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 Correos: EN CUATRO DÍAS MORIRÁS (VIII).- Josefina Hurtado

010. Testimonios
Josefina Hurtado :

EN CUATRO DÍAS MORIRÁS (VIII)

Josefina Hurtado, 8/07/2019

 

 

Como escribí en el capitulo anterior la sala de lo penal de la Audiencia Provincial de Murcia se reunió el día18 de Junio para dictar sentencia. Mucho trabajo tuvieron que tener allí para que decidieran postergar su decisión en otra nueva reunión fijada para el día 24 de Septiembre.

 

Como expliqué en el capitulo anterior y tras el carpetazo que el nuevo juez titular del juzgado de instrucción número 2 de Murcia le dio al caso, éste pasó a la Audiencia Provincial en fase de apelación…



El día 17 de Mayo de 2015, día de la Ascensión del Señor los Cielos y aniversario de la beatificación de Escrivá de Balaguer murió mi padre.  Murió como ya todos saben después de que fuera avisado de que moriría en cuatro días por su hijo F. H., sacerdote numerario del Opus Dei y ahora investigado por su presunto homicidio.

 

La fecha de su muerte se la comunicó el Miércoles 13 de Mayo fechas en las que todavía salía a tomar café e iba a Misa andando y por su pie el solito, como el propio investigado declaró.

 

No solo declaró esto, también declaró y sin que se le moviera un músculo, que diez días antes su padre caminaba una hora diaria y era por eso y porque se le veía tan bien que nadie se creía lo mal que estaba. Hasta la jueza que  lo interrogaba y que nos bombardeó el caso se le escapó un ¡Vaya!.

 

Finalmente llegó el Domingo 17 de Mayo, día del señalamiento de la muerte de mi padre. El investigado en su declaración y con la frialdad de un trastornado declaró que no le dio de beber entre el Sábado y el Domingo y que el Domingo y  mientras su padre se moría, se sentó a comer a diez metros. Siguió así mismo declarando que iba a verlo cada diez minutos para ver si se había muerto,  y que en una de esas visitas se acercó y vio que no respiraba. Llamó entonces a M. la cuidadora  de entre semana y comprobaron entre los dos, que sí, que había fallecido.

 

Eso no se lo cree nadie, escribí yo en la apelación, bueno excepto lo de que se sentó a comer pero eso sí, después de que mi padre muriera. Eso sí es cierto, porque la servilleta me la encontré yo un mes después en el mismo sitio en el que él siempre la dejaba después de comer. La jueza en el interrogatorio no le preguntó ni cómo murió, ni si tenía dolor, o asfixia, ni por qué no le dio de beber, nada, ¡absolutamente nada!

 

A los cuantos días de su declaración, el investigado solicitó el sobreseimiento libre, es decir, que se archivara el caso. A esa petición se le unió el fiscal.  Pidieron el archivo quedando diligencias importantes sin realizar y sin todavía haber declarado nuestro principal testigo, el forense Dr. Frontela, que tenía fecha de declaración asignada.

 

Después de que hicieran esto, al investigado se le solicitó prisión sin fianza y a ella la denunciamos a la comisión permanente de los jueces y pedimos además su recusación. Al fiscal lo denunciamos también a la fiscalía general del estado. Al final, la jueza sustituta abandonó el caso no sin antes arrasarlo todo, bueno o casi todo, porque el que completó el trabajo fue el siguiente juez que llegó, el nuevo juez titular y al que en la apelación advertimos con denunciarlo por la vía penal si no reabrían el caso. A los forenses, a los falsos testigos y a los que hicieron falso testimonio, ya los he denunciado también.

 

Y continuo repasando la apelación. 

Los que la hayan leído habrán podido comprobar como resalto el argumento al que se agarraron parte de los médicos que declararon. Este argumento era el  que mi padre había sido derivado ya a Cuidados Paliativos por el último oncólogo que lo trató o mejor dicho el que le dio la puntilla como mi padre lo calificó.

