DATOS OBJETIVOS

  9. Parece que es pero no es: pobreza en clave interna

En el Opus Dei dicen que viven la virtud de la pobreza. Pero se trata, de nuevo, de una simulación. Lo que viven ellos no es ni virtud ni es pobreza, sino más bien una serie de clichés, eslóganes y de máximas que se viven en clave interna para que las bases traguen con circunstancias muy difíciles de disimular, como es la vida de lujo de la élite de prelaturianos…

Si preguntas a cualquier hijo de vecino por la organización Opus Dei, lo primero que se le viene a la cabeza es hablar de riquezas ocultas, dinero y poder. Es la imagen que da tanto la Prelatura de la Santa Cruz como la Asociación Opus Dei hacia fuera. Y lo más sorprendente es que no se preocupan de anularla o disimularla. Se dicen a sí mismos que quieren empezar a hacer apostolado con los más pudientes y adinerados para luego llegar a los pobres y desarrapados. Y se quedan tan tranquilos. No mueven un dedo por los que más lo necesitan y se dicen: “tranquilos, algún día llegaremos a todos”. Y mientras, a vivir a tutiplén a costa de las bases, de las aportaciones conseguidas con mucho esfuerzo por los supernumerarios/as, por los célibes que trabajan, de las herencias y de alguna aportación esporádica de cooperadores.

La pobreza se enseña en clave interna, ya que externamente se vive a todo lujo sin disimulo. Los Audis y BMWs salen de los garajes de Bruno Buozzi, de las comisiones y asesorías, de las delegaciones y centros premium sin reparos ni ocultamientos. El tema es que las numerarias sirvientas y los miembros de la base no se queden boquiplaticos cuando los ven y no digan “pues para eso va a ingresar el sueldo Rita la Cantaora”. Entonces aparece la “virtud” de la pobreza en clave interna, que dice “sí, el prelado, los vicarios, sacerdotes secretarios, miembros del consejo, comisión, delegación, asesoría, etc., usan Audis y Mercedes, comen manjares de lujo, juegan al golf-tenis-pádel un día sí y otro también, pero… NO ESTÁN APEGADOS AL AUDI, NI A LOS MANJARES DEL LUJO, NI AL SERVICIO DOMÉSTICO PREMIUM, NI A LA ROPA CARA”. Por tanto, son pobres de solemnidad, no tienen nada, no están apegados a nada. Y así, el currito numerario o agregado, el supernumerario o supernumeraria que hace la aportación quitándoselo de las vacaciones o de las ropas de su hijos, se quedan tranquilos y contentos. LO IMPORTANTE, SEGÚN ELLOS, ES NO TENER NADA A TU NOMBRE Y NO ESTAR APEGADO A ELLO. Toma del frasco, Carrasco. Menudo eslogan sueltan y se quedan tan tranquilos. Usan fundaciones pantallas y sociedades interpuestas para que no esté nada a su nombre, y a vivir la vida, que son dos días. A hacer apostolado con los ricos a base de comidas en restaurantes de lujo. A ir en cochazos con ropas caras. Bolsos de 3000 euros ellas. A jugar al golf y a esquiar en hoteles 5 estrellas a pie de pista. Y si alguien de la base protesta, pues ya se sabe. “Tus hermanos en la Prelatura son santos y pobres porque no tienen nada y no están apegados ni al Audi ni al campo de golf ni a la casa de la comisión en la urbanización más cara de la capital”.

Y si luego un supernumerario/a tiene que dejar de comprar un abrigo para algunos de sus hijos, para poder hacer la aportación generosa que le han sugerido en su centro, pues que lo deje de hacer. Luego esa aportación, que habría servido para comprar tres abrigos nuevos a tres de sus hijos, servirá para que el numerario o numeraria de turno se compre un abrigo caro de cara al invierno. Y si el supernumerario se queda alucinado de ver a un numerario con un abrigo tan caro, le dirán: “no te preocupes, lo necesita para su trabajo, es que tiene que ir dignamente vestido. Además, no está apegado al abrigo”. Luego te enteras de que ese numerario/a es un simple oficinista en la comisión donde va, como mucho, tres horas diarias, pero es de apellido ilustre, de una de las grandes familias del Opus, y no puede ir por la vida con un abrigo cualquiera. El supernumerario (caso real) podrá creerse lo que le dicen y seguir apoquinando aportaciones generosas, o disminuir su aportación, convertirse en apestado y bajar varios escalones en el club social de los supernumerarios.

Hay escritos del fundador que explican en clave interna, a base de eslóganes, cómo vivir su peculiar virtud de la pobreza. Y son “pa mear y no echar ni gota”. Por ejemplo, cuenta Escrivá del pobre que solo tenía una cuchara pero la chuperreteaba con pasión por lo que era rico e iría al infierno. Y también cuenta de doña Zutanita de las Altas Cumbres, duquesa de las Altas Cumbres, que era pobre a pesar de tener una finca de 10.000 hectáreas en las mejores tierras de la provincia, pero que era pobre porque no estaba apegada a ella y por tanto iría al cielo. Así de simple. EL MUNDO AL REVÉS. Es de chiste. En la pobreza que ellos promueven, los pobres irán al infierno por estar apegados a sus harapos y los ricos al cielo por no tener a su nombre las riquezas y no estar apegados a ellas. ¡Joe con la moral opusina! Así quiero ser yo también rico. Menuda jeta y caradura. Eso sí que es darle la vuelta a las palabras de Jesucristo sobre que es más difícil que un camello pase por el ojo de la aguja que un rico entre en el Reino de los Cielos.

La peculiar moral opusina convierte a los pobres en ricos y a los ricos en pobres. Los pobres, que parece ser que no tienen suficiente con serlo, pues encima el Opus los manda al infierno de cabeza por estar apegados a su pobreza. Y los ricos, pues el Opus los manda al cielo directos si no están apegados a su riqueza. Y la señal más clara de que no están apegados es hacer aportaciones y donativos generosos para la jerarquía opusdeistica. Ole, ole y ole. No me extraña que odien la Teología de la Liberación y todo lo que huela a reparto de la riqueza.

La doctrina del Opus Dei sobre este tema de la pobreza va dirigida a tranquilizar a los ricos con sus riquezas (siempre que den buenas aportaciones y donativos) y a hacer que las bases, que no son ricas, se tranquilicen cuando ven que una minoría se codea con los ricos y vive a todo plan y con el máximo lujo. Y mientras tanto, a trabajar y a soltar pasta para la élite opusina. Euro a euro, dólar a dólar, con lo que uno entrega al Opus Dei se va ganado un pedacito de cielo. Escrivá dixit…

Si es que no son tontos estos de la Prelatura. Nada tontos… 

Un saludo a todos y todas

DATOSO

Capítulo 1 y siguientes (hasta el 8)

<<Capítulo 10>>
<<Capítulo 11>>

Serie completa en PDF