Agradezco a Indagar su aporte con un tema intocable en el Opus Dei y con frecuencia controversial como es la homosexualidad. Tengo amigas y amigos queridos, personas cercanas, ex compañeras y ex compañeros de trabajo homosexuales. Hace años decidí que a las personas que quiero les recibo como son y nada más. Me costó años superar el hábito de ir etiquetando a las personas como se hace en el Opus Dei.

Desde que dejé la institución he podido compartir con ex miembros de diferentes países. Hace varios años, estábamos reunidos en Guatemala y el anfitrión anunció que llegaría un nuevo invitado. Teníamos curiosidad. Cuando ya estábamos todos los conocidos, llegó un joven extrovertido y simpático que nos devolvió la mirada curiosa. Echó un vistazo y comprobó que la mayoría de nosotros teníamos la edad de sus papás y así lo dijo. Nos comentó que había dejado la institución un par de meses antes, mientras hacía el centro de estudios y compartió que era homosexual. Le pedimos detalles de lo que había vivido en la Obra. Entre otras cosas, dijo que varios eran homosexuales en su centro y también los había entre los directores. Se refirió a numerarios mayores que también eran homosexuales. Conozco un numerario que lleva muchos años en un puesto de dirección, que es homosexual.

Y sé de primera mano que lo que narra Indagar lo vivieron también otras personas. Alguien lo habló claramente, pero su posición profesional era valiosa para la institución y simplemente no tuvo consecuencias. En cambio, otro de ellos vivió en la Clínica Universitaria momentos amargos por esta condición. También algún otro que en cuanto fue sincero y lo dijo en su confidencia, inmediatamente lo echaron de la Obra. Pareciera que no hay un criterio unificado al respecto, sino más bien la conveniencia para la institución de que la persona siga o no adentro. También quiero compartir que estuve más de veinte años y nunca supe de alguna lesbiana. Sería interesante conocer algo más al respecto.

Alicia Barillas