Hola a todos. Aprovecho como siempre para darles las gracias en concreto está vez a las 43 auxiliares de Argentina que han empujado lo suficiente también para que al fin el Papá Francisco le siga metiendo mano a esta institución tan nociva. Quería dar una aportación al tema de la corrección fraterna. En mis épocas de 8 años siendo supernumerario, recibí 4 correcciones fraternas. Dos de ellas fueron realmente estúpidas por decir lo menos, así que les cuento cómo fueron.

Nos encontrábamos en una de las casas de retiro del Opus Dei en la delegación del centro de México, la correspondiente a CDMX. Último día de convivencia de supernumerarios. La misa la celebró el vicario de la delegación -es el mismo actualmente- y después de la consagración me quedé hincado un momento, hasta poco antes del Padre nuestro. Tranquilamente finaliza la Misa, hacemos la acción de gracias y nos vamos a los cuartos para alistar las maletas e irnos. Acto seguido entra otro supernumerario, muy nervioso y casi sudando -me imagino que por ser amigo mío-, me hace lo que en Estados Unidos de conoce como "small talk" un tanto extraña y en seguida procede a decirme que me haría una corrección fraterna por haber permanecido hincado después de la consagración hasta antes del Padre nuestro. Obviamente la corrección no salió de este supernumerario sino del sacerdote mandamás de la delegación, que no le hizo gracia que me quedara hincado. Esto me lo hizo saber el mismo supernumerario que me la hizo. Por cierto, la gente estaba tan dormida esa mañana que fui el único que contestó la parte de "Quia tuum est Regnum et potestas in saecula..." Supongo que eso importó cero porque este presbítero prefirió quedarse con que me quedé hincado, como si eso fuera malo. Cómo dirían en México: ¿qué chingados fue eso? La corrección fraterna instaurada por Jesús la dejó con el objetivo para corregir comportamientos que nos alejan del cielo. Pero la corrección que me hicieron fue algo más como el deseo de una persona con trastorno obsesivo - compulsivo para cumplirle su capricho de que todos se hinquen cuando el cánon dice. ¿Está en los cánones también violar el sigilo sacramental como lo hace el Opus Dei? La segunda corrección fraterna fue también grotesca: me la hicieron por tener la pierna cruzada en un círculo. Otra vez, no sé en qué perjudica mi santidad el cruzar o no la pierna en medio de un círculo.

Total, lo que quiero ejemplificar con todo esto es lo ridículo que se volvió la llamada corrección fraterna a volverse más bien un arma para atosigar gente y cumplir caprichos que poco o nulo tienen que ver con volver a las personas más santas. Me haría sentido si yo corrijo a alguien, por ejemplo, de ser rencoroso con su prójimo, tratar mal a sus empleados, coquetear con alguien que no es su esposo/a, etc. Pero, ¿Quedarse arrodillado después de la consagración?, ¿En serio?, ¿Cruzar la pierna en el círculo? Imaginen ustedes que llegue la muerte y cuando te veas en el purgatorio y te preguntes por qué, se te diga: "Es que cruzaste la pierna en círculo y te alejaste de la santidad. Por ser una falta de te hizo una corrección fraterna". Falta, ¿De qué?

A pesar de que en esos momentos la acepté externamente e interiormente me parecieron idiotas, hoy y más que nunca puedo decirles: una corrección fraterna solo aplica para cuestiones evangélicas, no de Praxis de instituciones de tipo que si alguien no hace caso con comer crespillos en viernes de dolores que nada tienen que ver con acercarse o no a la santidad. Si yo veo a un hermano fallar y se aleja de Dios, quiero decírselo según lo que está en el Evangelio porque le quiero. Igualmente, quiero que sí yo me alejo de Cristo y de sus mandamientos, a mí me corrijan y me lo hagan saber. Pero quiero poco y más aún, nada, que me vengan con disparates y tonterías que no tienen que ver con mi santidad. Tristemente la Obra está llena de mil y un cosas en su interior que nada tienen que ver con la santidad y mucho tiene que ver con una Praxis que ni importa ni interesa en términos del Evangelio.

Invito a los que están dentro a sólo hacer correcciones fraternas pensando: ¿Está faltando este hermano mío al Evangelio y a los mandamientos? Y cuando algo en vez de acercarte a ser un poco más como Nuestro Señor, te aleja porque se pierden en lo accidental en vez de lo esencial, hay que cortarlo. Así que lo corté. Una de mis razones para haber dejado la Obra, fue esta.

Arcángel.