Ayer por la noche me quedé hasta tarde viendo los dos últimos encuentros (14/04/2023 y 21/04/2023) de “Coloquios en libertad sobre el Opus Dei”. Muchísimas gracias Antonio Moya. En ambos se sumó una participante que pertenece al Opus Dei.

Quiero compartir mis impresiones. La lucidez de G., (numeraria de la institución) no la he visto en nadie dentro del Opus Dei. No la vi en ninguna de las directoras de los centros en los que viví en los años que estuve dentro –más de diez–. Tampoco en ninguna de las directoras de la Delegación o de la Asesoría con las que eventualmente pude conversar. En ninguno de mis diálogos con nadie vi esa claridad. Vi en ella a una persona con una capacidad de lectura, de interpretación y reflexión brillantes. Una persona capaz de mirar hacia adentro y hacer una autocritica. Realmente la admiro. Creo que, si hubiera habido más gente en la Obra como ella, distinta hubiera sido la historia.

Encuentro muy apasionante todo lo que dice. Puede hacer una descripción pausada, clara y distinta. Admiro su coraje, su valentía para presentarse y decir: Esto soy yo. No es una postura. Realmente está defendiendo algo en lo que cree, en contraposición a lo que debería creer o afirmar o defender por ser de la Obra. Ahí no hay nada de argumento adquirido y repetido hasta el hartazgo dentro de la institución. No es algo que haya visto con frecuencia -ni sin frecuencia- estando dentro. Simplemente no lo he visto.

Es muy interesante que haya querido participar desde un principio sin decir que estaba allí hasta que finalmente recogió el guante y decidió hacerlo.

Hay quienes han hecho elogiado su participación y quienes han hecho alguna crítica. Mi reflexión es que si ella en vez de decir “Yo estoy dentro del Opus Dei y veo todo esto de esta manera”, hubiera dicho “Yo ayer me fui de la Obra”, los argumentos que ella razona y expone les parecerían maravillosos a todo el mundo. Alguna interpelación por seguir dentro no tiene sentido ya que es su decisión, como lo fue la nuestra mientras permanecimos allí. Después, Gracias a Dios nos fuimos.

Recordemos que nosotros también pasamos por lo mismo. Y como bien dice G., hemos sido Víctimas, pero también Victimarios. En menor o mayor grado todos hemos sido parte de ese engranaje. Todavía nos queda mucho por aprender.

Tiene una visión de la Obra en su espíritu original que nunca se tendría que haber corrompido. Pero se corrompió y no simplemente por una interpretación errónea de algún director apasionado. No hay una mala interpretación de una o más personas concretas. Hay una tergiversación casi desde los orígenes.

Es muy interesante todo lo que plantea desde una cabeza brillante. Luminosa. Es para ver por dónde va a seguir. Y muchísimas gracias por esos textos tan esclarecedores que has compartido en el encuentro.

Hay gente que pareciera no haberse ido nunca del Opus Dei. Su vida sigue atada a todo eso. Es sumamente importante preocuparse por que la Obra reconozca sus errores, que haga justicia, que desaparezca o que implosione, pero cada uno debe seguir adelante con su vida. No se puede estar pendiente de que las personas de la institución hagan esos reconocimientos para tener nosotros una Vida más Plena. Es una locura seguir atados a eso. Es no haberse ido nunca (perdón por repetirme). Es pedir cosas que no sabemos si las van a hacer, y seguir esclavizados a la institución, aunque hace años que nos hayamos ido.     

Over the rainbow