El otro día criticabas que muchos en esta bendita Web que es OpusLibros hayamos comparado a Maciel y los Legionarios con Escriba. De nuevo he de salir de mi autoimpuesto silencio para aclarar alguna cosa.

Según tú, dado que Escriba no era un abusador sexual, no son equiparables. Pepito, opino que sin quererlo estás haciendo esfuerzos por exonerar a Escriba. No apoyo condenar a nadie y menos aún por cosas que no han hecho, pero creo que estás atribuyéndonos cosas que no hemos dicho.

Pepito: el paralelismo entre Escriba y Marcial Maciel es el de dos líderes carismáticos que fundan un movimiento reaccionario dentro de la iglesia en la primera mitad del siglo XX. Los católicos tenían ganas de cambiar la iglesia, y ambos movimientos, so capa de reforma o la mayor implicación en la vida eclesial, atrajeron a muchos. Este proyecto se volvió todavía más atractivo a partir del Concilio Vaticano II, cuando las fuerzas tradicionalistas vieron cómo todo lo que tenían seguro (iglesia- institución, costumbres arraigadas de siglos, patriarcado, conservadurismo, alianza con los poderes fácticos...) se venía abajo. Ambas organizaciones actuaron como una aspiradora de descontentos. Por no decir de las élites económicas y sociales que veían con disgusto el giro "izquierdista" de la iglesia.

Todo esto no era bueno del todo, pero sirvió como anillo al dedo a los catastróficos papados de JPII y de BXVI. Tanto el Opus Dei como Los Legionarios sirvieron a la cruzada neo conservadora en su lucha contra el progresismo, el aperturismo y todo lo que pudiera oler a modernismo. Su afinidad por el conservadurismo político, el dinero y la influencia venían a reforzar el trídente JPII / Reagan / Tatcher. 

Igualmente, eso podrá gustar más o menos, pero es un tema de opinión y de concepto de Iglesia. A mí me parece desafotunado, pero ambos papas sabrán qué han hecho con la barca de Pedro. Lo grave de ambos casos es que se hizo a pesar de que pesaban contra ellos numerosas acusaciones, ante las que el Vaticano prefirió mirar hacia otro lado. 

En el caso de Escriba, evidentemente no había abusos sexuales, pero sí violencia contra las conciencias, control mental, mezcla de gobierno y consejo espiritual, proselitismo feroz hacia jóvenes, instrumentación de la amistad... Por no hablar del clasismo hacia las NAX, falta de pago a la Seguridad Social, abandono de los ex... Incluyendo casos como el de Mª Angustias Moreno y otras ex, calumniadas y secuestradas. En fin, un desastre. Pues con eso y con todo, la Santa Sede les dio obispados, la portavocía el Vaticano nada menos, cancillerías y demás bicocas. 

El caso de Maciel es todavía más sangrante, puesto que a lo previo, se añade abuso sexual, fraude fiscal, pederastia y simonía. No me parece mal que a Maciel le gustaran las mujeres tanto o más que a mí. Me parece mal su hipocresía y su abuso de poder, así como que usara los fondos de la organización pegarse la gran vida. Que se drogara al fin y al cabo eso es una desgracia. Pues hala, va JPII y lo proclama "ejemplo para la juventud".

Todo ello contrasta con el trato áspero cuando no despreciativo que tuvo dicho Papa y BXVI contra las órdenes religiosas "progres", obispos populares, teólogos díscolos, investigadores y otras gentes de buen vivir. Los casos de Arrupe, los Jesuitas y los mártires de Centroamérica son particularmente escandalosos. 

Es cierto, Pepito, Maciel y Escriba no son iguales. Lo que es igual es la forma en que fueron ensalzados y las consecuencias lamentables para la Iglesia católica. Todo por el espejismo del sucio dinero, del prestigio, de la imagen. No vamos a entrar hoy en el escándalo de la pederastia, otra condecoración que se puede poner JPII.

En fin, que Dios os asista y guarde en este otoño de Gracia de 2018.

Ramón