Bienvenido a Opuslibros
Inicio - Buscar - Envíos - Temas - Enlaces - Tu cuenta - Libros silenciados - Documentos Internos

     Opuslibros
¡Gracias a Dios, nos fuimos
Ir a la web 'clásica'

· FAQ
· Quienes somos
· La trampa de la vocación
· Contacta con nosotros si...
· Si quieres ayudar económicamente...
· Política de cookies

     Ayuda a Opuslibros

Si quieres colaborar económicamente para el mantenimiento de Opuslibros, puedes hacerlo

desde aquí


     Cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información aquí

     Principal
· Home
· Archivo por fecha
· Buscar
· Enlaces Web
· Envíos (para publicar)
· Login/Logout
· Ver por Temas

     Login
Nickname

Password

Registrate aquí. De forma anónima puedes leerlo todo. Para enviar escritos o correos para publicar, debes registrarte con un apodo, con tus iniciales o con tu nombre.

     Webs amigas

Opus-Info

NOPUS DEI (USA)

ODAN (USA)

Blog de Ana Azanza

Blog de Maripaz

OpusLibre-Français

OpusFrei-Deutsch


 Tus escritos: Ya pidieron ser escuchadas en vez de explotadas.- Antonio Moya

077. Numerarias auxiliares
Antonio Moya :

 

CUANDO ERAN DEL OPUS, YA PIDIERON SER ESCUCHADAS EN VEZ DE EXPLOTADAS


Sigo atentamente el curso de lo de las ex numerarias auxiliares argentinas.

Y observo. Solo con observar ya se queda de piedra cualquier persona normal –repito, normal– ante lo que tiene delante, con independencia de que conozca poco o mucho acerca de esta secta de la Iglesia Católica.

Aparte de lo que ya dije en mi anterior colaboración en este medio, referente a la ignorancia supina, mezclada con arrogancia, por parte del vicario de la región del Plata, hay algo que tenemos delante y que vale la pena observar: Una institución de la Iglesia Católica lleva a cabo algo tan “extraordinario” como es formar una “comisión de escucha”, hasta el punto de que lo considera una noticia relevante como para ponerla en su página web...



A quienes nos hemos tomado en serio a Jesucristo nos parece esto tan surrealista que no acabamos de creer que se de en el mundo real: ¡Crear una comisión para escuchar! Y todavía peor: Apoyar la solvencia de dicha comisión en una serie de titulillos y curricula vitae de los integrantes de dicha comisión…

Vamos a ver: Para escuchar no hacen falta comisiones. Lo único que hace falta es tener la disposición de escuchar y querer escuchar. Sobran títulos. Lo único que hace falta es tener corazón. Ni siquiera hace falta pertenecer al Opus o incluso a la Iglesia Católica, ya que hay muchas personas que no pertenecen a la Iglesia Católica pero tienen corazón y saben querer.

Quizá luego vengan teólogos rancios de teología barata diciendo que tales personas, quizá sepan querer pero no tienen infundida la virtud cardinal de la caridad. Probablemente esas personas quizá no han leído a san Juan de la Cruz cuando nos dice lo que nos pasará “en el atardecer” (se supone, de la vida), sin mencionar ahí a católicos o no católicos, opusinos o no opusinos, etc.

Me decía hace años un amigo mío cura de parroquia (de esos que en el Opus Dei llaman “fontaneros”, para distinguirlos de los curas numerarios, que obviamente son la aristocracia de la inteligencia) que el lenguaje del amor lo entiende todo el mundo.

O sea, que escuchar es una actividad al alcance de todos. Claro que con un presupuesto previo: estar dispuesto a amar.

Lo “malo” de la escucha es el factor sorpresa: hay que estar dispuesto a dejar inmediatamente otras cosas aparentemente más importantes para dedicarse en exclusiva a “acompañar”. Es lo que hizo el samaritano al encontrarse a ese hombre herido entre Jerusalem y Jericó. No pasó de largo. Cambió de planes por atender a un pobre hombre desconocido y sin blanca porque le habían robado (no tenía nada que ofrecer a cambio de la ayuda).

La escucha no es cuando nosotros digamos, sino CUANDO LO NECESITA QUIEN QUIERE SER ESCUCHADO.

Pienso en las 43 exnumerarias auxiliares y en sus momentos de angustia en los que pidieron ser escuchadas en vez de explotadas. Estoy seguro de que hablarían con alguien con la esperanza de encontrar algo más que un muro frío y duro. Buscaban un corazón simplemente. Un corazón que no encontraron en esa institución en la que machaconamente les repetían como un mantra que “el Opus Dei es tu familia”.

A mí también me pasó algo parecido cuando me empecé a dar cuenta de que ni el Opus Dei era mi familia ni reinaba el amor o la caridad en el centro donde vivía.

