Algo que llamaba la atención del opus dei era el corte laical que decía tener: santificar el trabajo y lo corriente de cada día, y agregaban sin "hacer cosas raras". Los recientes artículos de Gervasio: “La progresiva pérdida de secularidad del Opus Dei” y CRNUMEROBAJO: “Mentalidad sacerdotal y alma clerical”, me hicieron revivir lo que compartí en RETROSPECTIVA. Copio unos extractos entre comillas y agrego alguna reflexión

“En la obra el clericalismo es sustantivo. Hasta la mentalidad laical enunciada es clericalismo al extremo. Un asfixie que empezaba con el tomo de meditación, y con el desayuno las noticias y comentarios sobre el Papa, los obispos, el prelado de turno. Luego el almuerzo y tertulia con la última noticia sobre el Papa, los obispos y el prelado. Los detalles más mínimos. Los viajes del padre. Consignas. Videos. Películas. Documentales. Y en la comida otra vez. Y en todas las tertulias. Y de lunes a domingo. Todas las semanas. Todos los meses. Todos los años. Empecé a hastiarme. ¿Así iba a ser mi vida? ¿Labores internas, hablar de la iglesia y de la obra todos los días? ¿Es eso lo que hacen los cristianos corrientes todos los días? ¿Y el medio del mundo? ¿Dónde estaba? ...”

“…Yo lo que quería era tener una vida corriente, trabajar y esas cosas. Mientras tanto, venga, a tener más fe y visión sobrenatural. Y con la misma, venga atiende este retiro, y esta convivencia. Y da este círculo. Y lleva estas charlas de supernumerarios. Y encárgate de estos asuntos del centro ... ¿Y también vas a trabajar mañana? Pues, anda, que le estás quitando tiempo a la labor...”

Al término de mi estancia en la obra en repetidas ocasiones me quejé del clericalismo, pero no me entendían o se hacían los desentendidos. Me justificaban que les parecía lógico que las cosas de la iglesia y de la obra fueran los temas recurrentes de la vida en familia, lo que denotaba falta de celo apostólico de mi parte. El problema para mi es que era todo el tiempo. Y no estaba de acuerdo con que eso fuera lo ordinario de la vida, incluso, según mi entender, estando bajo el régimen del prelado y comprometido con los fines corporativos de los apostolados del opus dei. Creía, y creo, que se puede ser cristiano corriente sin estar hablando del papa, el prelado, los obispos, los párrocos, el vicario y los curas numerarios, y sin estar haciendo directamente tareas relacionadas o en relación a ellos, porque el mundo es amplio y no se limita a la burbuja clerical. Lo que queda claro es que yo estaba fuera del lote y esperaba unos comportamientos que en la práctica no se daban porque de hecho y derecho, y sin saberlo, uno estaba en una organización clerical, aunque te decían otras cosas que al mismo tiempo contradecían. Agotador.

Esa tensión viene de origen con un interplay entre el régimen del prelado, y el espíritu de la obra que fomenta el clericalismo. Si no recuerdo mal, a uno le hicieron aprender de memoria que el opus dei es una prelatura personal con estatutos propios y de ámbito universal constituida por sacerdotes y seglares que con peculiar vocación divina y bajo el régimen del prelado se comprometen a vivir las virtudes y hacer apostolado cada quien en su estado mediante la santificación de su trabajo profesional de acuerdo con el espíritu de la obra.

La pregunta que me queda con “Ad charisma tuendum” es si la sustantiva mentalidad clerical de la jerarquía sacerdotal y laica de la obra, tienen las competencias para difundir el carisma de la santificación de la vida ordinaria a lo interno. Creo que hacia afuera sí, entre otras razones porque la llamada universal es universal, y de hecho así lo hacen ya. Ahora, opino que hacia lo interno no, mientras no se implemente una reforma al régimen de la cooperación orgánica. Si la cooperación orgánica sigue igual y subordinada al clero y a los fines corporativos de la prelatura, y no se defina transparentemente qué es el espíritu del opus dei, no será fácil tutelar el carisma de la de la santificación de la vida ordinaria a lo interno, si al final, unos cristianos corrientes están bajo un régimen clerical, haciendo un apostolado corporativo dirigido por clérigos. Ahora creo entender mejor el sentido de lo de menos jerarquía y más carisma que quiere el papa. 

Lo que opino debe transparentar la obra es qué tan corrientes son esos cristianos que cooperan bajo un régimen clerical. ¿Qué iniciativas de reforma presentará la prelatura para preservar el carisma a lo interno del opus dei, en particular a los cooperadores laicos célibes por elección-vocación?

Fantasioso