa, no a una parte suya.

6 - Si por encima del Opus Dei sólo está la Iglesia.

7 - Entonces los miembros de la Obra consideran que al criticar al Opus Dei la perjudicada es la Iglesia. O lo que es lo mismo, que quien critica al Opus Dei critica a la Iglesia (herejía ya demostrada).

8 - Por lo que con su silencio ante las criticas de que el Opus Dei es objeto unido a la voz unánime de que quienes le critican hacen daño y deben dejar de hacerlo, caen en la herejía de identificar al Opus Dei con la Iglesia.

Tercer razonamiento. La crítica a la Institución Perfecta.

1 - Sólo no puede ser criticada negativamente una institución que es absolutamente perfecta.

2 - Por lo que está totalmente equivocado quien critica negativamente a una institución absolutamente perfecta.

3 - Por lo mismo, la critica negativa a una institución que es absolutamente perfecta es por definición falsa, errónea, sea cual fuere esa critica negativa; por lo que a los miembros de esa institución absolutamente perfecta nunca les merece la pena perder el tiempo en oír esa critica equivocada, ni mucho menos en contrarrestarla.

4 - Las conclusiones del punto anterior sólo son válidas cuando es exclusivamente irracional la fuente por la que se considera a una institución como absolutamente perfecta, puesto que si el origen de ese conocimiento fuera mínimamente racional, por una parte se afirmaría explícitamente que esa institución es absolutamente perfecta y por otra se buscaría contrarrestar las criticas que se le hacen, usando para ello argumentos racionales.

Así han actuado a lo largo de toda la historia los diversos miembros de religiones y sectas religiosas que han considerado a su grupo como absolutamente perfecto. Siempre han afirmado con la boca que es perfecto; han demostrado como han podido las acusaciones que ha recibido en contra; y cuando con la razón no han podido seguir defendiéndolo han actuado irracionalmente contra quienes lo atacaban (por ejemplo matándolos), precisamente porque ellos verbalmente y vitalmente lo consideraban como un grupo absolutamente perfecto.

5 - Que una persona tenga conocimiento sobre algo de forma exclusivamente irracional sólo puede ser debido a que su parte racional afirma algo totalmente distinto a la irracional, porque si no fuera así habría algún punto en el que lo irracional y lo racional coincidirían, entonces ese conocimiento ya no sería totalmente irracional y se manifestaría verbalmente.

5.1 - Como sólo se puede aprender de otro a través de su ejemplo (vía no racional) o de sus palabras (vía racional), para que los miembros de una institución puedan tener un conocimiento exclusivamente irracional de algún aspecto de ella que sea en todo distinto al racional, eso solamente puede ser debido a que sobre lo que ese aspecto han aprendido de esa institución con el ejemplo de cada una de sus obras, con toda su conducta, es totalmente distinto a lo que esa institución predica sobre ese aspecto en todas y cada una de sus manifestaciones verbales.

Este punto (5.1) es una rama del anterior (5) que desvía del tronco del razonamiento principal, pero que lo incluyo por dos razones:

La primera, porque llega por otra vía a lo mismo deducido en otro razonamiento que parte de presupuestos distintos y que estudié en mi escrito anterior.

La segunda, porque los desenlaces de este apartado dan píe a conclusiones teóricas y prácticas muy interesantes. Por ejemplo, si lo que los miembros de esa institución dicen es totalmente distinto a lo que les mueve y sienten, entonces bastará escucharles para aplicar lo contrario y así saber cual es su verdadera vivencia.

Si cuentan que aman a todos los religiosos, es que su conducta es de no amar a ninguno; si refieren que aman a la Iglesia como ella quiere ser amada, es que en la práctica ese "como ella quiere ser amada" significa que sólo la aman cuando coincide con ellos en todo, mas no cuando hay discrepancias, etc.

6 - Al serles imposible a los miembros de esa institución absolutamente perfecta aportar algo racional para defenderla, pasan a intervenir de la única forma que saben y pueden: de manera irracional; y entonces actúan irracionalmente contra aquellos totalmente equivocados que osan decir algo malo de esa institución absolutamente perfecta, tal y como puede ser hablar sobre otro tema; o herir, acosar, atacar, mandar al Infierno, etc., a las personas totalmente equivocadas que critican negativamente a esa institución absolutamente perfecta.

7 - Ante las criticas negativas que se le hacen al Opus Dei sus miembros siempre actúan de la manera descrita en los puntos anteriores.

8 - Por lo que de forma exclusivamente irracional los miembros del Obra consideran al Opus Dei como una institución absolutamente perfecta y a la vez afirman con su razón justamente lo contrario.

9 - Como la única institución absolutamente perfecta es la Santa Iglesia, de forma exclusivamente irracional los miembros de la Obra identifican al Opus Dei con la Santa Iglesia y a la vez afirman con su razón (predican) justamente lo contrario, que son fieles a la Santa Iglesia.

Conclusiones.

1 - Cada carta que envía alguien afín al Opus Dei en la que trata cualquier tema menos el de aportar una respuesta a alguna de las acusaciones graves de que la Obra es objeto, con ese silencio de pasarlas por alto está afirmando que irracionalmente vive en la herejía de identificar al Opus Dei con la Iglesia y que a la vez piensa que el Opus Dei no es la Iglesia.

2 - Se confirma por otros caminos lo ya visto de que la esencia del Opus Dei es la de una Institución cuya plenitud de conducta la lleva a considerarse a si misma como la Iglesia Perfecta y que a la vez su declaración verbal es la de afirmarse siempre como una parte fiel de la Iglesia.




Publicado el Friday, 29 October 2004



 
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