Buen dia a todos,

Quisiera agradecer a Guillermez su artículo. Eso que explica de que "todos es blanco o negro" y "la verdad es una" me ilustra muy bien lo que sucede a menudo con mi hermana supernumeraria. Y tristemente eso que también comenta de que se omiten la caridad y la normalidad es algo que vivo constantemente al lado de ella. Inflexible en sus criterios, no hay comprensión fraterna ni términos medios para arreglar una situación. Se tiene que imponer en todo (y con todos) porque "eso es lo justo". Cero flexibilidad, o las cosas están bien o estan mal. Sobre todo si el problema que se resuelve tiene que ver con el dinero... madre mia ¡cuánto apego al dinero!

Si alguien de la familia necesita ayuda inmediatamente hace cálculos a ver cómo se lo va a cobrar. Por ejemplo, otra de mis hermanas tuvo un problema de salud y no tenia medios económicos para atenderse y ella ofreció "ayudarla" pero ya tenía pensado en qué momento de la vida se lo iba a cobrar porque según expresó literalmente "en estas cosas no hay que poner el corazón"... Y yo me pregunto... ¿y si tu hermana no tiene posibildades de pagarte a corto o mediano plazo? ¿dónde quedan los lazos de sangre, la caridad, la comprensión? Yo desconozco cuanto sea su sueldo por el puesto que ocupa en uno de los colegios de la Obra, pero pues ella y su familia viven bastante bien. Siempre van de vacaciones, cambio de coche, buena ropa, viven en buen sector. Entonces si se tiene tanto ¿por qué no compartir un poco con tu hermana aunque no pueda pagarte al menos de forma inmediata? ¿por qué no se puede poner el corazón? ¿Acaso en la Obra es más importante la cuenta bancaria que el amor al prójimo? Qué tristeza en verdad.

Gracias de nuevo Guillermez por tu artículo.

Gloriaa