JasonJonas :
“Perder la vocación al Opus” II (hacia el 19 de marzo)
JasonJonas, 18/03/2024
Decía en mi correo anterior algo que pudiera no ser del todo correcto, de aquí que escriba ahora una especie de fe de erratas para ti amigo numerario(a). Escribí que al dejar de creer o de tener fe en algo “no se pierde nada”, pero esto puede tener otra interpretación…
Y es que, hablando de la vocación, efectivamente al dejar al Opus ésta NO SE PIERDE, reiterando que no se pierde lo que nunca fue verdad. Pero aquella persona que vivió fincada en una creencia errónea (en base a una vocación que le decían y se decía tener) SÍ PUEDE PERDER MUCHAS COSAS AL VIVIR EN ESE ESTADO DE EQUIVOCACION… En el Opus no se pierde ninguna vocación al salirte de allí, pero sí se pierden otras cosas durante ese estado de error en el que se vivió...
• Se pierden innumerables momentos de sana experiencia humana y natural en sociedad, como por ejemplo en la escuela preparatoria o universidad: Tantas reuniones, convivencias, conversaciones o fiestas en donde se podría haber convivido con verdaderos amigos o amigas según sea el caso. Esta sencillez del trato común -que nunca fue- puede dejar un impacto: Emociones limitadas en el desarrollo del comportamiento afectivo individual y en sociedad entre personas, todo por “mantener su corazón con siete cerrojos”.
• Se pierden innumerables momentos de diversión lúdica, como ir a eventos públicos tan ordinarios como el cine, partidos de fútbol o cualquier cosa que sea del deleite sano de esparcimiento público. Esto pudiera considerarse frívolo o menor, pero no lo es, implica también parte de un sano desarrollo natural de convivencia y disfrute humano.
• Se pierde la capacidad de escuchar. El numerario lo único que hace es replicar -casi a un grado de ecolalia- la doctrina Opusina que le han enseñado, en donde sólo puede ver y velar por sus mandatos y sus normas. Nada de lo que se le diga -que a su manera de ver cuestiona esta doctrina- tiene ningún mérito de escucharse.
• Se pierde la capacidad mínima de crítica y autocrítica hacia cualquier otra cosa que no sea afín al Opus y a sus propósitos. Todo lo acepta sin pero alguno- de su autonombrado divino-fundador y de su prelado en turno, o del director que se le pongan enfrente (todo ello “al son” de estas amables pero falsas palabras: “Queridísimos, que Jesús me guarde a mis hijas y a mis hijos…”).
• Se pierde la libertad de decidir qué leer o qué comprar, o el propio manejo de sus finanzas personales entre otras cosas: Todo lo tiene que consultar, todo lo tiene que entregar, si no, no es entregado a Dios y no vive el espíritu del Opus.
• Se pierde la paz de su consciencia, porque cada minuto del día -desde que entra al Opus- lo vive “en estado de escrupulosa alerta”, en posibilidad perenne de pecado… (voltear simplemente a ver a una mujer o un hombre es motivo de confesión. Claro, si vive dentro de su “hermandad Opusina”, o sea, recluido en sus casas y en sus ambientes alejados de la natural convivencia en sociedad, allí estará “siempre protegido”).
• Se pierde de todo lo maravilloso que implica la sexualidad humana.
• Se pierde cada momento maravilloso también que tuvo que haber vivido con su familia de sangre, que son sus reales padres, hermanos y hermanas.
• Se pierde de su más “intima intimidad” (valga la redundancia) en su fuero interno. Todos los aspectos “más suyos” quedarán siempre al descubierto y al desnudo del manoseo crítico e interesado -por “proteger al Opus”- de quien hace su charla fraterna o sus directores. Todo por aquella consigna que le dictan vivir: “sinceridad salvaje”.
• Se pierde del desarrollo de sus máximas capacidades en el ejercicio de su verdadera vocación profesional. El ser competente y competitivo pasa a un tercer o cuarto plano en su vida, todo por “dedicarse a las labores apostólicas del Opus” (que no son otra cosa que la captación de más niños y jóvenes adeptos). En muchos casos esto conlleva la decrepitud académica y profesional.
