Romerito :
Mi jefe, supernumerario high class del Opus, se le ha dado siempre por negar las soluciones médicas a los problemas sanitarios, ahora más que nunca.
Hace un par de décadas, en pleno debate de la obligatoriedad de vacunar de la meningitis a los niños, se manifestó abiertamente y activamente contra tal práctica. Pero al poco tiempo, uno de sus hijos menores contrajo la enfermedad y estando en la UVI al borde de la muerte, nos pedía insistentes oraciones y novenas al santo de su devoción $JM€.
Afortunadamente, aunque en tiempo de descuento, se salvó. Lógicamente lo atribuyó a su santo preferido. Pero los problemas que el niño había causado a todos los compañeros de clase y respectivas familias por los tratamientos preventivos a causa del contacto, costó penalidades y lo siguiente.
Hoy en día, con la pandemia que nos ha caído, no podía ser de otra forma; el "super" de tres al cuarto sigue siendo un negacionista de tomo y lomo.
Creo que alguien ya planteó aquí en su día la sospecha: parece ser que en los ambientes más fanático-religiosos hay mayor propensión, repito, mayor tendencia manifiesta, a llevar la contraria en temas de salud.
Quizás alguien pudiera dar alguna razón plausible.
Respetando todas las opciones posibles dentro de la ley y sin pisar el derecho a la salud del prójimo, cada cual piense y haga lo que crea conveniente. Allá él y los suyos, pero para la inmortalidad deberán esperar.
Romerito
Nota de Agustina.- Elena (Aquilina) escribió al respecto de tu duda.
Publicado el Monday, 20 September 2021
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