Acudí al vicario delegado de Sevilla, que entonces era Juan Vera, fallecido en Córdoba el pasado 19 de marzo de este año. Le expuse en una carta, que le entregó en mano uno de la delegación, algo tan grave como que en el Opus Dei no hay caridad.

Inciso: Algo parecido hizo el autor del Apocalipsis – que por supuesto, no era el apóstol san Juan, aunque se llamara también Juan – al dirigirse a los “ángeles” de las siete Iglesias de Asia Menor. Ni que decir tiene que esos “ángeles” eran los obispos de esas iglesias, es decir, los que hacían cabeza en ellas, los últimos responsables de la fidelidad de esas iglesias a Cristo. Eran algo así como los “directores” de esas iglesias.

Cuando se dirige a la iglesia de Éfeso, le viene a decir lo mismo que yo le dije a Juan Vera: que en su iglesia (en el centro donde yo vivía) se había perdido la primera caridad.

En ese tiempo, a mí se me descomponían las tripas cuando después de la misa en el centro los numerarios cantábamos en latín el Ubi Caritas y luego todo el mundo se iba a sus anchas al comedor a desayunar.

“Donde hay caridad y amor ahí está Dios”

¿Cómo es que esto no interpelara a aquellos del centro de Ramírez de Arellano que descaradamente no vivían la caridad?

Juan Vera tardó dos meses en contestarme –el amor, dicen que es “diligente”– y cuando lo hizo fue, en vez de asumir él la escucha, derivarme precisamente a aquellos que no estaban viviendo la caridad conmigo, a la sazón, miembros del consejo local. Vaya, era como decirle a la oveja que busque comprensión en el lobo. Increíble.

Una frase repetida hasta la saciedad en el Opus Dei, citando a san Josemaría es esta: “La caridad, más que en dar, está en comprender”.

Y se quedan tan anchos.

Vamos a suponer por un momento que esta afirmación es correcta. Ahora bien, para comprender, primero hay que escuchar.

Debido a que eso de escuchar nunca se ha estilado en el Opus Dei, empezando por el fundador (pues escuchar supone la predisposición implícita a cambiar de parecer u opinión en la medida en que el escuchado nos convenza, algo imposible en el Opus Dei, pues antes de pensar, se vive “la unidad” con quien hace cabeza y con el prelado, a quien ellos llaman “Padre”, en contra de lo que nos aconsejaba Jesucristo, recordándonos que uno solo es nuestro Padre, nuestro Padre-Dios), difícilmente se llegará a comprender a otra persona, si uno no se ha metido en la piel del escuchado previamente (he dicho “meterse en la piel”, no revolotear por la superficie).

Esto, en el supuesto de que demos por aceptable que la caridad, más que en dar, está en comprender. Aun así, difícil lo tienen los del Opus.

Pero es que, la caridad no está en comprender; está en DAR-SE. Repito, ni en dar ni en comprender; en darse, en entregarse a la persona necesitada de amor.

Yo preguntaría a todas esas personas que ocupaban cargos de dirección en el Opus Dei y que en el curso de la vida se cruzaron con alguna o varias de esas 43 exnumerarias auxiliares que, por encima de todo, en unos momentos de angustia, lo único que querían era alguien que las escuchara – que les amara – en su zozobra, y no lo encontraron. Yo les preguntaría, no si les “comprendían”, sino si las querían hasta el punto de hacer suyas esas zozobras, de ponerse a su lado, de defenderlas en sus derechos, sin miedo a que las destituyeran del cargo de gobierno que tenían en el Opus en ese momento.

El samaritano no pasó de largo como los anteriores, uno de ellos, levita, una especie de “director” en la sociología religiosa judía del momento. Tomó el asunto como propio. Le curó las heridas, le llevó a una posada, se rascó el bolsillo…

¿Qué habéis hecho los del Opus con “vuestros” heridos?

Ni curarles las heridas –causadas por vosotros mismos– ni escucharles, ni cuidarles, largándolos fuera y sin blanca, quedándoos con el dinero de quienes han terminado “exprimidos como un limón”, ignorarlos como “cuerpo extraño”, etc.

¿Os extraña que os lleven al juzgado?

Y encima creáis una “comisión de escucha”.

En cierto modo, esto es lógico, ya que vosotros no tenéis práctica de escuchar. Lo único que hacéis es “llevar charlas” rutinariamente cada semana o cada quince días, según se trate de numerarios o supernumerarios. Pero eso no es escuchar. Escuchar es otra cosa bien distinta para lo que no hace falta montar comisiones esperpénticas de escucha desde vuestro palacio argentino que, por cierto – corríjaseme si me equivoco – fue un regalo de Videla y sus amigos – sí, esos de los escuadrones de la muerte – al Opus Dei de Argentina.

