Querida Deméter,

He leído tu artículo sobre tu relación sentimental con un ex numerario y me ha interesado mucho. Como alguien que fue numerario durante casi 25 años y que lleva 37 años casado y con hijos, creo que puedo ayudarte con mi experiencia personal.

Cuando me salí del opus, éramos pocos los numerarios en mi país y nos conocíamos bastante bien. Yo fui uno de los primeros en tomar la decisión de marcharme, en una racha que ya no se detuvo, y era bastante común que aquellos que estaban pasando por una "crisis vocacional" buscaran consejo en quienes se acababan de marchar. En varias ocasiones, me tocó ayudar a alguien a tomar su decisión…

De esta forma, ese sentido de fraternidad que surgió al haber pasado por las mismas experiencias, similar a lo que sucede en el ejército, se convirtió en verdadera amistad y formamos un grupo muy unido durante muchos años. Estábamos tan unidos que a menudo invitábamos a las chicas con las que empezábamos a salir a nuestras reuniones los viernes por la noche en casa de alguno de nosotros. Con el tiempo, también asistimos a las bodas de aquellos que se iban casando.

Las reuniones continuaron y el grupo creció, no solo con los numerarios que habíamos dejado la institución en determinado momento, sino también con agregados y supernumerarios que habían tomado la misma decisión, tanto de la sección masculina como de la femenina y que habían sabido de nuestro grupo informal. En algún momento nos juntamos como treinta ex del opus.

En ocasiones, cuando organizábamos algún evento fuera de la ciudad, los hombres nos reuníamos en el jardín cerca del bar y la parrilla, mientras que las mujeres formaban su propio grupo. Nosotros, los hombres, hablábamos de "cosas de hombres" como política, deportes y trabajo, pero nunca tocábamos el tema de nuestras esposas. En cambio, mi mujer me contó que ellas sí hablaban de nosotros y se daban cuenta de que éramos muy parecidos y teníamos desafíos similares ꟷcasi los mismo trabesꟷ. Como cortados con el mismo patrón, me decía.

Con el paso del tiempo, he sido testigo de cómo nos ha ido en la vida a todos nosotros, tanto a los que nos casamos como a los que no. Por tanto, he adquirido algunas experiencias que te quiero compartir.

Cuando un socio numerario del Opus decide dejar la institución, puede enfrentar varios desafíos y problemas, que pueden variar según la situación individual y las circunstancias específicas como el carácter de la persona y el tiempo que estuvo dentro. Algunos de los problemas más comunes que estos numerarios pueden enfrentar al dejar el opus son los siguientes:

1. Adaptación social: Los numerarios han pasado gran parte de su vida dentro de la institución, alejados de su familia, con una estructura social y de apoyo específica y muy rígida. Al dejarla, pueden enfrentar dificultades para adaptarse a la vida fuera y establecer nuevas relaciones sociales. Está prohibido tener amigos dentro de los otros socios, por ejemplo. Por esto mismo, su inteligencia emocional generalmente es muy baja y es muy común que no sienten empatía por otras personas. Son sentimentalmente muy duros y secos. Son muy duros y exigentes con ellos mismos.

2. Sentimientos de pérdida y vacío: Es muy común que los numerarios hayan dedicado una gran parte de su vida, energía y compromiso al opus. Al dejar la institución, es posible que experimenten sentimientos de fracaso, vacío o identidad perdida, ya que han dejado atrás una parte significativa de su vida.

3. Reorientación vocacional: Muchos de ellos han centrado su vida y carrera en el servicio a la institución. Al salir, pueden enfrentar el desafío de reorientar su vocación profesional y encontrar un nuevo propósito o dirección en su vida laboral. Su adaptación profesional puede ser muy difícil.

Es importante hacer algunas distinciones adicionales. Algunos se van porque sienten que no estaban a la altura, es decir, no tenían vocación ni la fortaleza de carácter para tomar ellos mismos su decisión de apuntarse a la obra, debido a las presiones psicológicas a las que estaban sometidos.

Otros se van porque sienten que el Opus se les quedó corto. Después de varios años, se dan cuenta de que esa ilusión de ser santos y cambiar el mundo no se ha cumplido y su proyecto de vida no es como ellos esperaban.

O puede ser que los echen simplemente porque ya no les sirven al opus.

Entre aquellos que se acercaron al opus, presionados por algún numerario en su afán proselitista, hay quienes se van, pero no terminan de salir. Se sienten fracasados y no tienen la personalidad necesaria para tomar una decisión firme y ser ellos mismos, en lugar de ser lo que les dicen que sean. No terminan de cortar el cordón umbilical con el opus y vivir una nueva vida. Desafortunadamente, es posible que nunca encuentren la felicidad. No han encontrado su nuevo lugar en la vida.

Entre aquellos que se identifican con este último grupo, he visto algunos matrimonios de antiguos socios del opus que terminan en separación o divorcio. Uno de los dos quiere que el otro haga lo que le indican desde dentro, en la casa de los Orco. La vida matrimonial se ve entonces influenciada por agentes externos extraños. En alguna ocasión, una de ellas comentaba: "Debajo de mis sábanas solo cabemos mi marido y yo". Esto lleva a problemas en la vida íntima, como lo que se puede hacer o no, qué es considerado un pecado, el número de hijos a tener, su educación y muchas cosas más.

Ser numerario o numeraria imprime carácter. Deja huella. La N tatuada en la frente cuesta mucho que desaparezca. Las cicatrices duran mucho tiempo y cuesta que sanen. No olvides que te estás casando con una persona que tiene su historia y su pasado, con el que puede haber cortado o no, con el opus.

Deseo haber podido ayudarte un poco a que puedas discernir mejor tus sentimientos. Saludos.

Cimarrón