Me engañaron y engañaron a mis padres diciéndoles que me traían a un colegio, en el cual podía estudiar y vivir como en mi casa. La realidad es que me enseñaron a trabajar como una adulta, con sólo 14 años y medio. Lejos de mis padres no podía hablar con ellos. Antes de hacerme del Opus había una numeraria y una nax que todos los días hablaban conmigo de la obra y de la vocación divina. Yo, aterrada, no sabía qué hacer, nunca había ido a misa ni había hecho la comunión. Ellas me daban todas las clases y me mandaban a confesar, ya que vivía en el centro y era totalmente una presa fácil.

Pasaron seis meses y me captaron como numeraria auxiliar. Qué nervios. No podía pensar en mis actos. Con esa edad qué podía decidir yo. Ellas eran las decidían y ejecutaban todo porque, decían, era la voluntad de Dios.

Ahora leyendo el escrito de Mediterráneo me afloró toda mi historia en la cabeza.

No fui a visitar a mis padres por varios años. Cuando me tocó ir a visitarlos porque lo pedí me mandaron con una numeraria extraña para mí y para mí padres y aunque fueron reservados por su educación, no les parecía lindo estar con una extraña. Yo no podía hablar con ellos libremente, tampoco ellos preguntarme qué hacía a qué me dedicaba, etc. Ante cualquier duda estaba la numeraria para responder. Así fueron alejándome de mis seres queridos.

Con el tiempo me fui dando cuenta que tampoco era familia lo que me habían ofrecido.

La que fue amiga para engancharme ya no hablaba conmigo. Pasé a hacer la charla con una numeraria que me daba miedo, me ponía muy mal en ese rato de no saber qué contar.

Qué control había sobre las nax, por Dios.

Sólo me daría paz ahora si son humildes y piden perdón, especialmente las que salieron a hablar cuando salió la nota de las mujeres en Argentina, cosa que destapó una olla que sigue explotando cantidad de mentiras, abusos etc.

Tengo la paz y la tranquilidad de haberme sacado un gran peso de mi alma. Porque pude sacar a ventilar toda las mentiras y la mugre de mi alma. Porque confío que hay una justicia divina. Que no puede ni debe ganar el mal, el bien siempre vencerá. 

Como dice el Evangelio, la Verdad os hará libres.

Anímense a salir a buscarlo.

Lgracem