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 Tus escritos: Mis recuerdos de numeraria a la edad de 15 años. Guatemala.- Copinol

010. Testimonios
copinol :

 

Mis recuerdos de numeraria a la edad de 15 años. Guatemala.

Copinol, 8/09/2023

 

Conversando con algunos amigos que fueron parte del Opus Dei, me volví a sorprender de lo poco que los hombres conocían de la vida en la Administración. Es lógico por aquello de los cinco mil kilómetros que el fundador señaló que debían existir entre hombres y mujeres dentro de la institución.

            ꟷ"Para nosotros (hombres) era mundo inaccesible", comentaba uno de ellos. Y es lo que me ha motivado a compartir algunos recuerdos…  



En febrero de 1975 el fundador de la Obra llego a ciudad de Guatemala. Hacía poco tiempo había dejado mi país para empezar mi camino como numeraria. Pedí la admisión antes de los catorce años y medio. Ya conocía Guatemala, pero era la primera vez que vivía sin mi familia. Tenía sólo 15 años. Las directoras me habían planteado la urgencia de que muchas numerarias se dedicaran a las Administraciones de los centros de la Obra. También me habían comentado todo lo que el fundador decía sobre estos trabajos. Aun no empezaba mi Universidad y el "buen espíritu" me llevó a pedir conocer más lo que suponían esos trabajos.

Anunciaron la visita del fundador y me invitaron a ir a ayudar a la Administración de la casa en la que se hospedaría. Eran necesarias muchas horas de trabajo para que estuviera lista la sede de la Comisión. En aquella época era una casa alquilada, señorial, en la mejor zona de la ciudad. Fui varios días a ayudar a limpiar sobre lo que ya estaba limpio en el dormitorio que descansaría el fundador. Se forraron gavetas, se dio cera a mano a toda la madera hasta dejarla bien pulida, se escogió lo mejor para su ropa y artículos de uso personal. El cuarto de baño quedó reluciente. Se les pidió prestado a las supernumerarias lo mejor de sus casas: vajilla, copas, algún cuadro, manteles, floreros, etc. Era una administración ordinaria: sólo vivían tres numerarias auxiliares. La Administradora llegaba por el día.

Para este acontecimiento llegaron directoras de Asesoría a revisar y dirigir hasta el más mínimo detalle. Se buscó a las numerarias auxiliares "idóneas" para servir la mesa. La idoneidad suponía excelente presentación (altura, complexión delgada, cabello acorde "al cargo y posición", guapa), discreta, inteligente, con amplia experiencia en esa tarea, sentido común... Para estos días se escogió también a "la mejor" numeraria auxiliar cocinera, la que tenía mayor habilidad para planchar los lienzos del Oratorio. Para la limpieza se iban turnando: la primera numeraria auxiliar de Guatemala, alguna de las mayores, alguna de otro país de la región. Esta lista de personas contaba con la aprobación del Consiliario.

Conocí entonces a una numeraria española administradora que viajaba siempre con el fundador. Si la memoria no me falla, su nombre es Pili. Llegaba unos días antes que el fundador a cada destino para revisar lo necesario para su estadía. Se estableció que quien hasta ese momento era la Administradora debía ir al mercado central a las 3 de la mañana para conseguir la mejor calidad en frutas y verduras para consumo del fundador. Guatemala es un país con clima privilegiado en el que SIEMPRE hay verduras recién cosechadas y fruta tropical deliciosa. La Administradora fue cada día a hacer estas compras durante su estadía.

El fundador viajó en jet privado desde Venezuela. Por querer facilitar el viaje, lo complicaron. El piloto, según comentaron, no era muy experimentado en la ruta y prefirió venirse por la costa en lugar de cruzar por el mar Caribe y ahorrar tiempo. En Panamá tocó repostar combustible pero no permitieron bajar a la tripulación. Las altas temperatura le pasaron factura al padre.

En Zunil, escuela de hotelería, tuvo lugar la tertulia con numerarias auxiliares, numerarias y agregadas. Habían pasado un par de días desde su llegada a Guatemala. Empezando la reunión, el fundador se quejó del colchón que le habían puesto en su cama describiendo con detalles la incomodidad: "Yo ya tengo 7 años cumplidos -dijo- y he tenido que pasar la noche en la cima de una montaña" e hizo con sus manos la muestra de lo que era una colina y que no lograba estabilidad. El colchón se había comprado para que lo estrenara y a nadie se le ocurrió probarlo antes. Esto, por supuesto, trajo como consecuencia una fuerte reprimenda a las numerarias que de alguna forma tenían el encargo de cuidar lo relativo a este acontecimiento. ¿Porque hacerlo en público? pensé en aquel momento. En cuanto terminó la tertulia salieron volando administradoras y directoras de asesoría a cambiar el colchón. Pasados unos días, en otra tertulia ordinaria en la que estaba Pili, comentó que ella siempre se acostaba en las camas que el fundador iba a usar, por lo que días antes, tuvo un lapsus porque obviamente el colchón no era el adecuado.

Otro de los días de su estancia, me invitaron a ver cómo se le preparaba la cama en la que iba a dormir. Se aprovechaba el momento en que en la residencia estaban cenando para pasar en silencio absoluto. Por ninguna razón debíamos hablar hasta regresar a la zona de la Administración. Éramos un grupo pequeño encabezado por Pili, y fue ella quien hizo todo. Llegamos a la habitación. Pili puso suficiente loción Atkison en sus manos, retiró el cubrecama, dobló la sabana superior y ajustó las almohadas. Todo quedo listo en pocos minutos. Bajamos en silencio. Cuando ya pudimos hablar, lo primero que pregunté fue que por qué había usado tanta loción. Pili me respondió, “para que no huela a mujer”. Y ¿Cómo huelen las mujeres?, fue mi respuesta inmediata. Pero me pidieron las directoras que no cuestionara más.

Espero seguir escribiendo recuerdos de mi época en la Administración. Agradezco mucho a Agustina este espacio para compartir y su trabajo por más de veinte años para revelar lo que es el Opus Dei.

Copinol  

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Publicado el Friday, 08 September 2023



 
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