 

Fue el propio investigado el que declaró que solo se pusieron en contacto con ellos, aunque todavía no eran necesarios. La historia médica de paliativos que  fue solicitada por el juzgado estaba escrita a mano y no firmada por médico alguno, es decir, el juzgado aceptó como buena una historia médica sin nombre y sin firma. Como yo al final y por los datos que me había dado mi padre conseguí localizar al médico fantasma de paliativos, sé que estuvieron en su casa un día (me imagino que para hacer el paripé). El susodicho médico de paliativos vio las trombosis de las piernas de mi padre y no hizo nada, al igual que la médico de cabecera y el médico de la UME 14 enviado a través mío.

 

Otro de los argumentos señalados en la apelación y que había dejado para otro capitulo fue sobre lo que dijo el juez del archivo sobre las pastillas que yo encontré en la casa de mi padre. En mi declaración(si la hubiera leído detenidamente) se hubiera dado cuenta de como Raquel Flores la jueza que me tomó declaración escribió lo siguiente:

 

“En este acto la declarante entrega dos cajas, una de Stilnox 10 con un blíster de quince pastillas (en una caja de 30)y otra caja de Valium 5 con un blíster vacío de quince pastillas y otro con cuatro”.

 

Aquellas cajas eran una prueba importantísima y que el juez del archivo ni nombró. Las habría visto o ya no estarían en el juzgado? Yo le expliqué a la jueza instructora en mi declaración, cómo a través del código de barras se podía localizar la farmacia que las expidieron. Allí podría encontrarse también la receta del médico que las prescribió y por ser fármacos controlados se podría descubrir la persona que las retiró a través del D.N.I.

 

Cuando en mi declaración saqué las cajas y le mostré el prospecto del sedante Stilnox 10, le dije a la jueza:

 

‘Fíjese su señoría en el prospecto’.

 

Ella cogiéndolo me preguntó

‘¿Qué es lo que quiere señalarme?’

 

‘Fíjese’ le dije: El prospecto está pegado en los márgenes superior e inferior, pegado con pegamento’ .

 

Y le expliqué lo que significaba aquello. Por los ojos que abrió, no debía de dar crédito a lo que estaba oyendo. Al final, cinco horas dan para mucho y aquel mundo increíble narrado en mi declaración, probablemente no lo olvidará nunca.

 

Finalmente, cuando los magistrados de la Audiencia Provincial de Murcia vuelvan a reunirse otra vez, el Opus Dei volverá a ser nombrado. El Opus Dei volverá a ser nombrado a pesar de la prohibición expresa dela jueza sustituta que dinamitó el caso.

 

Esta jueza puesta Ad Hoc por el Presidente del Tribunal Superior de Justicia de Murcia dejó por sentado desde que llegó, que el nombre Opus Dei no volvería a mencionarse en aquella sala. Y así quedó escrito ante la protesta formal que mi abogado realizó. Aquella jueza lo impidió a pesar de que las otras juezas incluida la titular Mirian Marín lo primero que preguntaban a los testigos era sobre su pertenencia al Opus Dei.

 

Las preguntas al comienzo de cada interrogatorio eran siempre las mismas: ‘¿Pertenece usted al Opus Dei?’

‘¿Tiene usted alguna relación con el Opus Dei?’

‘¿Lleva usted a sus hijos a algún colegio del Opus Dei?’

 

Estas preguntas se las hizo la titular Miriam Marín incluso a los forenses del  Instituto Anatómico Forense del juzgado de Murcia cuando los llamó a declarar. En un juicio oral y público estas preguntas volverían a ser hechas a los testigos, se leería en voz alta el documento de la ceremonia de la muerte de Escrivá, y el público y la prensa hasta ahora mayoritariamente muda, estarían presentes.

El Opus Dei saldría de la oscuridad y le seria enfocada la linterna.

 

Así mismo, los miembros del Opus Dei que quisieran podrían estar en el juicio, y como no dudo de que todavía quedan miembros honestos dentro del Obra de Dios, éstos abrirían los ojos.

 

Además, tengo la seguridad de que después de lo que puedan escuchar allí ya no querrán pertenecer más a esa Organización, a esa Organización como entre susurros la llamó mi padre el día anterior al de su muerte.

 

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Publicado el Monday, 08 July 2019



 
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