Querido iotganaderia:

Al leer tu artículo de 17/1/20 me he sentido identificado por gran parte de las ideas que expresas. En efecto, cuando yo dejé la Obra, también pasé por mucho de lo que tu describes. Y aún fui más lejos: me aparté totalmente de la Fe en el opus, en la religión, en la Iglesia, en los curas y en Dios, de forma radical. Me convertí en un agnóstico egocéntrico y descarado materialista durante mucho tiempo. Actue sin más moral que el puro egoismo a todos los niveles. Y además como la vida profesional y economica me iba muy bien, seguí asi durante años en los que me di a los placeres. Era como un toro cuando sale del chiquero... Yo también preferí la formación de mis hijos fuera de la Iglesia y por supuesto, el opus, ni olerlo.

Mucho tiempo después, llegó el lado duro de la vida: muertes y enfermedades serias en la familia, cierto decaimiento economico con la crisis, decepciones dolorosas de personas que yo creía amigos o cercanas a mi.... etc. etc. Esto me sumió el un, digamos, estoicismo amargo.

De pronto, un dia normal en el que yo no esperaba nada me ocurrió una reconversión brusca al cristianismo. Algo análogo a lo de S. Pablo (con perdón por la petulancia). Una mañana que habia llevado en el coche a algunos miembros de mi familia al centro de la ciudad a realizar unas gestiones largas en las que yo no pintaba nada , les dije que los esperaría en el Corte Inglés. Una vez dentro de ese centro comercial, empecé a vagar por él como flotando.... y por mi cabeza pasaban las ideas siguientes: no me interesa nada de lo que veo, no necesito nada de esto, todo aquí esta pensado para sacarme el dinero a cambio de algún objeto que no me va a hacer feliz ni aportar nada a mi vida..... Y asi, despues de un buen rato escaleras arriba y escaleras abajo ,viendo rostros extraños, cada cual a lo suyo. Llegué a sentirme totalmente fuera de lugar y noté que debía huir de allí cuanto antes ,,,y eso hice. Sabía que había una Iglesia al lado y entré en ella. Rememore los miles de entradas al oratorio de la vida pasada ( me pasó eso del «deja vu» ) pero mia alma estaba fría como un témpano. Estuve un rato sentado como flotando . No había Misa ni curas. Entonces, sin saber porqué me levanté y me metí en la sacristía donde había dos curas viejecitos hablando con otro señor. Cuando la prudencia me lo aconsejó le dije a uno de los curas que si me podía confesar y me dijo que en 15 minutos iría al confesonario antes de la Misa. Lo esperé y me confesé correctamente, sin gran sentimiento, pero me sentí mucho mejor que en el Corte Ingles. Luego comulgue, salí de la Iglesia y vi que habia hecho algo reconfortante. No tuve caida del caballo ni ceguera de tres dias ni oración en el desierto pero recordé a S. Pablo y me vi impulsado a seguir ese pequeño caminito inicial sin gran entusiasmo pero persuadido de que era el inicio de la nueva ruta de mi vida. Y que esa ruta era muy sencilla: amor a Jesús y Cruz. De esa ruta nueva he escrito cosas fragmentarias en esta página . Si quieres puedes mirarlas , pero que no quiero repetirlas ahora por no ser reiterativo para el resto de nuestros queridos lectores.

En resumen, se trata de que me he reconvertido al cristianismo pero ya sin confiar en ningun papa, cardenal, obispo, cura o laico consagrado o mediopensionista. No es que sea protestante. No me salgo de la Fe católica, pero eso si, ya curado de todos los espantos y no me sorprende ni escandaliza nada de lo mucho malo que hay en la Iglesia. Quiero decir que si por ejemplo, un cardenal aleman declara que esta enamorado de su cabra favorita, me trae al fresco y no pone en peligro mi Fe. Y en cuanto al opus, que no me enseño a amar a Jesús sino a amar al opus, lo he perdonado totalmente y me llevo bien con los pocos que ya conozco. No los recrimino en persona. Bastante tienen los pobres con lo que tienen.

Te deseo que te ocurra en tu vida algo similar a lo de el Corte Inglés.

Orange.