Desde que salí hace ya 13 años, después de estar 44 dentro, soñaba con la Obra. El sueño era recurrente. Cuando hablaba de mi vida dentro, con una amiga, un familiar o alguna nume con la que todavía nos reímos (ellas siguen dentro) soñaba después que terminaba el curso anual, la convivencia o lo que fuera y al irme me encontraba que se me había olvidado hacer la maleta. Volvía a la habitación y no recordaba la habitación.

Este sueño de angustia lo recordaba claramente y podía localizar sitios, Torrecuidad, la Masada, la Solana, Olbeira o la Pililla o las casas de retiro donde había hecho infinidad de cursos. ¿Qué personas conocidas salían en ese sueño? Ninguna, siempre corría porque se iba el bus o el tren.

Más adelante empezaron a salir directoras que tuve y últimamente personas con las que trabajo. Esto último ocurrió cuando en verano he vuelto a la delegación en la que viví tantísimos años y quise ver a supernumerarias que viven en residencias y que las tomé un gran aprecio. Esta vez en el sueño aparecía mi propia jefa y volvía a estar en la estación para volverme y no llevaba la maleta. Como estaba mi jefa actual a la que aprecio, no sufrí nada, fue un desconcierto y nada más.

Resumen... Poco a poco dejarán de ser sueños sin gente a pasar a ser sueños con personas y sin angustia. Final del cuento. No de hadas, pero sueños que cada vez me producen menos inquietud. Puede que hoy después de escribir esto... sueñe con mi maleta otra vez. Os lo diré.

Septiembre