Soy lector de Opuslibros desde hace muchos años, esta página ha servido para liberarme de los prejuicios que como a fuego sellaron mi conciencia y retorcieron mi mente durante los últimos treinta y cinco años, como ya puse en algunos escritos años atrás.

He tenido la oportunidad de leer de Antonio Moya Somolinos, todos los artículos “Opus Dei comentario crítico a una carta” así como todos los comentarios que se generaron.

Dichos artículos entiendo que son un compendio que cualquier miembro del Opus Dei debería leer para poder entender dónde está metido y por lo menos le sirva de reflexión sobre el sentido de su vida.

Descargué en mi ebook todos los artículos y reconozco que me empapé de ellos como un bestseller que me ha servido para seguir afianzando aspectos de mi vida después de mis años de jovencito en el Opus.

Hay dos ideas que se repiten en dichos artículos y que creo que es fundamental tener claras, en su última aportación en Opuslibros las vuelve a destacar.

 “….la voluntad de Dios para cada uno no viene a través de las indicaciones de los directores, sino de la conciencia, rectamente formada, que es norma próxima de moralidad….”

“…. la única vocación divina es la LLAMADA UNIVERSAL A LA SANTIDAD, EN CRISTO, de la cual, el Opus Dei es simplemente UN MODO de vivir esa llamada universal…..”

Estas dos ideas son fundamentales en el pensamiento crítico de Antonio Moya Somolinos, y también son las ideas que más “encadenan” a los miembros del Opus Dei.

Interiorizar esas ideas es vital para poder abandonar el Opus Dei. Dios nos quiere santos, pero la santidad no es monopolio del Opus.

Pensar que la voluntad de Dios está en los directores es un tic sectario que hay que eliminar.

Muchas veces en mi vida me han llegado pensamientos vocacionales de entrega, de darme a los demás, de dejarlo todo, pero nunca como gozo, si no como una obligación en la que ponía en juego mi felicidad eterna.

He tenido que luchar durante años con la contradicción de querer seguir a mi corazón y de enfrentarme a mis pensamientos. Mi corazón y mi conducta me llevaban hacia el amor humano, amar a una mujer y mis obsesiones y escrúpulos con los que me crie en el Opus Dei al tener que negarme a mí mismo y tener que entregarme a algo (ellos llaman Dios), sin gozo ni alegría.

Con los años he descubierto que la entrega es gozosa, es un tsunami que te arrastra de tal manera que da sentido a tu vida. Donde te arrastre, allí esta Dios y allí está tu vocación.

Eso es lo que no entiende el Opus Dei, son ellos los que saben cuál es tu vocación, son ellos los que creen que vivir en Dios consiste en la contradicción continua, la negación constante, la mortificación permanente.

Dios es otra cosa, el Opus Dei no tiene nada que ver con EL.

Por otra parte, me gustaría poder contactar con Antonio Moya, muchas gracias

MOLINES