A ti que me lees, incluidos directores. Es la mejor recomendación que podemos hacer todos los que nos hemos ido.

Me dirijo a ti que lees OpusLibros a escondidas, a ti que te han dicho que te vayas a un piso durante un tiempo a reflexionar, a ti sacerdote que estás deseando vivir tu vocación en una parroquia, a ti que estás en el centro de estudios y no dejas de ver gente que se va, incluido el director, a ti que te están mareando con el llévalo a la oración, la vocación la da Dios para siempre o la pena que le daría a nuestro padre. A ti que estás harto de irte una semana de convivencia en vez de gastar tus vacaciones con tu cónyuge e hijos, a ti que trabajas en una obra corporativa y vas a ir directo al paro, a ti que tienes unos padres supernumerarios, hermano en Vila Tevere y dos hermanas auxiliares, además de hermanos y cuñados supernumerarios con 6 hijos cada uno. A ti que simplemente te atormenta el pensar que te quieres ir y que tienes una voz interior (llamada conciencia) que no para de pedírtelo.

¡Vete ya! No hace falta escribir ninguna carta, los estatutos no lo ponen, pide la dispensa al Director, por teléfono o por Whatsapp, pero vete.

De verdad, no te vas a arrepentir. Estoy seguro que pasarás unos días malos y te llamarán, pero no les cojas el teléfono. Puede que se alargue a semanas o meses, pero seguro que en un tiempo no te arrepentirás.

Yo puedo hablarte de mi experiencia y la de muchos otros ex con los que mantengo trato frecuente. Es divertido ver cómo aquel numerario con el que viviste en tal centro, compartiste triple y que parecía tan prelaturator, 8 o 9 años después es tu amigo de verdad y juntos hacéis planes y veis el fútbol con cervezas, vais a cenas y fiestas y opináis de chicas como la gente normal. También te cuenta sus preocupaciones en el trabajo o algún problema familiar. Vas a descubrir a la persona verdadera, aquel que conociste hace varios años cuando juntos erais preceptores del club y sólo os fijabais en el c7, en la tertulia de sonrisita falsa y rancia contando anécdotas de Guadalupe y en dónde te había tocado el curso anual ese verano.

No sabes la felicidad de ir a Misa, rezar el rosario o hacer 5 min de oración de verdad, sin presión de tener que explicar tus cosas al director que te han impuesto como confidente. Solo a Dios y a tu director espiritual que si quieres puedes elegir libremente (no recomiendo seguir hablando con un cura de la obra, pero sí con curas exnumerarios, que los hay, al menos durante los primeros meses). Es genial descubrir a Dios como verdadero Padre, que te quiere y no te tiene en cuenta que no reces el Salmo 2 el martes, se te pase la cuenta de gastos o pienses que el libro de lectura espiritual que estás leyendo es soporífero.

Al 99'9% de la población y trabajos les da igual que hayas sido o no del Opus. No te van a juzgar por irte, no eres ningún traidor. Puede que trabajes en un cole de padres preocupados por la educación de sus hijos, y puede que te vayas al paro. Pero seguro que, aunque sea duro, encontrarás un trabajo de verdad. Confía en Dios, solo quiere tu felicidad. Él proveerá.

Vas a aprender a disfrutar de verdad de tus amigos y amigas, de conocer gente nueva, de hacer planes los fines de semana, de tomar una cerveza tranquilamente a la salida del trabajo, de tener una novia y descubrir lo que es ser querido, de ver la televisión en el sofá cuando llegas cansado a casa, de disfrutar de la Champions sin tener que rezar las preces y el examen durante el descanso. De ir a ver tus padres cuando quieras, de ir a la boda de tu hermana, tomarte 4 gintonics y no tener que estar en el centro a las 22:30. Dormir el domingo hasta las 12:00, no es pecado y viene muy bien para recuperar después de una semana dura, además se puede ir a Misa el domingo por la tarde y tampoco se descuida el trato con el Señor.

También es gracioso hacer planes de karts, pádel o excursiones a la montaña con amigos de tu edad en vez de los mismos planes, denominados apostólicos, con chavales de 13 años a los que hay que plantear la vocación. También es muy sano irte unos días en verano a la playa con la familia o amigos y no tener que estar obsesionado de si cuido o no la vista, simplemente vas, echas la toalla, pones música, abres una bolsa de pipas y a disfrutar del mar, a charlar con tu hermano o reírte con un amigo. Las chicas en bikini ni muerden ni son unas provocadoras, son también imagen y semejanza de Dios y la atracción y la afectividad ordenadas son una cosa muy buena y natural.

Son muchas cosas las que vas a descubrir, puede que también te descubras a ti mismo y te impresiones de lo divertido y apetecible que es la vida.

Por todo ello y muchas más cosas que te tocan descubrir, ¡Vete ya! Y si necesitas ayuda, pídela en esta web. Seguro que te saben dirigir a una persona cercana a ti y que haya pasado por lo mismo que tú.

Un abrazo

BOQ