Es muy conocida la acusación que las más de 40 ex numerarias auxiliares en el cono sur hacen a la obra. Quizá es menos conocida la respuesta de la representante de la obra en Argentina, publicada en el diario La Nación. Voy a tratar de explicar por qué esa aclaración es muy sorprendente.

En primer lugar el comentario:

«Catalina María Donnelly... [a]dmite que pudo haber habido lo que ella llama “informalidad” en la remuneración. “Quizás la que dirigía la residencia [donde vivían las jóvenes] hacía una caja común y de ahí se enfrentaban todos los gastos”… “Hoy en día es inentendible y está muy mal hecho, pero en ese momento se hizo como se hacía en las familias”, considera».

Esta representante de la obra parece no haber leído lo que su fundador decía respecto al trabajo de las «empleadas del hogar» en las familias. En una entrevista, realizada por Pilar Salcedo y publicada antes de 1970, se decía lo siguiente (punto 109 del libro Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer; las negritas son mías):

«No hay que olvidar que se ha querido presentar ese trabajo como algo humillante. No es cierto: humillantes eran, sin duda, las condiciones en que muchas veces se desarrollaba esa tarea. Y humillantes siguen siendo algunas veces ahora: porque trabajan según el capricho de señores arbitrarios, sin garantías de derechos para sus servidores, con escasa retribución económica, sin afecto. Hay que exigir el respeto de un adecuado contrato de trabajo, con seguridades claras y precisas; hay que establecer netamente los derechos y los deberes de cada parte».

Dudo mucho que ninguna numeraria auxiliar (o ex numeraria auxiliar) ⁠–⁠de la época en que se publicaron estas palabras y durante mucho tiempo después⁠–⁠ pueda presentar ese adecuado contrato de trabajo, con seguridades claras y precisas. También suena increíble que en la obra se desobedeciera al fundador. Mas bien parece que lo que se dice en el libro Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer es algo de cara a la galería, y no lo que realmente se vivía en la obra. Es decir, es una mentira más.

Eilad