Mi testamento.

Yo también hice mi testamento, en condiciones muy similares a las que relata Johannes, poco antes de hacer la Fidelidad. Se trataba de un testamento ológrafo, que entreguė al director sin preguntar nada más. Recuerdo que había algunas claúsulas relativas a las acciones de empresas que controlaban obras corporativas. Fue entonces cuando me enteré de que era titular de acciones del Colegio mayor Moncloa.... Algunos de los testigos dejaron la Obra antes que yo. En resumen, dejaba todo al Opus Dei, por persona ce instituciones interpuestas.

Cuando me largué del Opus solicité que me devolvieran el testamento. Me dijeron que automáticamente sería destruido, que me fiase de ellos. Eso es inmoral, ilegal... ¡y el que me lo transmitió y llevaba "mi caso" era juez en activo y debía saber de todo esto! Como yo quería cerrar ese capítulo de mi vida cuanto antes, asentí y me olvidé del asunto. Mal, muy mal hecho. Que aprendan los que me lean.

Hace unos meses me decidí a hacer mi testamento, ( voy cumpliendo años) y solicité copia del que hice a favor del Opus, ya que sospechaba que no lo habrían destruido y también me interesaba por curiosidad: os lo hubiera transcrito en Opuslibros.

La respuesta fué que ese testamento jamás había entrado en el Registro de últimas voluntades. Supongo que al ser ológrafo, a mano y validado por dos testigos, no necesita ser entregado en el registro. Lo cual implicaría que si yo muero sin hacer otro testamento, si aún lo retienen, el Opus podría exhibir ese testamento y quedarse con todas mis riquezas (jua). ¿Alguien puede aclararme este embrollo, típica chapuza opusiana?

¡Ah! De cuando fui miembro de un consejo local creo recordar que sí había instrucciones detalladas para hacer testamento en sus distintas variedades. ¿Cómo no, si hasta había instrucciones detalladas sobre cómo encender las velas del altar?

Pez