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 Tus escritos: El peligro de juzgar.- MGF

010. Testimonios
mgf :

Querido Álvaro C.:

De nuestros años en la Obra nos queda indefectiblemente la costumbre de juzgar. No es culpa nuestra, es que nos educaron así. Quién es bueno, quién malo, dónde se equivoca Fulanito o causas para una corrección fraterna. Y eso durante innumerables charlas, círculos y confidencias. Fue así nuestra formación: convertirnos en verdaderas máquinas de dar consejo a diestro y siniestro, oportuna e inoportunamente.

Por eso te disculpo internamente de tu artículo. Viste una situación, leíste (te "formaste") al respecto, y ahora toca emitir el veredicto. No puede ser de otra forma, estabas llamados a catequizar el mundo enseñando a todos cómo ser mejores, y de eso algo queda.

Con el tema de los abusos sexuales pasa una cosa bien curiosa. Si robo en una casa, siempre hay cámaras que puedan haberme grabado; si evado impuestos, seguro que quedaron rastros bancarios con que incriminarme... ¿Pero cómo se prueban los abusos sexuales? Probablemente sea el tema más peliagudo de todos. Es como una violación: sólo hay dos personas, dos testigos, queda la palabra de uno contra la del otro. Es por eso que hay que buscar pruebas más allá, indicios, rastros, huellas psicológicas, elementos con que los EXPERTOS puedan calibrar. Repito la palabra: EXPERTOS. Creo que ni tú ni yo lo somos.

En los años que llevo luchando por mi caso he podido conocer a muchas víctimas de abusos sexuales y participar en varios estudios. De hecho, en unos meses saldrá uno de la Universidad Católica de Chile, con quienes tuve el placer de colaborar. Ayuda bastante conocer las historias de cada una. La inmensa mayoría se da cuenta de lo que sufrió a edades tardías, más allá de los 40. No es que antes lo desconocieran, es que no querían verlo. Es entonces cuando comienza el verdadero proceso: hablar con las autoridades, denunciarlo, contar una y otra vez lo mismo, sortear obstáculos,... Pero siempre aparece alguien que se atreve a opinar sin que nadie le pregunte. "¿Cómo es que no lo denunció antes?", "Si era mayor de edad, ¿es que no se daba cuenta?", "¿Lo habrá hecho por dinero?", "¿No le da vergüenza a sus años?".

Conozco personalmente a Ana y Juan, los padres del caso Gaztelueta. Dudo que haya habido recientemente en España un matrimonio que haya peleado más por su hijo que éste. Y es que no es para menos. Aparte de los hechos ocurridos, han sufrido lo indecible con la actuación del colegio, los alumnos, los profesores y la sociedad en general. Si te sirve de muestra, Álvaro C, pregúntate por qué la familia tuvo que abandonar San Sebastián para acabar viviendo en Logroño. Te aseguro que no fue "para medrar en política".

Puedo asegurar -por conocimiento de causa- que no hay nada más desagradable que dar testimonio una y otra vez sobre lo más íntimo de uno: la sexualidad. Y eso que yo tengo 36 tacos, figúrate un chico que entonces no llegaba a los 18. Imagínate ocultar la historia por años con vergüenza, tratar de suicidarte varias veces, ver como la vida se te escapa entre depresiones... y a la vez tener que estar al 100% para la declaración, no vaya a ser que a alguien no le convenza. Y lo que es peor, gente a la que ni le va ni le viene opinando sobre tu caso "porque no terminan de verlo claro".

Amigo Álvaro C., remítete a los hechos. Si no hubiera pasado nada, ni la Audiencia de Bizkaia hubiera condenado al abusador a 11 años, ni el Tribunal Supremo lo hubiera hecho a 2. Será poco o mucho, pero en España no se sanciona a nadie por haber rezado padrenuestros y avemarías.
Queridos amigos, por comentarios como el texto de Álvaro C. hay niños y niñas que se suicidan cada año. Al trauma que es exponer las vergüenzas ante un tribunal, se suma la maledicencia de la gente ignorante, que se atreve a hablar cuando sólo debería estar acompañando a la víctima. Puedo asegurarles que no he conocido a ni una sola que haya denunciado por gusto o por despecho. No hay nada más horrible que estos procesos.

Ojalá practiquemos más aquello que decía el Señor: "no juzguéis... y no seréis juzgados".

Un abrazo,

MGF




Publicado el Monday, 16 November 2020



 
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