119.- El fin de la Obra es ella misma, como repite siempre acertadamente Gervasio. Y, a lo que parece, el fin justifica los medios: la descarada mentira y el sutil doblepensar sus favoritos. ¿qué hay ahí, ¡ay!, de cristiano?

120.- Y qué se consigue con ello: ¿poder, influencia, dinero? Combustible al fin y al cabo para que la caldera siga en marcha, que es, me temo, el fin verdadero y único, ad maiorem Patris gloria, grotesco A.M.D.G. postjesuítico de cachirulo baturro. Canonizar a algunos de los suyos al precio que sea (nunca mejor dicho) como forma de apuntalar esa influencia, al menos intraeclesialmente. Valiente santidad...

121.- Puestos a hacer milagros: ¿por qué no curar las hondas depresiones y las crecientes enfermedades mentales de sus hijas e hijos, y evitar que algunos se suiciden?

122.- Tanta anomalía de carácter en tantos, en tantas, ¿es carisma fundacional o síntoma tremendo de lo heridos que se acercan ya algunos a la boca del lobo con piel de cordero? Adviértase cómo la Obra escribariana aprovecha esas falencias emocionales para encandilar a sus prosélitos con una pseudocaridad “de manual”, básicamente mental, no vivida, que luego los deja aún más frágiles, más incapaces para la vida cotidiana.

123.- El gran Zartán, desde su selva de nomos, hablaba poco ha de la de la incapacidad de algunos ex para rehacer emocionalmente sus vidas con una pareja, dado que tienden a infatuar y sublimar a la primera falda (o pantalón) que les sonríe. Lo triste, lo infame, es que algunos de estos fracasos, fruto de una praxis y una formación antihumana, que llega a emascular las emociones de los miembros, sirva desde dentro para sonrisitas de: “mira, mira, cómo ha terminado “ese”…

124.- Lo de “no juzguéis y no seréis juzgados” no se practica mucho en la Obra, ¿verdad? ¿Por qué?

125.- ¿Se sigue pensando, y proclamando, ahí dentro, que todas las mujeres son furcias en potencia, con la salvedad de la propia madre?

126.- Lecturas de verano, obligatorias para los IN que nos leen: E. Drewermann, Clérigos. Steve Hassan, Cómo combatir las técnicas de control mental de las sectas. G. Bernanos, Diario de un cura rural. El cuento de la criada, de Margaret Atwood (no apto para exNAX que aún no hayan sanado bien sus heridas)

127.- Películas para el verano: Diario de un cura rural, de Robert Bresson, Camino, de Javier Fesser, Historia de una monja, de Fred Zinnemann. Silencio, de Martin Scorsese. Y para echarse unas risas: la patética de los dragones y el padre Josemaria….

128.- Por cierto, ¿se siguen dando íntegras las pelis de Monse? O alguna mano misericorde las va recortando, para evitar barbaridades e intemperancias. Una profecía: dentro de poco estarán prohibidas y habrá que pedir permiso para verlas, como antaño los ensayos de Ratzinger.

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