Hoy se cumplen 95 años de la fundación del Opus Dei. Miles de personas de todo el mundo darán gracias a Dios y rezarán por el Opus Dei, por su Prelado y por sus miembros para que sigan “haciendo el Opus Dei en la tierra” como decía el catecismo de la Obra. Y no lo veo mal.

Pero este aniversario es una nueva oportunidad perdida para que el Prelado cite, en una de sus cartas, a quienes hemos pertenecido a la Obra muchos o pocos años y por los motivos que sean, en libérrima decisión, decidimos salir por aquello que tanto gustaba al fundador: cada caminante siga su camino.

Dentro de 5 años se cumplirá el centenario de la Obra y seguimos esperando. Puestos a pedir yo sugeriría una carta especial, larga, dedicada al tema. ¿Por qué no? ¿Por qué esa amnesia deliberada institucional? En mi ingenuidad o esperanza, me pregunto: ¿Veremos el día en que el Prelado dirija por escrito unas palabras de cariño de agradecimiento y de oración por los que dejamos la Obra?

Hagan apuestas.

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