Para escuchar el único mérito del curriculum vitae es tener corazón, no más. Y vosotros lo entrenáis desde que empezasteis a ser del Opus Dei para que sea lo contrario de lo que decía el profeta Ezequiel, que quería cambiar el corazón de piedra por uno de carne, mientras que vosotros lo endurecéis para que sea de piedra, pues ya se sabe, por san Josemaría que, si no se le aherroja, “hace traición”.

Estoy plenamente convencido de que con gente que se entrena años y años para insensibilizar el corazón porque le tiene miedo, con gente así no se puede hacer nada positivo mientras no les pase lo que decía Ezequiel, que cambien ese corazón por uno, no especial, simplemente de carne, normalito, como el del resto de los mortales.

Leo en OpusLibros que el jovencito vicario del Plata, el de la bici, el que tuvo la genial idea – junto con los de Roma, seguro – de montar esa comisión, no se ha presentado el pasado 8 de julio en el despacho del abogado de las 43 ex numerarias auxiliares.

Si tantas ganas tiene de escuchar, ¿Qué más le da hacerlo en su palacio que en el despacho de un abogado, que además es el INTERLOCUTOR LEGAL de esas personas a las que él está dispuesto a dignarse escuchar?

Te lo voy a decir muy claro, vicario jovencito, para que se lo transmitas a los de arriba, si te place: Eres un cobarde.

Me he encontrado en mi vida profesional gentes muy parecidas.

El conocimiento es poder.

En muchísimas ocasiones de mi vida profesional me he visto delante de personas de condición humilde. En esas ocasiones se da uno cuenta de que la superioridad de conocimiento puede ser ejercida de forma perversa porque la falta de conocimientos es una forma más de pobreza, de indigencia, de vulnerabilidad. Me he dado cuenta en esas ocasiones que, si quería, podía abusar de esas personas. Las tenía en mi mano.

En mi vida profesional he visto no pocas veces el abuso ejercido sobre personas que padecen esta vulnerabilidad por parte de quienes tienen los conocimientos, no para servir a los demás, sino para abusar de ellos. En mi opinión, esto es algo abominable, abyecto. Por eso, he empleado hacia ti la palabra más suave que he encontrado: cobarde.

Porque no es lo mismo que, en tu palacio, una comisión de gente con títulos de relumbrón acorrale a una mujer que precisamente no se ha desarrollado profesionalmente todo lo que hubiera podido por vuestra culpa; no es eso lo mismo que el que tú vayas a plantearle lo que sea a un letrado, con estudios, preparación, solvencia profesional, experiencia jurídica y ética.

No es lo mismo.

El conocimiento es poder, y tú lo sabes.

Es verdaderamente ruin ese modo de administrar el conocimiento. No has tenido lo que hay que tener para dar la cara ante quien sabes que tiene tanto poder (conocimiento) como tú.

Muy valiente para dignarte a recibir a unas pobres mujeres y muy cobarde para ser recibido por su abogado.

Pura observación.

Preparaos porque el Papa parece que tiene ganas de pisar el acelerador de las reformas. El mes de agosto va a ser interesante, con una traca final los días 27, 28 y 29.

Una vez que el marco jurídico está ya claro –Praedicate Evangelium– se trata de cumplirlo. Y parece que el Papa tiene prisa.

Evidentemente, Praedicate Evangelium no se agota con lo de las prelaturas personales, por supuesto. Pero ese “marear la perdiz” que venís practicando en el Opus Dei respecto al Papa, me parece que se os está acabando.

Leeros la carta del Papa de 20 de agosto de 2018 por si todavía no os habéis dado cuenta del mundo en el que vivís.

Y poned vuestras barbas a remojar porque ya hay unas pocas instituciones que han sido suprimidas por el Papa, la última de ellas se llama – se llamaba – precisamente “Totus tuus”.

Ocáriz, despierta, que los tiempos han cambiado, que el Papa lleva varios años diciendo en su felicitación navideña a la Curia Romana que “no estamos en una época de cambios, sino en un cambio de época”.

¿Llegaréis al centenario?

No sé, no sé…

Antonio Moya Somolinos.

 




Publicado el Wednesday, 20 July 2022



 
     Enlaces Relacionados
· Más Acerca de 077. Numerarias auxiliares


Noticia más leída sobre 077. Numerarias auxiliares:
Mi testimonio. Numeraria auxiliar durante 24 años.- Leonisa


     Opciones

 Versión imprimible  Versión imprimible

 Respuestas y referencias a este artículo






Web site powered by PHP-Nuke

All logos and trademarks in this site are property of their respective owner. The comments are property of their posters, all the rest by me

Web site engine code is Copyright © 2003 by PHP-Nuke. All Rights Reserved. PHP-Nuke is Free Software released under the GNU/GPL license.
Página Generada en: 0.129 Segundos