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 Tus escritos: La praxis.- El Cid Campeador

070. Costumbres y Praxis
ElCidCampeador :

La praxis

El Cid Campeador, 5/12/2018

 

En mi última aportación escribí: Me aleja mucho del Opus este dogmatismo apodíctico, que no permite discusión alguna. La vida es un problema, no un dilema, que invita a la reflexión.

Por eso me gustó leer en un documento de la Iglesia, titulado Biblia y Moral, que no puede reducirse la moral a un código de comportamiento individual y colectivo: la moral es una respuesta a la experiencia de Dios, que solo puede ser personal. Este documento reconoce que el Decálogo “en su formulación canónica tiene la forma de leyes apodícticas y pertenece a la línea de una moral de obligaciones”. Sin embargo, ello es debido a que “una vez salido de Egipto el pueblo liberado tenía una necesidad urgente de reglas precisas”.

El matemático Bertrand Russell decía:

Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas...



El mensaje de este documento es que debemos traducir el contenido del Decálogo a una moral de valores ya que “el compromiso con un valor corresponde a una obra siembre abierta donde no se llega nunca a la meta y donde a uno se le reclama siempre un poco más”.

Mientras leía este documento pensaba que el Opus Dei fue para mí algo totalmente opuesto a esta idea: un lugar donde estuve ahogado en reglas y normas que debía cumplir. La última aportación de Crítico es un ejemplo de todo ello.

Tácito dijo aquello de Corruptissima re publica plurimae leges, es decir, cuando existe corrupción desaparecen los valores que informan la actuación de los ciudadanos y se crea una multitud de leyes ad casum. En el Opus Dei esto sucede: se regula todo.

Chesterton lo decía lo mismo de otro modo:

Si hay algo peor que el debilitamiento moderno de los grandes principios morales es el reforzamiento de los pequeños principios morales

TresDécadas se preguntaba por las obras de misericordia. Quizá recordando que el Papa nos habla de la superioridad de las obras de misericordia sobre las obras de culto (Gaudete et Exsultate). Dios no necesita de nuestras obras exteriores de culto, solo son buenas en cuanto las ofrecemos por nuestra devoción y por la utilidad del prójimo; por ello la obra exterior mayor es socorrer al prójimo, que sí es causa utilidad, mientras que las obras de culto no son útiles en sí mismas, sino solo en que nos llevan a realizar obras de misericordia con los demás. Todo esto es de sentido común y ya lo trató Santo Tomás de Aquino, a quien cita el Santo Padre en ese documento.

Me gusta mucho una cita de John Ruskin (a quien llegué a través de Uzawa, un matemático japonés convertido en economista):

There is no wealth but life. Life, including all its powers of love, of joy, and of admiration. 

No existe ninguna riqueza salvo la vida. La vida, incluyendo todos sus poderes de amor, de felicidad y de admiración.

La vida es lo importante. Abraham Lincoln preguntaba: si llamo pata a la cola de un perro ¿cuántas patas tiene el perro? Cuatro, respondía, porque el llamar cola a la pata no la convierte en una pata. La vida es lo importante, lo que hacemos: no el nombre que le damos.

Pienso que el siguiente paso a esta asfixiante sobrerregulación perpleja es el egocéntrismo, que se mira constantemente a sí mismo, “a ver si cumplo” (el Papa habla de la “superficialidad vanidosa” del gnóstico). El egocentrista no es positivo, sino que se esfuerza únicamente por rechazar lo negativo, el incumplimiento. Imposible para él una abierta moral de valores. Necesita, en su mundo cerrado y coherente, reglas imperativas que le den seguridad.  Se cierra al mundo, se aleja de la realidad.

Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus andrajos, desprecia cuanto ignora
(Machado)

El egocentrismo produce lo que Fritz Künkel, un psiquiatra vienés, llamaba la transfinalización y cuyo ejemplo palmario sería el siguiente:

  — Padre, y ¿por qué nos dice que tenemos que dar muchas gracias a Dios por asistir a una misa suya? (Gervasio, 09.04.2007)

Se produce una transformación del finis operis que se convierte en el finis operantis. Desaparece la realidad y todo lo ocupa el YO (actitud muy vulgar, frecuente en los políticos de hoy, que ponen el Estado a su disposición como otros quizá pongan la Iglesia a su disposición).

