Viendo las tremendas consecuencias, de tipo teológico, canónico, social, económico, et., que está teniendo sobre el Opus Dei los sucesos de este verano, quizá hemos dejado de lado algunas más sutiles y quizá por ello no tan evidentes. Me refiero al fracaso de la importantísima misión que, hace años, trajo desde Argentina a Mariano Fazio a Roma. Y no es otra que el convencer al Papa, recién elegido, compatriota suyo y supuesto amigo, para que ordenara obispo al Prelado Ocariz. Por eso se dedicó Fazio, durante años, a darle la tabarra al Papa, noche y día y oportuna e inoportunamente, para que le ordenara obispo.

Estaba en juego muchísimo que la Prelatura tuviera encaje en la estructura jerárquica de la Iglesia por la vía de los hechos consumados. "Si todos los prelados han sido siempre obispos, es que es necesario ordenar de obispo al siguiente, y al siguiente y así sucesivamente... Si todos los prelados del Opus Dei han sido obispos, entonces la Prelatura es una cuasi diócesis y parte de la estructura jerárquica de la Iglesia". Pero este razonamiento, erróneo, chapucero, mal construido, superficial, infantil, inmaduro y torticero ha hecho que les haya salido el tiro por la culata y que el daño ocasionado por el Motu Proprio a los que pretenden que el Opus sea diócesis ha sido devastador.

El que Ocariz no sea obispo, ni ninguno de sus sucesores tampoco, le relega claramente al ámbito carismático. Antes de la percusión continua de Fazio al Papa sobre el tema del obispado estaban en el limbo. Y ahora echarán de menos ese limbo, donde comprobarán que se vivía muy bien, dependiendo del dicasterio de los Obispos, con informes cada cinco años y vistiéndose de vez en cuando de obispo para quitarle el polvo a los ropajes episcopales. Ahora ya los pueden ir vendiendo de segunda mano o regalárselos a algún obispo necesitado de una de las muchísimas diócesis que no tienen ni para báculos, mitras ni anillos.

La modificación de los estatutos, el informe anual al dicasterio del Clero, el que aparezca en el Motu Proprio que los laicos son cooperadores orgánicos, la prohibición de ser obispo, el nombramiento de Protonotario, deja al Opus Dei muchísimo peor de cómo estaba hacía solo 3 meses. 

Si Fazio fuera entrenador de fútbol, haría inmediatamente las maletas. Si Fazio fuera CEO de una empresa, sería expulsado del consejo de administración. Si Fazio fuera comandante de un cuerpo de ejército, sería degradado. Pero como Bruno Buozzi debe ser ahora el reino de la piruleta y del algodón de azúcar, poblado de inútiles, infantiles, desnortados y chupópteros, seguro que le animan a seguir "con la ilusión puesta en el siguiente Papa". Si esta gente, además de jugar al golf-tenis-pádel un día sí y otro también, siguiera las noticias y leyera lo que hace el Papa, se darían cuenta de que, vistos los nombramientos que se han hecho de cardenales electores y de cómo está el patio, con el siguiente papá les va a ir mucho, pero que mucho peor. 

Si no fuera porque está en juego el sufrimiento de mucha gente, está traca final del Opus Dei merecería ser tratada como un episodio de los famosísimos Hermanos Marx. 

Os deseo a todos un buen inicio de curso, al menos en el hemisferio norte...

Un abrazo a todos y todas,

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