Hace poco salió un vídeo cortito qué hicimos las 42 que se animaron a mostrar la cara y a que las conozcan o reconozcan. Chicas muy humildes y con muchas necesidades materiales, esperando un poco de justicia y reparación física,económica y psicológica. Es triste ver y pensar cómo la obra de Dios se toma su tiempo para reparar sus errores, errores reconocidos por sus ex integrantes pero no reconocidos por la obra de Dios.

Muchas fuimos humilladas y maltratadas psicológicamente algunas al punto de pastillas y tratamientos con electroshok afectando su psiquis. Cómo si fueran enfermas y las quisieran curar de las ganas de irse de esa obra de Dios. Es lamentable cómo la obra… esa que una vez fue mí familia con lazos más fuerte que los de la sangre todavía nos siga haciendo daño y afectando, con el silencio. Sin pronunciarse. Sin pedir perdón. Sin hacer justicia. Es evidente que la justicia es lo que menos le importa, bueno ya sabemos que jamás les importo nuestro bienestar físico y psicológico ahora sabemos que tampoco les importa darnos lo que queremos o merecemos.

Cuando algunos conocidos míos vieron el video me escribieron deseandome que cerrará esa etapa de mí vida, les respondí que eso es imposible porque todo está grabado en mí alma. Es de no creer pero a veces me encuentro rezando el padre nuestro en latín. O cantando canciones de casa. O a las 12 el ángelus. Cuando voy en el tren pienso que esas personas son almas que buscan a Dios. Todas esas cosas están grabadas y son imborrables, también sé que eso les pasa a todos los que nos bajamos de la barca. La obra no sólo nos hizo daño estando adentro, lo sigue haciendo estando afuera. No sólo nos dejó desamparadas ,sin dinero. Sin estudio y sin educación sino que también sin justicia.

Pienso en esas mujeres que están internadas en un geriátrico dónde las pusieron sus familiares de sangre porque se fueron de la obra ya grandes y sin nada después de dar toda su vida al Opus. O una que conocemos que está internada porque cuando ya no le servía a la obra la descartó acusándola de ladrona y la sacó afuera cuando ella todo lo que tenía era la obra. ¿Qué hace una mujer de 50 años afuera? Sin dinero. Sin educación. Sin profesión. Sin familia ni amigos. Sin hijos y sin la posibilidad de tenerlos, sin legado. Desapareces sin dejar absolutamente nada.

Pacha