• Se pierde la capacidad de un desarrollo maduro como persona, justo la que la vida misma, pero la vida REAL, no la burbuja que vive en la reclusión Opusina. Ello lo lleva a convertirse en un adulto-infantil con comportamientos dictatoriales en defensa de todo lo que sea del Opus, tal como lo haría cualquier niño berrinchudo que no atiende a la razón. Al paso de tiempo -dentro del Opus- se genera muy poca riqueza racional o argumental, viviendo en una constante burbuja de protección religiosa, basado en una total creencia elitista de “elegidos” y de “privilegiada salvación celestial” (ellos tienen asegurado el sacrosanto cielo viviendo en el Opus, cumpliendo monótonamente sus normas).
• Y así, viviendo como numerario o numerarias, se pierden tantas cosas más…
En fin, el numerario o numerario no pierde vocación alguna al irse del Opus, pero sí pierde su niñez, adolescencia y juventud, y si acaso también años y años de vida adulta: Tantos momentos que ya son sólo sueños, arrebatados por “la entrega” a las labores inocuas, mundanas y de poder” que vivió para preservar al Opus y supuestamente su alma y dizque vocación.
Todo esto pierdes al haber vivido equivocado el tiempo en que estuviste -o sigues estando- envuelto en el Opus. Aun así, ES MEJOR -sea el tiempo que haya sido- salir del Opus a seguir perdiendo más en una relación directamente proporcional al tiempo que siga pasando en el Opus. Es mil veces mejor salir del Opus (dejar de ser un peón más de cualquier secta, sea la que fuere) y comenzar a vivir una vida propia. Incluso, si por cualquier circunstancia consideres que humanamente hablando ya no puedes salir del Opus -por los años vividos allí que afectan hoy tus posibilidades de sostenimiento económico u otros-, en CONSCIENCIA puedes empezar a ser libre, sabiendo que YA JAMÁS TE MANIPULARÁN, encausando tu propia vocación -la que tu descubras de forma interna y aun estando allí adentro- EN LIBERTAD, CON DIOS Y CONTIGO MISMO.
De estas dos realidades (la de no perder nada que nunca fue -como tu vocación-, y la de sí perder tantas cosas al vivir dentro del Opus), me parece que se concluyen también dos aspectos sumamente importantes:
1. Sobre el reconocimiento de la no-pérdida de tu vocación al salir del Opus, esto conlleva que puedes, de forma muy consciente, eliminar cualquier vestigio de reclamos evangélicos y “divinos” que te haces y te hacen al pretender salir del Opus. Esto es muy importante, ya que puede ser la principal razón -en consciencia- por la que aún no te decides. Con este reconocimiento, puedes desestimar todos los rollos de condenación eterna o de miserabilidad en vida que te haces y te hacen los del Opus para que no te salgas y vivas tu propia vida y verdadera vocación humana y divina.
Sobre esto me atrevo a darte un consejo si lo aceptas: Lee mucho de Opuslibros amigo numerario, amiga numeraria, lee y lee sin miedo… Miedo deberías de tener de seguir sin razonar o escuchar acerca de lo que el Opus es en realidad… El miedo pásaselo a ellos porque se den cuenta que ya descubriste el velo que te impedía esa “lucidez” de pensamiento que te hará libre, ya muy fuera de sus alcances doctrinales y de infusión sobre pecados e infiernos: Tú puedes ser el mejor cristiano y el mejor apóstol de Cristo en libertad -si eso es lo que deseas ser-, y para eso no necesitas al Opus y a todas las organizaciones/sectas de las cuales has caído en trampa de vida.
2. Sobre el reconocimiento de la pérdida de las cosas enlistadas, NO HAY NINGUNA DE ELLAS QUE NO SE PUEDA RECUPERAR, RESARCIR O EQUILIBRAR en tu vida fuera del Opus. El tiempo ciertamente no puede regresar, pero a pesar de ello y sea cual fuere tu edad y momento de vida, podrás encontrar paz y equilibrio emocional y espiritual como nunca lo hayas experimentado dentro del Opus. Si bien sí se pierden muchas cosas, todas ellas pueden ser valoradas y recuperadas en perspectivas diferentes en tu nueva vida en libertad.
Por tanto y para finalizar, este 19 de marzo -o cualquier otro día- piensa en los segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, años, lustros y décadas que has transcurrido allí adentro, y ahora reflexiona: ¿Cuánto tiempo más -en el desglose minucioso de estas medidas de tiempo- dejarás pasar antes de retomar tu propio camino en libertad? ¿Cuánto tiempo más dejarás de vivir TU PROPIA VOCACIÓN? No pierdas ni un microsegundo más, ¡sal ya de esa secta! y comienza a vivirla.
JasonJonas
Publicado el Monday, 18 March 2024
|
