Hola. Me da por pensar, y no fui del Opus Dei pero sí cercano y no soy ningún erudito, que al bueno de Escrivá no le fue dado precisamente un valioso aguijón que desinflara su ego con acertados comentarios punzantes. Más bien parece que le fue dado cierto lamentable narcisismo con el que aún deben lidiar sus hijos espirituales.

Como en la propia Obra me enseñaron que las tentaciones eran señal de llamada, espero y deseo que el Opus Dei sea capaz de vencer ante estas tentaciones mesiánicas que diría le han acompañado a lo largo de su historia, y que así puedan hacerse realidad esas posibilidades de las que tan fácilmente pueden verse alejados por las tentaciones.

Creo que en el Opus Dei han de quedar claras cuestiones como lo de que Dios no fundó el Opus Dei. Y ha de quedar bien claro qué nivel de intervención tuvo Dios en su creación o inspiración. Y ha de quedar claro que la revelación terminó con Jesús y que Escrivá no la ha completado con su mensaje. Y ha de quedar bien claro todo eso que hoy es ambiguo y que cualquier miembro del Opus Dei sabe perfectamente que es o no es así, pero a la vez a veces piensa y siente y actúa como si fuera lo contrario. Opino que la Iglesia está ayudando al Opus Dei con su firme testarudez en lo que es y no es en relación a la Obra.

Y por ejemplo cuando San Atanasio narra las tentaciones de San Antonio Abad, padre del movimiento monástico cristiano, entiendo que estas tentaciones no son ni mucho menos señal de pecado, sino que son señal de que San Antonio Abad lidiaba con mejoras a las que el maligno se oponía. Así que espero mucho de lo que pueda hacer el Opus Dei en el futuro, pues sus tentaciones son señal de que algo podría lograr para todos. Por cierto que al hilo de lo monástico no me resisto a reproducir el comentario de una monja en el documental "Libres" que viene a decir que los monasterios son como las zonas verdes de las ciudades, espacios no productivos pero muy necesarios para la vida colectiva.

Y como hechos son amores, espero algún día ver que el Opus Dei corrige la situación de aquellos miembros y exmiembros por los que la Obra no cotizó laboralmente cuanto debió de haber cotizado. Y sí, por supuesto que también espero ver y sueño con que el Opus Dei logra la fórmula jurídica que defina lo que son libres de esas tentaciones mesiánicas que diría les agobian.

Le deseo al Opus Dei muchos aguijones muy certeros. Y también la victoria ante sus tentaciones. Tanto por ellos como por los damnificados, y porque toda victoria ante tentaciones nos acerca la Parusía y las promesas de la Resurrección.

Xavier de Barcelona