En mi opinión, una de las patologías del Opus Dei es olvidar el sentido último, el fin último, de la vocación cristiana, orientada hacia afuera, hacia los demás. Esta autoreferencialidad (palabra de moda, que veo se utiliza mucho últimamente en la Iglesia y en las notas de la Obra) se disfraza de razonamientos variopintos cuya esencia sería que el fin justifica los medios.  Se resume en que cuanto más prestigio tenga el Opus Dei, mayor bien podrá hacer en el mundo.

Gervasio (27.07.2018) ofreció un recorrido por el camino jurídico del Opus Dei y citó el libro El itinerario jurídico del Opus Dei. Historia y defensa de un carisma. Un carisma laical que se convierte en una organización sacerdotal con ínfulas de ser parte de la jerarquía eclesiástica (menuda defensa de un carisma…).  Lo único importante es el poder.

Por otro lado, a veces me pregunto si se puede jerarquizar un carisma, como el PRI mexicano (Partido Revolucionario Institucionalizado): una organización con fieles que tienen el don de profecía, por ejemplo. Supongo que el Opus Dei no es un carisma, es una “peculiar obra pastoral”. Pero carisma pega mejor con hierocracia y lo de la obra pastoral suena a burocracia.

Quizá se trate de un afán de legitimación, de la diferencia entre auctoritas (la autoridad carismática de Max Weber) y potestas. El Opus Dei, como la organización más pujante de la Iglesia, tuvo su momento de gloria y la consiguiente auctoritas. Ahora, como una organización decadente que ha perdido el empuje de los primeros tiempos, necesita otro tipo de legitimación. Formar parte de la jerarquía de la Iglesia es un tipo de legitimación.

Por último, quiero decir que en la Obra hay gente maravillosa, pero están escondidos. Aritófanes lo expresaba así:

Nuestra ciudad hace lo mismo con los hombres y con el dinero. Tiene hombres honrados y de valía. Tiene también monedas de oro y plata pura, ¡pero no las usamos! Circulan las de cobre y baja ley. Lo mismo pasa con los hombres de vida intachable y buena fama, que son arrumbados por los de latón.

Los que mandan en la Prelatura no valen un duro falso. Yo he visto a mucha gente maravillosa sin afán de mangonear y que por ello quedan ocultos bajo la libido dominandi de otros. Estas personas maravillosas, que se entregaron a Dios, con el paso de los años se desencantan y se amargan. Unos enferman por querer seguir, otros se van, otros se convierten en cínicos… Tengo una amiga que me dice: “mi marido es maravilloso; pero me engaña, llega a casa borracho y me pega”. No puede acabar bien.

El Cid Campeador

PS: quiero romper una lanza a favor del profesor numerario condenado en Gaztelueta. He leído la sentencia y la única prueba que existe es la declaración de la víctima avalada por peritajes médicos que afirman que dice la verdad. Aparte de que he visto a muchos cuerdos diciendo mentiras, no me quedo tranquilo si una condena de 11 años de cárcel se sustenta solo con las declaraciones de la víctima.  Da mihi factum, dabo tibi ius.

La fiscalía tiene que probar la culpabilidad y en este caso, a mi parecer, no lo ha hecho. El que nos disguste la Obra no debe llevar consigo olvidar que la justicia está por encima de estos sentimientos.

En el derecho anglosajón se distingue entre “no culpable” e “inocente”. El inocente ha probado su inocencia. En el caso del no culpable los acusadores no han probado su culpabilidad. Creo que esto ayuda a entender lo que pienso.

Espero que el Supremo (o donde se pueda apelar) anule la sentencia. Si esto sucediera, estoy convencido de que, en sus delirios, muchos escribirán que la Sentencia se anuló porque el Opus controla el Supremo.

Ya a nadie le importan los hechos. Son meros puntos de partida para la invención y el razonamiento" (Jorge Luis Borges “Utopía de un hombre que está cansado”, en El Libro de Arena).




Publicado el Wednesday, 05 December 2018



 
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