En referencia al escrito de Zartan sobre "el otro vacío" de su estancia en la Obra, y en la que tiene más razón que un santo, simplemente aportar mi experiencia personal como el pesado de la fotos por mi hobby, que finalmente me llevó al encargo de fotografía en los seis años que fui numerario.

Como pertenencia personal previa tenía una pequeña cámara Olympus que duplicaba negativos (un carrete de 36 fotos eran 72 fotos) por tanto, me adaptaba normalmente a la cámara de cabecera del centro. Pasé por cuatro centros en ese tiempo, tres de los cuales, incluido el Centro de Estudios, tenían la misma tienda de fotografía (creo que de un cooperador) como referencia de impresión a papel, por lo que al final conseguí buena relación con él para lo que era el "color". El blanco y negro a la ampliadora que se podía acceder en el Colegio Mayor o club.

En ese tiempo más que por no tirar nada en espíritu de pobreza, sino por aprovechar fotos para las fiestas (foto que uno salía con los ojos cerrados o cara rara, pero para otro podía servir en su cumpleaños) fui acumulando en cajas de paquetes de folios esas fotos, y sobre todo los negativos de todo el periodo que guardé en los botecitos con los que daban los carretes. Como también guardaba muchas fotos relacionadas con mis estudios, al dejar la obra tres meses antes de acabar el Centro de Estudios fueron parte de mi equipaje.

Esas cajas quedaron en el olvido en la casa paterna durante muchos años. Y al tener que vaciar la casa las volví a encontrar poco antes de la pandemia. Con el confinamiento y por no subirme por las paredes, comencé a digitalizar esos archivos, fotos y negativos. Incluso editar muchas de las fotos. Como mantengo relación con muchos de los que compartí aquellos años felices 80 (la mayoría también fuera) se las fui mandando. Además de la reacción de "¿cómo tienes tú eso?" y muchas risas porque las fotos que quedaban en mi poder eran de las que no podían salir en ningún lado. En general, de muchos recibí el agradecimiento por haber podido enseñar a su familia alguna imagen de cómo era él en su etapa universitaria, y llenar ese vacío. Muchas fotos que nunca llegaron a papel y solo estaban en un negativo en blanco y negro "porque había que terminar el carrete para revelar una foto y pasar una reseña de una tertulia al periódico". Y sí puedo decir que he disfrutado de muchas de ellas como aficionado porque antes había que pensarse mucho el apretar el disparador.

Entiendo perfectamente lo que dices Zartan porque es un vacío importante. No te servirá de consuelo: decía Alfonso Guerra que "el que se mueve no sale en la foto". Pero el que las hace tampoco.

Un abrazote,

Vamoraver