Si desde temprano Escrivá se dedicó a los más humildes, a los pobres de los barrios más depauperados de Madrid, ¿Cómo puede ser que luego implementara dentro de su organización un sistema para explotarlos? Esta sola pregunta podría echar por tierra la canonización de Escrivá, pues abre la puerta a un gran escandalo.

Porque aparentemente eso es lo que hizo al crear la categoría de numerarias auxiliares.

Los abusos denunciados recientemente frente a la Santa Sede no son algo nuevo: ya sucedían en época del fundador, no son algo que se produjera luego de su muerte, como una desviación del espíritu fundacional.

Las numerarias auxiliares son laicas y por lo tanto no pueden ser equiparadas a las religiosas (aunque sí comparadas, pues tienen varios elementos en común, copiados por Escrivá de la vida religiosa conventual).

Lo "novedoso" de Escrivá fue hacer que laicos vivan como religiosos sin que sean conscientes de ello (sin que se den cuenta), haciéndoles creer que su vida no tiene ninguna relación con la de los religiosos, al mismo tiempo que viven como éstos. En todo ello se beneficia el Opus Dei (obteniendo obediencia, sometimiento, entrega) y pierden los laicos (sufren un vaciamiento como en cualquier despojo involuntario, cuando no son los fusibles de una estructura que es clerical, como la prelatura personal).

Y en el caso particular de las numerarias auxiliares, se agrega la explotación laboral (la mano de obra gratuita) vinculada a una vocación de entrega total (impuesta) que ha impedido a innumerables mujeres abandonar o cambiar de profesión e incluso progresar intelectualmente (dentro de esa prohibición habría que enmarcar posiblemente la legitimación de la defraudación que implica brindarle a estas personas estudios que luego no tendrían validez oficial y también la reducción a un tipo de vida infantilizada y con gran limitación en lo que hace a la libertad de movimiento).

Lo más probable es que esa historia de dedicación a los pobres por parte de Escrivá sea algo semejante a lo que luego terminaron siendo las llamadas "visitas a los pobres" institucionalizadas dentro del Opus Dei para fines proselitistas, es decir, como medios de manipular las conciencias para promover la entrega total al Opus Dei y la generosidad de las personas en beneficio del Opus Dei, no de los pobres.

Si Escrivá hubiera tenido esa sensibilidad hacia los pobres (que él mismo se adjudicaba) difícilmente habría permitido que se explotara humana y laboralmente a mujeres (especialmente vulnerables por su situación económica) dentro de su propia institución y menos aún creado un sistema para ello.

El Opus Dei solía ser acusado de elitista. Al parecer es mucho más que eso: no solo que no se dedica a los pobres sino que -conforme a la denuncia- los explota y somete sus conciencias cuando necesita mano de obra gratis.

E.B.E.