Interesantes aportaciones de Cozumel, convencido de que el invento no tiene salida honrosa y que lo óptimo sería la extinción. Extinción que al menos por falta de numerarios se va a producir antes o después. En tu escrito empiezas refiriéndote a las prelaturas personales, figura jurídica a la que se “acogieron” sin corresponderles. Yo y mis precisiones históricas, una vez más sacadas del libro de Estruch que tiene ya unos cuantos años, “Santos y pillos” y que está colgado en esta web.

Los “capos” del “Opus Dei” participaron en el Concilio Vaticano II precisamente en la Comisión de la Disciplina del Clero y en la de religiosos. Sin embargo y curiosamente en contradicción con su cacareada santificación del laico en los quehaceres habituales, no estuvieron en la comisión de los laicos. Efectivamente, estuvieron en la Comisión del Clero, en la gestación de las prelaturas personales, su invento para sí mismos. Quiero decir que las prelaturas no fueron iniciativa de la Iglesia y luego ¡qué casualidad! Pasaron ellos y se dieron cuenta de que les venía bien dicha configuración jurídica. La realidad es que fueron los propios clérigos del opus dei, en especial Alvaro, primer sucesor del fundador, quien participó preparando el futuro, un traje jurídico que reforzara lo que siempre han buscado y han tenido, independencia de los obispos locales y de cualquier jerarca eclesial. Esa fue la prelatura personal.

No fue el final de la historia, puesto que a la hora de implementarla, para lo cual hubieron de fallecer Pablo VI y Juan Pablo I, tuvo que llegar Juan Pablo II y hubo discusión sobre la forma concreta de realizarla. Y también está en esta web la discusión, lo que pretendían y lo que el entonces cardenal Ratzinger opuso a sus pretensiones.

Me parece muy oportuna tu descripción de lo que son que suscribo al cien por cien: Una especie de orden religiosa de laicos fuera del control de la iglesia, pero usando de forma fraudulenta a la Iglesia y el mensaje de Jesús, imbricados en la sociedad civil y bajo el ordeno y mando de laicos civiles.

Sin embargo ahora que se ha producido esta denuncia con todos los sellos oportunos y que se ha enviado a las autoridades eclesiales, no hemos de olvidar que ha habido cadáveres en el camino. Que otros muchos se han enfrentado ya al “opus Dei” en los tribunales españoles con magros resultados hasta ahora. Hubo quien dejó, salud, patrimonio y hasta la vida. Recuerdo ahora a Isabel Caballero que se enfrentó en tribunales de Madrid a un famoso psiquiatra del opus dei, fallecida en 2014, a Sagrario Villanueva, pamplonesa emprendedora que también se enfrentó cuando gentes del “Opus Dei” le quisieron arrebatar su academia de formación profesional y Enrique Campos, empresario de Córdoba que sufrió infiltración y arrebato de sus empresas, bancos y jueces compinchados. Nada viene de la nada, hace ya muchos años que cuando el Opus era intocable en España, Alberto Moncada y María Angustias Moreno, iniciaron este larguísimo camino de queja que parece se concreta en algo más serio en 2023.

Hasta hoy, o “de aquí para atrás” como dicen algunos, era empresa quijotesca enfrentarse en tribunales a los prelaturos. Algunos lo intentaron y salieron escaldados. Se comprende el caso de Antonio Esquivias aunque no se comparta, con niños pequeños que criar a la salida del opus no estamos para quijotadas de enfrentamientos judiciales que en el país del opus dei se sabe, se dice se comenta, van a salir rana. Siempre a su favor, como en el caso de los documentos. Que no se entiende porque no hay derechos de autor que se hayan puesto en peligro. Pero sí ya hemos comprendido.

A la pregunta que por ningún juez te va a hacer ya que no procede ¿Por qué no denunció Ud. antes? Tengo mi propia respuesta: ya se encargaron ellos de denunciarme y de dejarme trasquilada en sanciones y pago de letrados. No había ni fuerzas ni recursos monetarios para “atacar”, solo para defenderse, sobrevivir y dar gracias de seguir sobre la tierra, respirando. En algún caso fue asombroso los cambios de juez que sufrió el procedimiento, tengo para mí que no cejaron hasta que llegó la “jueza” con vocación de cooperadora, dictó la sentencia que tenía que dictar y se largó a otro sitio. Tal cual. Alucinante pero así fue.

Mi única esperanza que como dice el refrán no hay mal que cien años dure. El tiempo pasa, nos hacemos viejos, los jueces y fiscales también se jubilan, y seguro que el omnímodo poder opus en los juzgados tiene fecha de caducidad. Ojalá, hoy por hoy no me fío todavía de iniciar acciones en la justicia española, quien pueda y tenga ganas que lo haga. Faltaría más, pero es complicado y todavía hay alguien en Tarragona que se queja de la “mano” larga en esa circunscripción.

Dejando aparte el tema opus, los jueces españoles están muy cerca del poder, es difícil ganar cuando te enfrentas a quien tiene la sartén por el mango.

El único caso que he visto ha salido bien en la justicia ha sido el de Catherine Tissier en Francia, numeraria auxiliar que tras 10 años de procedimiento obtuvo que se le reconociera solo y exclusivamente que había sido explotada laboralmente. Asuntos sectarios, de abusos de poder espiritual e incluso lavado de dinero negro… quedaron aparte porque no eran objeto de la querella. Pero los jueces hicieron su trabajo, investigaron y sacaron conclusiones.

Saludos,

Ana Azanza